7. La celebración del domingo tiene un tono festivo, porque Jesucristo ha vencido al pecado, y quiere vencer en nosotros al pecado, romper las cadenas que nos alejan de Él.
8. Esta alegría del encuentro con el Señor que nos salva no es individualista: la celebramos siempre unidos a toda la Iglesia.
9. La Liturgia de la
Palabra dominical posee una gran riqueza, en la que la proclamación del Evangelio es central, con el que recorremos la vida del Señor.
10. La Misa de los domingos es una fuerza que nos mueve a salir de nosotros mismos, porque la Eucaristía es el sacramento de la caridad, del amor de Dios y del prójimo por Dios.
Textos extraídos del artículo
El domingo, día del Señor y alegría de los cristianos.