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29 diciembre, 21

Intolerancia y persecución religiosa en el siglo XXI

Tal vez parte de la respuesta esté en las siguientes reflexiones: Intolerancia Sabemos que la intolerancia es la incapacidad de aceptar las ideas, creencias o prácticas de otras personas cuando son diferentes a las propias y qué el intolerante se caracteriza por mantener su opinión, sin atender a otras. También sabemos que cuando se agrega […]

Tal vez parte de la respuesta esté en las siguientes reflexiones:

Intolerancia

Sabemos que la intolerancia es la incapacidad de aceptar las ideas, creencias o prácticas de otras personas cuando son diferentes a las propias y qué el intolerante se caracteriza por mantener su opinión, sin atender a otras.

También sabemos que cuando se agrega el componente emocional o pasional, la intolerancia se convierte en fanatismo o que, cuando hay un apego desmedido a seguir al pie de la letra los textos fundamentales fuera de su contexto, caemos en el fundamentalismo.

Como actitudes humanas, todas ellas atentan a la dignidad de las personas, siendo motivos más habituales por razón de raza, sexo o religión.

Por último, sabemos que la tolerancia es un hábito adquirido y, por tanto, una competencia que los humanos podemos desarrollar voluntariamente, ya que nuestro instinto natural nos llevaría por el camino de la intolerancia y la agresión.

Podríamos deducir hasta aquí, que el origen del problema es personal, propio de cada uno de nosotros, y que depende de la educación recibida en nuestro entorno familiar, social y cultural.

Intolerancia y persecución religiosa en el siglo XXI - Papa Francisco

Francisco también pidió que "nadie sea considerado ciudadano de segunda clase", sobre todo los cristianos, que representan 1% de la población en el país musulmán, ni los yazidíes, minoría perseguida por Estado Islámico.

Consecuencias

Según el último informe de  Ayuda a la Iglesia Necesitada, presentado a finales de 2014, un total de 55 países del mundo (28%), ha sufrido en los dos últimos años un notable empeoramiento o deterioro de la libertad religiosa.

En 14 de los 20 países que sufren una persecución por profesar la religión católica está relacionada con el islamismo radical y, en los otros 6, la persecución está ligada a regímenes autoritarios, la mayoría de ellos comunistas.

Según el informe de la ONG Open Door (Informe World Watch List WWL) más de 100 millones de cristianos son perseguidos hoy en el mundo.

España ha vivido su propia experiencia sobre este fenómeno: 1.523 mártires beatificados, consecuencia de la intolerancia religiosa de los años 30, de los que 11 ya están canonizados.

Advertencias

Es oportuno hacer dos observaciones:

a) El Papa Francisco lo hace sobre la “falsa tolerancia de quienes quieren obligar a los demás a vivir de forma privada y no pública los principios éticos consecuentes a la verdad encontrada”. (20 Jun.14).

En una palabra advierte sobre los lobos con piel de cordero, que proponen quitar los crucifijos o símbolos religiosos de la vida pública o que, en nombre de una falsa tolerancia con otras religiones, impulsan la expropiación de la Catedral de Córdoba, por poner un simple ejemplo del momento actual.

b) También es bueno advertir sobre las acusaciones falsas de discriminación que los artífices de la falacia promueven cuando ponen en un mismo plano de igualdad la dignidad de la persona y su comportamiento, acusando como discriminatoria la censura que se pueda hacer de determinados comportamientos.

Para ejemplificar este fenómeno podemos decir que cuando a un hijo se le censura que salga de botellón y regrese de madrugada, ni se agrede su dignidad personal ni se le está discriminando, solo se censura su comportamiento que es educable y modificable.

Si se censura un comportamiento promiscuo tampoco se le discrimina porque ese comportamiento puede ser modificado por el hijo, manteniendo intacta su dignidad personal que debe ser tratada con la máxima caridad y comprensión.

Plan de acción

El Papa Francisco subraya que “el problema de la intolerancia debe ser afrontada en su conjunto”. “el bien de toda la sociedad corre peligro y todos tenemos que sentirnos involucrados” (oct 2013).

En una palabra, no podemos quedar de brazos cruzados, tenemos que actuar, tenemos que luchar, con los instrumentos disponibles, que para un cristiano son entre otros, la oración, el estar comprometido con causas justas y la participación activa, ya que si no el lugar, nuestro lugar, será ocupado por otros.

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