«Nací en Granada, Nicaragua, mis padres no eran católicos practicantes pero iban a misa, la que me instruyó en la fe y tengo bonitos recuerdos de cuando era niño y ella ya estaba de avanzada edad, me enseño a rezar, pero sobre todo a llamar a la Virgen María como mamá, por ella le tengo un gran amor a la Santísima Virgen y las oraciones que me enseñó para dirigirme a ella, que fue mi abuela.
Siendo todavía niño entré de monaguillo en mi parroquia, atendida anteriormente por los padres jesuitas, de ellos aprendí a amar al Sagrado Corazón y a tomar conciencia e importancia de la dirección espiritual.
Cuando inicié mis estudios de secundaria, en el año 2012, la parroquia de mi comunidad (Parroquia Asunción Xalteva) toma un giro distinto por las dificultades físicas de los sacerdotes jesuitas pasa a ser una parroquia Diocesana y el primer párroco diocesano llamado Pbro. Augusto pasa a atender a la comunidad por lo cual la confianza y su amistad me motivó a seguir el llamado de Jesucristo, porque su ejemplo su disposición y la espiritualidad como también cuando los fieles necesitaban ayuda o un consejo tenían la atención de un padre atento y muchos varios ejemplos de otros sacerdotes de mi diócesis como la de mi párroco actual el vicario general de la diócesis Luis Vallejos.
Luego finalicé mis estudios de secundaria y después por la motivación de mi párroco y por discernimiento propio ingresé al seminario donde cursé los primeros estudios de Filosofía, lo cual me ayudaron a ver un servicio más amplio en la comunidad, en mi familia y en mi vida como cristiano.
En esta nueva oportunidad de formarme en el Seminario Internacional de Bidasoa y estudiar en la Universidad de Navarra representa para mí un nuevo reto que me ayudará a servir mejor a mi diócesis, con la ayuda de Dios y María y agradezco a Dios y a los donantes por esta gran oportunidad en mi formación sacerdotal».