“En el camino de la vida espiritual no se fíen de ustedes mismos, sino que, con sencillez y docilidad, pidan consejo y acepten la ayuda de quien, con sabia moderación, puede guiar su alma, indicarles los peligros, sugerirles los remedios oportunos, y en todas las dificultades internas y externas les puede dirigir rectamente y encaminarlos..."
Papa Pío XII, Exhortación apostólica Menti nostrae, 27
La dirección espiritual o acompañamiento espiritual busca la orientación de la vida interior y del ejercicio de las virtudes devotas para que cada cristiano sepa realizar sus tareas cotidianas como servicio a Dios y al prójimo. Sin condicionar por ello la naturaleza secular y libre de esas mismas tareas, de las que sólo el interesado es plenamente responsable, como cualquier otro ciudadano. Su fin es exclusivamente espiritual.
El objetivo de la dirección espiritual consiste principalmente en ayudarte a discernir los signos de la voluntad de Dios con la ayuda del consejo de alguien más experimentado en la vida espiritual: el director espiritual.
La figura del director espiritual es muy antigua en la vida de la Iglesia. En un sentido amplio y genérico se puede remontar al mismo Jesucristo y a la época apostólica; aunque a lo largo de la historia de la Iglesia se ha ido enriqueciendo.
Hay que tener en cuenta que la dirección espiritual es complementaria de otras actividades de formación católica y catequesis de carácter más colectivo.
“No se te ocurriría construir una buena casa para vivir en la tierra sin consultarle a un arquitecto. ¿Cómo quieres levantar sin un Director espiritual el alcázar de tu santificación para vivir eternamente en el cielo?"
San Josemaría Escrivá
Es muy difícil que alguien pueda guiarse a sí mismo en la vida espiritual. Tantas veces la falta de objetividad con que nos vemos a nosotros mismos, el amor propio, la tendencia a dejarnos llevar por lo que más nos gusta, o nos resulta más fácil, difuminan el camino que lleva a Dios.
En el director espiritual, vemos a esa persona, que conoce bien el camino de Dios. A quien abrimos el alma y ejerce como maestro de las cosas que a Dios se refieren.
En el Opus Dei, en particular, se ha subrayado desde el principio la importancia de la dirección espiritual como medio decisivo en la formación personal y como ayuda ofrecida a todos los que se acercan a sus apostolados. El espíritu genuinamente secular de esta prelatura personal de la Iglesia Católica lleva a que se marque particularmente, en el ejercicio de la dirección espiritual, la libertad y responsabilidad personal de cada uno tanto en su ámbito profesional, social, político como también en su familia.
"...El papel del maestro espiritual consiste en secundar la labor del Espíritu Santo en el alma y dar paz, en vista del don de sí y de la fecundidad apostólica”
San Josemaría Escrivá
Existen tres cualidades fundamentales para el director espiritual definidas por San Francisco de Sales:
Y San Josemaría Escrivá de Balaguer agrega “…los consejos de la dirección espiritual sirven para iluminar la inteligencia, robustecen la libertad. En ocasiones, esa transmisión de la verdad se hará con fortaleza. La verdadera finura y la verdadera caridad exigen llegar a la médula, aunque cueste: siempre con delicadeza y respetando los ritmos que sean propios de cada persona.”
"...Deberá caracterizarle el ser siempre positiva y motivadora. La motivación constituye el germen de la perseverancia; en ella se gesta realmente la perseverancia. La motivación conduce al amor y el amor es el fundamento de la vida, de la disponibilidad y de la generosidad..."
"...Exigencia y motivación van de la mano. Quien quiera exigir, debe saber motivar, y nunca exigir sin haber motivado, de otra manera la dirección espiritual caerá en saco roto".
“Pedid y se os dará, buscad y encontraréis”. San Mateo 7,7-12.
Para encentrar un Director Espiritual puedes acudir a parroquias o movimientos católicos. Comenzar por confesarte con algunos de sus sacerdotes e irles pidiendo consejo de forma progresiva.
