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«Estudiar aquí lo considero como una gran gracia pura de Dios»

Nombre: Menaka Nanayakkara Wasam Pallawahalage.
Edad: 31 años
Situación: Diácono.
Origen: Colombo, Sri Lanka.
Estudia: Hasitha Menaka Nanayakkara Wasam Pallawahalage

Hasitha Menaka Nanayakkara es uno de los dos primeros seminaristas de la diócesis de Colombo, Sri Lanka que estudian en la Universidad de Navarra.

«Nací en Sri Lanka, un país donde la religión mayoritaria es el budismo, profesada por el 70% de la población. Los católicos ocupan sólo el 6% de los ciudadanos. De madre católica y padre budista, mi hermana mayor y yo fuimos bautizados al nacer y nos educaron desde pequeños en el catolicismo. El esfuerzo que puso mi madre lo hizo posible. Gracias a que en Sri Lanka es un país donde la diferencia entre culturas no supone un conflicto, pude seguir creciendo en mi fe. Primero en un colegio católico y luego en un colegio budista. La vida me ha puesto muchos retos. Cada día buscaba razones para proteger mi fe, pero eso me ha hecho crecer.

Me dí cuenta siendo mayor de lo que mi madre había hecho por mí y del esfuerzo que ella puso en que me formara en la fe católica. Fue en un santuario donde estuvo trabajando. Allí acudían muchos peregrinos. Un día se encontró con una madre y sus dos hijas. Ella le contó que era católica pero que sus hijas no estaban bautizadas, para que cuando fuesen mayores pudieran elegir. Cuando Dios te da la fe y lo aprecias como lo mejor que puedes darle a un hijo, es un error decir que elija él cuando sea mayor, lo afirmo teniendo presente mi propia experiencia.

Desde pequeño sentí la vocación al sacerdocio: El Señor siempre me mostraba signos. Recuerdo que en mi primera comunión, las religiosas pidieron que los niños llegaran a ser sacerdotes y las niñas, consagradas. Hoy siento que Dios, desde ese momento, me estaba llamando. amo al Señor Eucarístico mucho.

Entré en el seminario en 2009 con apenas 17 años en el momento de ingresar y me costó mucho hacerlo. Sin embargo, la vocación te da una alegría que te llena y te da una paz que lo cambia todo. 

Me siento muy agradecido de la formación que he recibido en mi país al largo de 8 años: 4 en un seminario menor, 1 en el seminario propedéutico y 3 en el seminario mayor. En 2017, mi obispo me envió a Pamplona donde comencé mi formación en Teología en la Universidad de Navarra y en el Seminario Internacional Bidasoa que considero como una gran gracia pura de Dios". 

Tanto en la Universidad como en el Seminario nos proporcionan el ambiente necesario para formarnos y salir adelante en las dificultades. El fin de la vida de un sacerdote no es él mismo, sino amar al Señor y al prójimo, y eso se ve en cada uno de los cien compañeros de 25 países diferentes que vivimos allí.

Me siento plenamente agradecido por la ayuda recibida de los benefactores, sin la cual no podría formarme. Veo el Seminario como el seno de la Virgen, donde nacen otros cristos; y a los benefactores como a san José, de su apoyo nacen otros cristos en la Iglesia. Por eso en muchas ocasiones les llamamos padres y madres.

Valoro mucho el apoyo que ustedes me dan y que me hace poder estudiar y continuar mi formación sacerdotal aquí en España. Se lo agradezco con todo el corazón. Les aseguro mis oraciones por ustedes y me comprometo a aprovechar cada oportunidad y cada momento de mi formación para crecer e identificarme con Jesús como un sacerdote, con la gracia de Dios».

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