La vida del padre Scott Borgman es realmente apasionante, digna de ser contada en un libro. Nació y fue educado en una familia misionera pentecostal, lo que hizo que viviera en África durante buena parte de su infancia y adolescencia. A los 17 años la familia se estableció en California y él empezó a trabajar en Hollywood. Pero la llamada de Dios tocó a toda su familia y acabarían convirtiéndose al catolicismo. Una llamada que en Scott fue aún mayor, pues le llevó hacia el sacerdocio.
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