El fin es buscar el bien de mi diócesis y de muchas personas que necesitan de nuestra ayuda.

Nombre: Carlos Iván Campos Arévalo
Edad: 27 años
Situación: Presbítero
Origen: El Salvador
Estudios: Licenciatura en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma

Su sueño era ir a la universidad y casarse pero sintió la llamada de Dios

Creció en la ciudad de Ahuachapán, en El Salvador, junto a sus siete hermanos. Cuando terminó la educación básica se trasladó a la capital, donde cursó la educación media (bachillerato) y se incorporó al trabajo pastoral en su parroquia “San José de Las Flores”.

Durante estos años de colaboración en las actividades parroquiales empezó a madurar la idea de la vida consagrada como sacerdote. “Mi gran sueño era estudiar contaduría pública en la Universidad y después casarme, pero en el año 2011 comencé a sentir curiosidad por querer conocer la vida consagrada”. “Nunca lo pensé de niño, pero era algo que estaba dentro de mí”. Así que buscó ayuda y comenzó a dar los primeros pasos para entrar al seminario.

En 2012 fue a la primera convivencia vocacional del Seminario Mayor “con muchos miedos, curiosidad” pero después repitió una y otra vez. Tras meses de reflexión y dudas fue aceptado en el Seminario. “Ese día todo cambió, sentí en mi corazón la necesidad de responder a la llamada de Dios”. “La respuesta cambiaba mis planes, ahora eran los planes de Dios, no más los míos”.

“Hablé con mi mamá y se lo conté y recuerdo que ella, al escucharme, me vio y dijo: “Si eso te va hacer feliz, también yo lo seré”. 

Entró al seminario Benjamín Barrera y Reyes para realizar el año propedéutico y un año después inició los estudios filosóficos y teológicos. “En 2016 el arzobispo me envió a terminar mis estudios a Roma, en el Pontificio Colegio Internacional María Mater Eclesial”. En 2019 regresó y fue ordenado diácono en la Catedral de San Salvador.

“Habiendo necesidad de ciertas ciencias teológicas, filosóficas y de derecho canónico, mi obispo me pidió que volviera para cursar la Licenciatura en Derecho Canónico en la U. P. de Roma”.

Se siente “muy agradecido con todos vosotros que me permitís tener una beca de estudios, porque el fin no es buscar mi bien personal, sino el bien de mi diócesis y de muchas personas que necesitan de nuestra ayuda”.

DONA AHORA