Das Nazareth der Jungfrau Maria

Hace unos dos mil años Nazaret era una aldea desconocida para casi todos los habitantes de la tierra. En ese momento la Roma imperial brillaba llena de esplendor. Había muchas ciudades prósperas en las orillas del Mediterráneo. El bullicio de mercaderes y marineros inundaba muchas calles y plazas de ciudades portuarias o emporios comerciales. Nazaret, en cambio, era un puñado de pobres casas clavadas en unos promontorios de roca en la Baja Galilea. Ni siquiera en su región tenía una gran importancia.

Die Stadt Sepphoris, in der sich die meisten kommerziellen Aktivitäten in der Gegend konzentrierten, war nur etwas mehr als zwei Stunden Fußweg entfernt. Es war eine wohlhabende Stadt, mit reichen Gebäuden und einem gewissen Maß an Kultur. Seine Bewohner sprachen Griechisch und hatten gute Beziehungen zur griechisch-lateinischen Geisteswelt. In Nazareth hingegen lebten ein paar jüdische Familien, die Aramäisch sprachen.

Die meisten Einwohner widmeten sich der Landwirtschaft und der Viehzucht, aber es gab auch einen Handwerker wie José, der mit seinem Einfallsreichtum und seinem Einsatz seinen Mitbürgern einen guten Dienst erwies, indem er Schreiner- und Schmiedearbeiten ausführte.

Das Haus der Jungfrau Maria

La casa de María era modesta, como la de sus vecinos. Tenía dos habitaciones. La interior, era una cueva que servía como granero y despensa. Tres paredes de adobe o mampostería adosadas a la roca delante de esa habitación interior sostenían un entramado de ramas, maderas y hojas que servía de techo, y formaban la habitación exterior de la casa. La luz entraba por la puerta.

Allí tenían algunos útiles de trabajo y pocos muebles. Gran parte de la vida de familia se hacía fuera, a la puerta de la casa, tal vez a la sombra de una parra que ayudaría a templar el calor del verano.

Casi todos sus vecinos tenían una casa similar. Las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz parte del antiguo Nazaret. En las casas se aprovechaban las numerosas cuevas que presenta el terreno para acondicionar en ellas sin realizar muchas modificaciones alguna bodega, silo o cisterna.

El suelo se aplanaba un poco delante de la cueva, y ese recinto se cerraba con unas paredes elementales. Posiblemente las familias utilizarían el suelo de esa habitación para dormir.

La jornada comenzaba con la salida del sol. Alguna oración sencilla, como el Shemá, y enseguida se iniciaba la dura faena. El Shemá es una oración, tomada de la Biblia, que comienza en hebreo por esa palabra, y dice así: “Shemá Israel (Escucha Israel), el Señor nuestro Dios es uno solo Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma  y con todas tus fuerzas.

Guarda en tu corazón estas palabras que hoy te digo. Incúlcaselas a tus hijos y háblales de ellas estando en casa o yendo de viaje, acostado o levantado. Atalas a tu mano como signo, ponlas en tu frente como señal. Escríbelas en las jambas de tu casa y en tus puertas” (Dt 6, 4-9).

Die Jungfrau Maria und die Zubereitung von Speisen

Eine der ersten Aufgaben, die jeden Tag nach dem Gebet zu erledigen war, war die Zubereitung von Brot, dem Grundnahrungsmittel für jeden Tag. Um dies zu tun, mahlte Maria, wie es die Frauen zu tun pflegten, zunächst das Weizen- oder Gerstenkorn zu Mehl. Es wurden einige einheimische Steinmühlen aus der Zeit unseres Herrn gefunden, die für diese Aufgabe verwendet wurden.

Das Mehl wurde dann mit Wasser und ein wenig Salz zu einem Teig vermischt, dem eine Prise Hefe zugesetzt wurde - außer zu Ostern. Aus dem Hefeteig wurden sehr dünne Kuchen oder Brötchen hergestellt, die im Ofen gebacken oder in der Glut vergraben und frisch gebacken gegessen wurden.

La comida de cada día sería bastante parecida a la que conocemos actualmente en las regiones mediterráneas. El pan se partía con la mano, sin utilizar cuchillo, y se tomaba solo o con aceite, y acompañado por vino, leche, fruta, y cuando era posible por algo de carne o pescado. La leche se solía guardar en odres hechos con pieles de cabra cosidas, y se bebía directamente de los mismos.

Lo más probable es que casi siempre al tomarla estuviese ácida. De la leche también se obtenían la mantequilla y el queso, que eran alimentos básicos allí donde había ganados, como en Galilea.

Ein weiteres wichtiges Element in der Ernährung dieser Menschen war Öl. Sie aßen auch in Salzlake eingelegte Oliven. Öl wurde sogar auf Reisen mitgenommen, und zwar in kleinen flachen Tonflaschen, die einer Feldflasche ähnelten. Es war auch üblich, Wein zu trinken, der tendenziell stark war und daher meist mit Wasser getrunken wurde, manchmal mit Gewürzen gemischt oder mit Honig gesüßt.

Zu den häufigsten Eintöpfen gehörten Kichererbsen- oder Linseneintöpfe. Das beliebteste Gemüse waren Saubohnen, Erbsen, Lauch, Zwiebeln, Knoblauch und Gurken. Das am häufigsten gegessene Fleisch war Lamm oder Ziege, und etwas Huhn. Die häufigsten Früchte waren Feigen, Datteln, Wassermelonen und Granatäpfel. Orangen, die heute in der Gegend so reichlich vorhanden sind, waren in Galiläa, wo die Heilige Maria lebte, noch nicht bekannt. Santa María.

Antes de comer cada día, se solían recitar unas oraciones para dar gracias a Dios por los alimentos recibidos de su bondad. La bendición de la mesa se hacía más o menos en estos términos: “Benditos seas, Señor, Dios nuestro, rey del Universo, que nos has dado hoy para comer el pan, fruto de la tierra”. Y se respondía: Amén.