DONA AHORA

Es un don sentirse llamado al sacerdocio

Nombre: Guillermo Andrés Pérez Otaola
Edad: 33 años
Situación: Seminarista
Origen: Caracas, Venezuela
Estudia: Teología en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz

«Mi nombre es Guillermo Andrés Pérez Otaola, nací el 28 de abril de 1989 en la ciudad de Caracas, Venezuela. Tengo tres hermanos y una hermana, yo soy el último de los cuatro. Mis padres siempre se han dedicado a su familia y hoy en día tienen 10 nietos.

He llegado a sentir la llamada como candidato al sacerdocio a través de la experiencia de Dios en mi vida, en diversas formas, momentos e intensidad. Podría decir que se trata de una historia de vida personal donde poco a poco y de forma ordinaria he ido aprendiendo a acoger y reconocer la participación de Dios que me ha dado la Vida, la oportunidad de crecer en una familia que me permitió recibir la Fe como una semilla y que con el paso del tiempo ha ido creciendo pero no porque se deba una obra mía sino porque en definitiva veo que Dios lo ha querido así y yo he ido aprendiendo poco a poco a desearlo así, entre las luces y sombras de la vida.

Es un don de Dios sentirse llamado al sacerdocio pero también es importante el reconocer que ese don se expresa ordinariamente a través de mis padres, hermanos y tantas personas que me han acompañado en el camino junto a la experiencia de crecimiento personal, de educación, de Fe y desarrollo profesional, aún hay más que decir, ha sido importante la experiencia personal a través de la oración, sacramentos, dirección espiritual y formación continua en la Fe. Así he ido aprendiendo a contemplar los dones de Dios, podría decir que se nos presentan como una verdad que ilumina la razón, que no va contra ella, sino que la ilumina para acogerlos libremente, que proporcionan una alegría y paz que más nadie puede dar y forman parte de nuestra realidad concreta de vida que se desarrolla en el tiempo.

Hoy en día continúo la formación en Roma en la Universidad de la Santa Cruz con la venia de mi Obispo Monseñor Victor Hugo Basabe. La diócesis se llama San Felipe, es una diócesis venezolana que atraviesa momentos difíciles debido a los complicados momentos históricos que el país padece desde hace ya más de veinte años. Es una diócesis que tiene un presbiterio pequeño aunque su extensión territorial es importante y en general, cuenta con bajos recursos. La crisis venezolana es una situación que lamentablemente se padece en diversas formas en la sociedad y sus grados de complejidad cambian pero afecta a todos. La Iglesia Católica en Venezuela es -gracias a Dios- una realidad extendida y en relación al presbiterio tiene cerca de 2.068 sacerdotes distribuidos en las provincias eclesiásticas que comprenden 9 arquidiócesis y 26 diócesis».