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3 junio, 22

Periodista de EWTN, Alexey Gotovskiy: «La primera víctima del conflicto es la libertad»

Antiguo alumno de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz y periodista de EWTN en el Vaticano, Alexey Gotovskiy confiesa: “No es fácil ser ruso ahora”. Analiza la guerra y dice: “La primera víctima del conflicto en Ucrania es la libertad”.

“La primera víctima del conflicto en Ucrania es la libertad”

Conversamos con Alexey Gotovskiy periodista de EWTN en el Vaticano y antiguo estudiante de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma. Tiene doble ciudadanía: rusa y de Kazajstán. Nos cuenta la complejidad de pertenecer a la última generación de la época soviética y analiza el conflicto bélico: “La primera víctima del conflicto en Ucrania es la libertad”.

“No es fácil ser ruso ahora”

Después de la entrevista con dos estudiantes ucranianos de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, nos encontramos hoy con un ruso, Alexey Gotovskiy, antiguo estudiante de nuestra Universidad, quien también cursó la Licenciatura en Comunicación Institucional.

Alexey nació en Karaganda, una ciudad de Kazajstán, en 1990, justo el año después de la caída del Muro de Berlín, y un año antes de la caída de la Unión Soviética. Este periodista ruso es “ruso étnico”, es decir que es parte de la minoría rusa que hoy en día sigue viviendo no solamente en su país, sino en casi todas las antiguas repúblicas soviéticas que eran parte de la URSS, como también lo fue Ucrania. Tristemente confiesa: “No es fácil ser ruso ahora”.

Tras licenciarse en Comunicación en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, es actualmente director de proyectos en la Oficina de EWTN, en el Vaticano.

Sufrimiento

Gracias por la posibilidad de contarnos tu historia Alexey. Es una gran oportunidad conversar con un joven ruso que nos pueda proporcionar su punto de vista sobre los últimos acontecimientos. Y la primera pregunta que quería hacerte es justamente: ¿qué significa ser ruso hoy en día? Tu pueblo ha sufrido mucho a lo largo de la historia, junto con otros de la antigua Unión Soviética y hoy, con el conflicto de la guerra, vemos que el mundo acusa a Rusia de ser el culpable del sufrimiento de los ucranianos.

Así es… Y tengo que decir que no es fácil ser ruso ahora, debido a estos prejuicios.

Lo que está vivo es el miedo

Y en tu opinión, ¿estos prejuicios se deben también al hecho de que siguen estando vivos el comunismo y el bolchevismo en la cultura de Rusia, como también en la de Kazajistán y de los países de la antigua Unión Soviética?

Pues diría que no: las ideas del comunismo y del bolchevismo en Kazajstán y en los países de la antigua Unión Soviética están muertas. En mi opinión, lo que sí está vivo es el miedo. Y este miedo resucitó al dragón que todo el mundo vio morir con la caída del muro de Berlín. La capacidad de la gente para juzgar los hechos es limitada cuando hay miedo.

Y la capacidad de tener buena información también…

Claro: tanto en Occidente como en Oriente, la gente vive según sus dimensiones informativas o las llamadas “burbujas”. Es fácil confiar en la información que te hace sentir cómodo y seguro.

Una gran sed de libertad

Me ha impactado mucho como expresas en italiano (idioma que domina perfectamente, aunque la entrevista la hicimos en inglés) la palabra “libertad”, pues parece algo que saboreas cuando lo dices, algo que no es solamente un concepto abstracto, sino una forma de vivir, una conquista, un bien para guardar a toda costa. Y alguien que nació en los años 90 en la que fue la Unión Soviética lo sabe bien…

¡Por supuesto! Me siento orgulloso de haber nacido en el país más extenso del mundo, pues es algo que nos da, o a mí me lo ha dado, el gusto por los grandes sueños, junto con una gran sed de libertad. Como contabas, nací en 1990, en el actual Kazajstán, y me bautizaron en la Iglesia Ortodoxa Rusa. Sin embargo, de 1992 a 1998 mi familia se trasladó de Kazajstán a la región sur de Rusia, en el Cáucaso.

¿Qué recuerdos tienes de tu niñez?

Los 90 fueron años difíciles, llenos de pobreza, delincuencia e incertidumbre. La gente pronto empezó a sentir nostalgia por un gran país que se había derrumbado. Me he contagiado de este estado de ánimo y debo decir que siento que pertenezco a esta última generación soviética, ya no atea, pero aún con la mentalidad de esa época.

Fe y ateísmo

Y me comentabas que también era difícil vivir la fe…

Pues, bastante… Mi primera experiencia de Dios se produjo de forma natural a través de mi familia. Mi madre nos enseñó, a mi hermana y a mí, nuestras primeras oraciones: El Padre Nuestro y el Ave María en la antigua lengua eslava.