"...La tarea de dirección espiritual hay que orientarla no dedicándose a fabricar criaturas que carecen de juicio propio, y que se limitan a ejecutar materialmente lo que otro les dice; por el contrario, la dirección espiritual debe tender a formar personas de criterio. Y el criterio supone madurez, firmeza de convicciones, conocimiento suficiente de la doctrina, delicadeza de espíritu, educación de la voluntad"
San Josemaría Escrivá
Si queremos que nuestra dirección espiritual sea enriquecedora y no se reduzca a un simple desahogo, un consejo aislado o al cumplimiento formal de un compromiso, debe reunir una serie de características:
"La fe y la vocación de cristianos afectan a toda nuestra existencia, y no sólo a una parte", por tanto, está en relación con la vida familiar, el trabajo, el descanso, la vida social, la política, etc.
Aunque la dirección espiritual no tiene como materia inmediata esos ámbitos debe ofrecer luces y consejos para que cada uno, con libertad y responsabilidad, seguro en la fe y en la moral católicas, tome las decisiones que considere oportunas con conocimiento de causa y dejando que la luz de Dios ilumine toda su vida.
Desde esta perspectiva la dirección espiritual tiene como meta promover la "unidad de vida" que lleva a buscar y a amar a Dios en todo, y a vivir toda la existencia con conciencia de la misión que la vocación cristiana implica."
San Josemaría Escrivá
San Josemaría aconseja tratar siempre, en la dirección espiritual, tres puntos necesarios para un verdadero progreso espiritual:
Esta trilogía pueda relacionarse con lo que nos dicen los Hechos de los Apóstoles, describiendo la vida y la perseverancia de los primeros cristianos "en la doctrina de los apóstoles y en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones".
“…Conocéis de sobra las obligaciones de vuestro camino de cristianos, que os conducirán sin pausa y con calma a la santidad; estáis también precavidos contra las dificultades, prácticamente contra todas, porque se vislumbran ya desde los principios del camino. Ahora os insisto en que os dejéis ayudar, guiar, por un director de almas, al que confiéis todas vuestras ilusiones santas y los problemas cotidianos que afecten a la vida interior, los descalabros que sufráis y las victorias.
En esa dirección espiritual mostraos siempre muy sinceros: no os concedáis nada sin decirlo, abrid por completo vuestra alma, sin miedos ni vergüenzas. Mirad que, si no, ese camino tan llano y carretero se enreda, y lo que al principio no era nada, acaba convirtiéndose en un nudo que ahoga…”
San Josemaría Escrivá
La dirección espiritual requiere, en las personas que la reciben, el deseo de progresar en el seguimiento de Cristo. El que es acompañado espiritualmente ha de tener una actitud abierta a la ayuda.
Al acudir a la dirección espiritual, para secundar la acción del Espíritu Santo y crecer espiritualmente e identificarnos con Cristo, debemos cultivar las virtudes de la sinceridad y de la docilidad, que resumen la actitud del alma creyente ante el Paráclito.
Así describía esta recomendación san Josemaría, dirigiéndose a todos los fieles, de la Obra o no.
"La función del director espiritual, es abrir horizontes, ayudar a la formación del criterio, señalar los obstáculos, indicar los medios adecuados para vencerlos, corregir las deformaciones o desviaciones de la marcha, animar siempre: sin perder jamás el punto de mira sobrenatural, que es una afirmación optimista, porque cada cristiano puede decir que lo puede todo con la ayuda divina..."
San Josemaría Escrivá
Dios nos va conquistando y transformando poco a poco. Ya hemos comentado la importancia de la constancia. Una labor aislada puede quizás dar un pequeño empujón, pero no deja huella profunda. Por eso es esencial el seguimiento periódico de la dirección espiritual para moldear con paciencia y perseverancia el camino dispuesto por Dios para nuestra vida.
Puedes rezar por los sacerdotes que dirigen a tantas almas en la dirección espiritual. Orar personalmente por aquel que dirige tu alma, que te aconseja en diferentes situaciones, pues el don de la sabiduría se encuentra en él. También puedes realizar una oración Oración por las vocaciones sacerdotales para que algún día y con ayuda del Espíritu Santo sean también directores espirituales.
Que Dios los favorezca en este deseo de crecer espiritualmente y madurar en la fe. Que el Señor te pueda providenciar un director espiritual para que realmente te comprometas proceso de crecimiento y madurez espiritual.
Con la colaboración de:
Doctrina Social de la Iglesia
OpusDei.org
Carta pastoral del 2-X-2011 en la que Mons. Javier Echevarría
«Dirección espiritual». Diccionario de San Josemaría Escrivá de Balaguer