Cuentan que san Juan Pablo II pasó gran parte de su vida acompañado de un retrato de sus padres y que tenía cerca de él ese retrato el mismo día de su fallecimiento, el 2 de abril de 2005.
La Fundación CARF (acrónimo que significa Centro Académico Romano Fundación) promueve actividades de carácter cultural, encaminadas al fomento y al desarrollo de las humanidades en todas sus manifestaciones, y, primordialmente, la formación específica que reciben los seminaristas, sacerdotes diocesanos y religiosos de la Iglesia Católica.
Creemos que es posible mejorar la vida cotidiana de las personas, a través de una formación integral de jóvenes con vocación que sirvan desde el sacerdocio. Por esta razón, la Fundación CARF, gracias a sus benefactores, contribuye económicamente para que seminaristas, sacerdotes diocesanos y religiosos de todo el mundo puedan recibir una sólida preparación académica, teológica, humana y espiritual.
Gracias a personas generosas como tú, los candidatos pueden completar su formación académica, teológica, humana y espiritual en universidades y seminarios de Roma y Pamplona.
Cada año, más de 800 obispos de todo el mundo solicitan ayudas para poder formar a sus estudiantes en la PUSC y en la UNAV. La mayoría de las vocaciones nacen hoy en países de África, Asia o de América, carentes de medios.
131 países envían candidatos a universidades y centros de formación.
Cuentan que san Juan Pablo II pasó gran parte de su vida acompañado de un retrato de sus padres y que tenía cerca de él ese retrato el mismo día de su fallecimiento, el 2 de abril de 2005.
Cuando tenía 4 años falleció su padre. Jeevan y su madre se quedaron solos. Iniciaron una búsqueda en la que tan solo la Iglesia Católica supo darles consuelo. En 2005 se bautizaron pese a la desaprobación de su casta y de su comunidad hindú. Dieciocho años después Jeevan se prepara para ser sacerdote en Roma.
La Virgen de Fátima se apareció en 1917 a tres niños en Portugal con un mensaje de oración, conversión y paz. Su llamada sigue siendo actual: rezar el Rosario y confiar en su Inmaculado Corazón.