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3 julio, 24

Louange-Daniel Egbeku, sacerdote de africa

El primer sacerdote de Togo que estudia para ser diplomático de la Santa Sede

Con 7 años, Louange-Daniel Egbeku, un joven de Lomé, Togo, en África occidental, ya tenía claro que quería ser sacerdote.

Louange-Daniel Egbeku es el primer sacerdote de la archidiócesis de Lomé (Togo) al que su obispo le envía a realizar la carrera como diplomático de la Santa Sede. Pero primero tiene que obtener una licenciatura, y para ello está cursando Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (PUSC) en Roma.

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El deseo de ser sacerdote desde los siete años

Este joven sacerdote (1992) nació en Lomé, Togo, un país de África Occidental, en el seno de una familia católica y fuertemente creyente. El amor y la fe que recibió desde niño hizo que germinase en él una semilla que le llevó a sentir un deseo muy fuerte de ser sacerdote desde los siete años. 

Recuerda su infancia con amor en África: «Transcurrió bajo la mirada afectuosa, benévola y protectora de mis padres, junto al amor de mis hermanos y de todos los miembros de la familia. Realicé mis estudios básicos con normalidad, desde la escuela primaria, pasando por el internado, hasta el bachillerato». 

También describe su adolescencia como tranquila, en la que recibió los sacramentos de iniciación cristiana y aprendió el catecismo, y después, como muchos otros chicos, fue monaguillo durante algunos años.

Discernimiento y el gran día de su ordenación

Después de terminar sus estudios primarios, su fascinación y atracción por ser sacerdote estaba muy viva, tanto que quiso asistir al seminario menor san Pío X, pero no lo logró.

A los 17 años, con la ayuda de su párroco, que le orientó para discernir su vocación, decidió seguir a Jesús, Sumo Sacerdote. 

«Se abría así un nuevo período fundamental de mi vida, el de la formación inicial para el sacerdocio. Esta fase, llevada a cabo sucesivamente en el seminario propedéutico san Pablo de Notsè, en el seminario filosófico Benedicto XVI de Tchitchao y en el seminario teológico san Juan Pablo II de Lomé, me condujo, después de varios ministerios, a mi ordenación diaconal el 29 de septiembre de 2018 y a mi ordenación sacerdotal el 21 de diciembre de 2019.

Fue una inmensa alegría, y una oportunidad para dar gracias por un don que era en sí mismo gratuito», cuenta con emoción.

El sacerdocio: un inmenso regalo de Dios

«Los cuatro años, de servicio sacerdotal que hasta ahora he desempeñado esencialmente en el ámbito parroquial de África como vicepárroco, han sido un período en el que he experimentado y participado, sin mérito alguno, en el despliegue perpetuo del amor ilimitado e infinito de Dios Nuestro Señor por todas y cada una de las personas; un tiempo estupendo por el encuentro cotidiano, tanto con la inmensidad como con la cercanía de Dios. De hecho, cualquier discurso mío sería insuficiente para traducir y testimoniar su soberanía y providencia», nos cuenta Louange-Daniel.

Louange Alouassio Sacerdote Africa Iglesia

Su obispo vio en él cualidades para cursar la carrera de diplomático para el Vaticano. Actualmente reside en la Pontificia Academia Eclesiástica, que fue fundada por el papa Clemente XI en 1701, una institución de la Iglesia universal encargada de formar a los jóvenes clérigos como diplomáticos de la Santa Sede, mediante un curso de estudios especiales después de haber obtenido un grado eclesiástico.

«Sí, ¡soy el primero de mi diócesis a quien le toca esta tan gran responsabilidad!», exclama con entusiasmo. 

Al mismo tiempo, estudia Derecho Canónico en la PUSC, con vistas a obtener primero la Licenciatura y luego el Doctorado. Sin la ayuda de la Fundación CARF, no podría haber realizado estos estudios.

Gracias a todos los benefactores de la Fundación CARF

«Queridos benefactores de la Fundación CARF, quisiera agradeceros vuestra gran benevolencia, y vuestra importante contribución para ayudarme económicamente en el primer año de estudios. También me siento agradecido por el gran número de sacerdotes, personas consagradas y laicos que se han beneficiado de vuestro inconmensurable apoyo durante todos estos años. ¡Benditos seáis!». 

Porque, como afirma Louange-Daniel, esta ayuda está destinada a la Iglesia universal y, en particular, a los católicos de África para que cuente con excelentes sacerdotes con una formación integral para el servicio y el progreso de toda la comunidad, no solo la cristiana. 

«Quién sabe, tal vez también los seminaristas disfruten en el futuro de este hermoso "maná del cielo"; debo decir que, en mi diócesis y en toda África, las vocaciones sacerdotales son particularmente florecientes: ¡demos gracias al Señor!

En conclusión, os encomiendo de modo especial a la benevolencia de Nuestro Señor y os deseo todo lo mejor. ¡Que la Santísima Virgen, Madre de la Iglesia, ¡interceda por todos vosotros! ¡Viva la PUSC! ¡Viva la Fundación CARF!»


Gerardo Ferrara
Licenciado en Historia y en Ciencias Políticas, especializado en Oriente Medio.
Responsable de alumnado en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma.

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