Airan Osmar Cortés Silva es un seminarista de la diócesis de Tabasco, México.
"Puedo decir que mi vocación empezó cuando tenía aproximadamente 14 años, a raíz de un retiro de adolescentes en el que tuve la gracia de asistir.
A partir de ahí, empecé a tener una asistencia e interés por las cosas de Dios. Empecé a llegar a las reuniones de los grupos de adolescentes en mi parroquia, misa cada domingo. De esta forma, poco a poco, mi fe fue creciendo.
Después de un año de perseverancia en los grupos de adolescentes, un grupo de unos amigos, tuvimos la idea de formar un coro de adolescentes. Pero claro, éramos muchachitos de 14, 15 y 16 años con idea de formar un coro, pero no tienen los recursos suficientes para poder realizarlo. Sucedió que nos aventuramos a realizar distintas actividades como rifas y un evento un poco grande con el que pudimos conseguir todos los recursos para poder formarlo.
Logramos tener los recursos necesarios, sólo faltaba algo: aprender a tocar los instrumentos. Y aunque muchos no nos tenían fe, logramos formar el coro. Estuvimos en servicio por 8 años en donde cantábamos en misas, peregrinaciones, eventos juveniles, fiestas patronales. Fue una gran experiencia. Cuento esto con un poco de detalle porque fue mi servicio el que me ayudó a fortalecer mi vocación. Gracias a este servicio pude conocer la diócesis y darme cuenta de la necesidad de sacerdotes que hay, no sólo en mi diócesis sino en todo el mundo.
Con un acompañamiento espiritual de dos años y al término de mi carrera profesional, di el paso para entrar al seminario en el año 2016.
Estuve en el seminario de mi diócesis solamente un año y medio, pues en octubre del 2017 me dieron la noticia que debía viajar a España para llevar mi formación en el seminario Bidasoa y mis estudios en la Universidad de Navarra.
Debo aceptar que al inicio fue un poco difícil, pero con la ayuda de Dios pude salir adelante y hoy me encuentro plenamente feliz en Bidasoa a menos de dos años de terminar mi formación".
"Agradezco todo el bien que realizan en favor de las Diócesis necesitadas para responder a los desafíos de la nueva evangelización.
El Señor San José y Nuestra Señora de Guadalupe intercedan ante su Hijo Amado y les llene de abundante misericordia y bendiciones para ustedes y sus familias".
