Jerome Omoregie es un sacerdote de Ikeja (Nigeria) de 41 años. En 2015, décimo aniversario de su ordenación sacerdotal, el arzobispo de su diócesis (Lagos) Mons. AIfred Martins, le envió a estudiar la Licenciatura de Teología en las Facultades Eclesiásticas de la Universidad de Navarra. Esta licenciatura la ha podido terminar gracias a la ayuda económica de la Fundación CARF.
Jerome, el mayor de cinco hermanos, vino a España sin saber nada del idioma. “Lo aprendí cuando llegué aquí. Mi lengua materna es el inglés junto a dos dialectos oficiales de Nigeria. Pero ahora, además del español, hablo alemán y entiendo un poco de italiano y francés”, comenta.
Para el P. Omoregie estudiar en Navarra ha supuesto un tiempo maravillosos de aprendizaje que le ha ayudado a centrarse en sus estudios. “Hay muy buen ambiente en la Universidad y me ha permitido conocer otros aspectos de formación del ser humano y otras culturas muy diferentes a la mía. He encontrado mucha gente que me ha ayudado a adaptarme”.
Al llegar a España, tuvo que cambiar algunas costumbres: los horarios de la comida, alimentos distintos o hasta la forma de saludar. “Creo que en mi tierra somos algo más abiertos que aquí”, dice con una sonrisa. “Pero he hecho muy buenos amigos. Estoy muy agradecido a la Universidad por todo lo que he aprendido y por todo lo que me han ayudado, a los profesores y especialmente a las personas que trabajan en la Biblioteca por su ayuda para conseguir los materiales que he necesitado”, explica.
El P. Jerome es noticia en la Universidad porque ha sido el primer estudiante en defender su tesis doctoral en las Facultades Eclesiásticas tras el confinamiento por COVID-19, y la segunda en la Universidad de Navarra. Este tiempo de encierro, le ha permitido pulir determinadas partes del trabajo y profundizar algunas líneas concretas de la investigación.
Su tesis titulada “The ecumenical theology of Joseph Ratzinger in the light of Unitatis Redintegratio” plasma la postura del Papa emérito sobre cómo la autocomprensión de la Iglesia Católica guía su relación con otras iglesias y comunidades eclesiales.
El P. Jerome Omoregie ha sido el primer estudiante en defender su tesis doctoral en las Facultades Eclesiásticas de la Universidad de Navarra tras el confinamiento por el COVID-19. Este tiempo de encierro, le ha permitido pulir determinadas partes del trabajo y profundizar algunas líneas concretas de la investigación. Su tesis titulada “The ecumenical theology of Joseph Ratzinger in the light of Unitatis Redintegratio” plasma la postura del Papa emérito sobre cómo la autocomprensión de la Iglesia Católica guía su relación con otras iglesias y comunidades eclesiales.
“Ratzinger afirma que la unidad cristiana es posible y que es un proceso lento y minucioso; y enfatiza que la verdadera unidad cristiana es la acción de la Trinidad”, explica.
Para entender a Ratzinger tuvo que aprender alemán. En 2017 realizó un curso en el Instituto de Idiomas de la Universidad de Navarra y en 2019 se desplazó a Frankfurt (Alemania) para profundizar.
“He redactado la tesis en inglés, la defendí en español y los textos originales con los que he trabajado están en alemán. Ha sido un trabajo exigente”, explica.
La investigación ha contado con la dirección del profesor Pablo Blanco y con el asesoramiento del profesor Francisco Varo, ambos profesores de la Facultad de Teología.
Ahora está a la espera de que su obispo le comunique el plan que tiene para él, aunque asegura estar abierto a lo que él le indique.
“Me gustaría, por un lado, dedicarme a la educación y formación de los jóvenes. La formación es clave para una sociedad bien desarrollada. Y, por otro, en el aspecto pastoral, quisiera trabajar por la gente, compartir sus momentos de alegría y de dolor. Participar y compartir el testimonio de la fe”, manifiesta.
El P. Jerome Omoregie afirma que como nación soberana, Nigeria tiene un futuro brillante. Sin embargo, aún no ha podido crecer de modo sostenible a causa de los problemas sociales que la persiguen desde su fundación. Alcanzar la ansiada convivencia pacífica, se ha convertido en uno de sus mayores desafíos.
En un artículo escrito por él en la revista Palabra, el P. Jerome Omoregie afirma que como nación soberana, Nigeria tiene un futuro brillante. Sin embargo, aún no ha podido crecer de modo sostenible a causa de los problemas sociales que la persiguen desde su fundación. Alcanzar la ansiada convivencia pacífica, se ha convertido en uno de sus mayores desafíos.
Señala en el mismo artículo que en los últimos años, la realidad de los cristianos de Nigeria se ha visto afectada por la aparición de grupos radicales islamistas. La persecución ha llegado al punto de situar a Nigeria como el segundo país donde más cristianos son atacados, según la Lista Mundial de Persecución 2017 de Puertas Abiertas.
El P. Jerome Omoregie se entristece porque las iglesias cristianas han sido y siguen siendo los principales blancos de los ataques terroristas.
“Nuestro objetivo actual es reconciliar a las partes agraviadas de las comunidades afectadas. Gracias a las negociaciones, poco a poco, la vida está volviendo a normalizarse y se espera que la confianza perdida se restablezca nuevamente”.
“El diálogo fraterno, la educación de calidad y el respeto universal, sin excepciones, se convierten en herramientas esenciales para garantizar la ansiada paz. Como cristianos, también debemos confiar Nigeria a la guía del Espíritu Santo que sopla donde quiere y cuya acción transformadora penetra en los corazones de todos los hombres”, expresa el sacerdote nigeriano.