Y con el peligro de que, fuera de la familia, seguía dominando el ateísmo…

Sí. El primer recuerdo que tengo de esta manifestación pública de fe fue una vez –era Pascua– que oí a la gente saludarse por la calle diciendo: “Христос Воскрес” (Khristos Voskres), es decir “Cristo ha resucitado”. Esa frase resonó tanto en mi cabeza que me puse a repetirla, saludando a todo el mundo diciendo “¡Христос Воскрес1”. Sentía una alegría indescriptible, alegría que veía también en los rostros de los demás.

Miedo a llevar la cruz

¡Qué maravilla! Este reflorecer, volver a la superficie de una religiosidad popular que ni siquiera ateísmo de estado pudo destrozar…

Sí, pues fíjate que ninguna de las familias de nuestro entorno era cristiana practicante, pero todos estábamos bautizados. Mis amigos llevaban cruces como yo, pero cuando la cruz se nos salía de la camiseta durante los juegos, nos deteníamos, la besábamos y la volvíamos a esconder. Teníamos miedo de mostrar la cruz porque entre los niños siempre estaba este dicho: “Крестик наружу тот всех хуже”, (Krestik naruzhu tot vsekh khuzhe), que significa algo como “quien tiene la cruz fuera es el peor”. Este dicho se mantuvo desde los tiempos soviéticos y seguía marcando a los cristianos en la época de mi niñez.

Alexey Gotovskiy

Alexey Gotovskiy es antiguo estudiante de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma. Se licenció en Comunicación Social Institucional. Tiene doble ciudadanía: rusa y de Kazajstán. Nos cuenta la complejidad de pertenecer a la última generación de la época soviética y analiza el conflicto bélico. Tristemente confiesa: “No es fácil ser ruso ahora”.

Actualmente es el director de proyectos en la Oficina de EWTN, en el Vaticano. Con esta cadena católica viajó en el mismo avión que el papa Francisco a Irak en marzo de 2021.

"He sido testigo de la fuerza de la fe cuando el Papa Francisco se reunió con los líderes católicos iraquíes en Bagdad, en la catedral católica siríaca de Nuestra Señora de la Salvación, donde 48 personas fueron martirizadas durante un ataque terrorista en 2010. Cuando el Santo Padre entró, todos esos religiosos gritaban de alegría y fue el momento en el que sentí que la vida había vencido a la muerte. Fue un momento en el que fue muy fácil creer en la resurrección y en la vida eterna. El mensaje del Papa Francisco en Irak fue sencillo: “El amor es nuestra fuerza”.

La Virgen de Fátima

¡Y llegó la Virgen de Fátima a una familia ortodoxa!

¡Algo maravilloso! Pues aconteció que, cuando tenía 8 años, mis parientes de Kazajistán vinieron de visita y trajeron rosarios y un folleto sobre la Virgen de Fátima. Bueno, resulta que nos enseñaron a rezarlo. Desde ese momento la Virgen de Fátima estuvo presente en la vida de mi familia.

Volvimos a Kazajstán y, a nuestra llegada, mi hermana pequeña nació prematuramente. Los médicos dijeron que había una pequeña posibilidad de que sobreviviera, así que solo podíamos confiar en un milagro. Entonces, mi madre se pasó toda la noche rezando y prometió que daría el nombre de María a la niña, si sobrevivía. María sobrevivió y fue el primer motivo por el que fuimos a la Iglesia, para dar gracias por su vida.

Sobre la guerra en Ucrania

Un testimonio muy impactante, sobre todo sabiendo que la Virgen de Fátima pidió una consagración particular de Rusia a su Corazón Inmaculado. A la luz de la situación actual tanto de Rusia como de Kazajstán entre la guerra y las protestas populares, ¿qué opináis los rusos sobre la guerra con Ucrania?

Pues sí soy ruso, pero de Kazajstán, así que no soy competente para hablar de la situación en Ucrania. Sin embargo, creo que la crisis es más grande que Ucrania, dado que se trata de un conflicto entre “Occidente”, representado por Estados Unidos y la Unión Europea, y Rusia. Y Ucrania es el campo de batalla. No es fácil ser ruso ahora. 

Como también lo fue en Siria...

Sí, y aquí también me parece que la primera víctima del conflicto es la libertad. Todo es por la libertad, incluso la misma causa del conflicto.

Apostasía occidental

 Y ¿por qué?

En 2014, los manifestantes de Euromaidan en Ucrania querían libertad para elegir su futuro político con Europa; en Crimea, la gente quería libertad para formar parte de Rusia; y en Donetsk y Lugansk, las mayoría rusa quería libertad frente al nuevo gobierno ucraniano.

El presidente ruso, por su parte, durante años ha pedido libertad frente a la amenaza que representa la presencia de la OTAN en las fronteras rusas, mientras Europa quiere libertad del petróleo y el gas de fósiles rusos. Y ahora, en Ucrania, la gente quiere ser libre de las tropas rusas.

