«Me llamo Agustín Seguí, tengo 28 años, soy un religioso del Instituto Religioso Miles Christi, de Argentina.
Quería escribirles para agradecerles de todo corazón su ayuda. Es un magnífico apostolado el que realizan, una grandísima obra de caridad, un acto concreto de amor a Dios y a la Iglesia, ¡y que no quedará sin recompensa en el Cielo!
Este año he comenzado mis estudios de la Teología en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, estoy muy contento ya que estoy viendo en profundidad las grandes verdades de nuestra fe, lo que me servirá el día de
mañana, con la Gracia de Dios, para ayudar a quienes el Señor quiera poner en mi camino.
En la Universidad he conocido a muchísimos compañeros de todas partes del mundo, que vienen a completar sus estudios aquí, lo cual es una oportunidad excelente para entender lo que es la universalidad de la Iglesia, y cómo cada uno en su lugar está cumpliendo el pedido de Cristo de Evangelizar a todas las gentes.
Otra grandísima gracia es poder estudiar en Roma, con toda su riqueza histórica y cultural, poder conocer los lugares por dónde tantos santos dieron la vida como testimonio de su fe.
Hoy en día se vuelve más necesario que nunca el dar testimonio de nuestra fe, la gente lo necesita, aunque pareciera que no se den cuenta. Para lo cual, la formación de los futuros sacerdotes es muy importante, pues nadie puede dar lo que no tiene.
Por eso una vez más les agradezco por su ayuda, porque en esta tarea de recristianización de la sociedad, Ustedes tienen una misión específica y particular que es irremplazable, los seminaristas y religiosos tienen su misión y los sacerdotes otra, unidos todos por el mismo fin, pero cada uno con la vocación que Dios le ha regalado.
Me encomiendo especialmente a sus oraciones, para poder perseverar en el camino emprendido y ser fiel al llamado de Dios! ¡Por mi parte los tendré siempre presentes en mis oraciones y les estaré siempre muy agradecido!
¡Unidos en la oración!».