¡Todos queremos libertad! El problema es que a menudo lo queremos a costa de los demás.

¡Por supuesto! Todo el mundo busca la libertad, lucha por la libertad y, sin embargo, la libertad está desapareciendo. ¿Por qué? En mi opinión, porque hay un dragón con dos caras que ha sido alimentado por el miedo. Una cara es la “apostasía occidental” y la segunda cara son los “residuos de la ideología soviética”.

El mal dentro de cada persona

Este argumento lo han entendido el papa Francisco, Benedicto XVI, Juan Pablo II y otros predecesores. Todos los papas han subrayado la necesidad, tanto en la Iglesia como en el mundo, de contar con ambos pulmones: el oriental y el occidental, necesarios para vivir. Y no obstante, la mediación del Papa ha sido muy criticada tanto por católicos como por ortodoxos, pues muchos piensan que no hay forma de hablar ni con Putin ni con Kirill.

Me gustaría citar a Aleksandr Solzhenitsyn, quien pasó por el Gulag soviético: “Poco a poco se me reveló que la línea que separa el bien y el mal no pasa a través de los estados, ni entre las clases, ni tampoco entre los partidos políticos, sino justo a través de cada corazón humano y de todos los corazones humanos. Esta línea se desplaza. En nuestro interior, oscila con los años. E incluso dentro de los corazones abrumados por el mal, se conserva una pequeña cabeza de puente del bien. E incluso en el mejor de los corazones, queda... un pequeño rincón de maldad sin desarraigar. Desde entonces he llegado a comprender la verdad de todas las religiones del mundo: Luchar contra el mal dentro del ser humano (dentro de cada ser humano). Es imposible expulsar el mal del mundo en su totalidad, pero es posible constreñirlo dentro de cada persona”.

Diálogo entre católicos y ortodoxos

Solzhenitsyn es un grande…Además, en una situación tan complicada, con la Iglesia Ortodoxa de Rusia acusada de estar aliada con los regímenes en el poder, el Papa Francisco quiso hablar con el patriarca Kirill.

Claro, y en este tiempo tan difícil, el diálogo es aún más necesario entre las dos Iglesias. Ambas estamos destinadas a ganar al dragón si nos atenemos a Jesús. Los días 14 y 15 de septiembre de 2022, el Papa Francisco viajará a Kazajstán para participar en el VII Congreso de Religiones Tradicionales, donde se reunirá con el Patriarca Kirill. Pongo mucha esperanza en este encuentro y estoy orgulloso de Kazajstán por acoger un evento tan importante.           

Las ideas del comunismo y del bolchevismo en Kazajstán y en los países de la antigua Unión Soviética están muertas. En mi opinión, lo que sí está vivo es el miedo”, afirma este periodista ruso.

Un periodista ruso en la Santa Cruz

 Estudiaste Comunicación en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz: ¿en qué medida te permitió formarte para tu actual trabajo?

Tuve una experiencia positiva al estudiar comunicación en la Universidad de la Santa Cruz. Sin duda, los cursos sentaron las bases de mi vida profesional. En la Universidad había estudiantes de todo el mundo y la red de contactos adquirida aquí es inestimable porque ahora puedo entablar y seguir cultivando muchas relaciones, humana y profesionalmente, en todas las partes del mundo.

En EWTN

Y también contribuyó a la experiencia profesional tan bonita a la cual ahora te dedicas en EWTN, una tarea importantísima, ya que Eternal Word Television es una cadena que presenta una programación de temática católica en todo el mundo y llega a todas partes. Con EWTN, por ejemplo, pudiste seguir al Papa Francisco en uno de sus viajes.

Sí, un gran privilegio. Como periodista ruso en EWTN, viajé en el mismo avión junto al papa a Irak en marzo de 2021. He sido testigo de la fuerza de la fe cuando el Papa Francisco se reunió con los líderes católicos iraquíes en Bagdad, en la catedral católica siríaca de Nuestra Señora de la Salvación, donde 48 personas fueron martirizadas durante un ataque terrorista en 2010. Cuando el Santo Padre entró, todos esos religiosos gritaban de alegría y fue el momento en el que sentí que la vida había vencido a la muerte. Fue un momento en el que fue muy fácil creer en la resurrección y en la vida eterna. El mensaje del Papa Francisco en Irak fue sencillo: “El amor es nuestra fuerza”.

Gracias, querido Alexey, gracias por tu testimonio de vida y de fe, por tu gran trabajo en EWTN y por darnos tan bonitas palabras de esperanza en este tiempo que parece tan oscuro. Rezamos por la paz y por tí. Como dice Alexey, no es fácil ser ruso ahora. 

Gerardo Ferrara
Licenciado en Historia y en Ciencias Políticas, especializado en Oriente Medio.
Responsable de alumnado de la Universidad de la Santa Cruz de Roma.

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