Ser sacerdote en La Paz (Bolivia) es un regalo para los fieles del paĆs. Este joven sacerdote, estĆ” cursando el segundo aƱo de la Licenciatura en TeologĆa, con especializaciĆ³n en Liturgia, en la Pontifical University of the Holy Cross (PUSC) en Roma.
En octubre de 2024, durante el encuentro anual de benefactores de la FundaciĆ³n CARF en la Ciudad Eterna, tuvo la oportunidad de compartir su testimonio con peregrinos y benefactores, ademĆ”s de celebrar una Misa por ellos.
Manuel puede estudiar en la PUSC y residir en el Colegio Altomonte, gracias a una ayuda financiada por la FundaciĆ³n CARF, un apoyo invaluable para su diĆ³cesis que atraviesa serias dificultades.
Don Manuel nos cuenta cĆ³mo madurĆ³ su vocaciĆ³n, una llamada que sentĆa entre las dudas y las tareas de cualquier joven en el mundo. Ā«Provengo de una familia muy creyente, en la cual he sido educado con mucho amor. Recuerdo muy bien que desde pequeƱo junto a mi hermana nos llevaban a Mass, a las catequesis y a diferentes actividades de la parroquia a las cuales nos gustaba participar constantementeĀ», relata.
Como la mayorĆa de los jĆ³venes de Bolivia, pensaba quĆ© serĆa de su vida, quĆ© iba a estudiar, dĆ³nde iba a trabajar o vivir. Pero habĆa algo mĆ”s, una duda que habĆa que resolver: Ā«ĀæserĆ” que puedo ser sacerdote?Ā»
Don Manuel GuzmĆ”n MurguĆa nos cuenta que estas dudas se acrecentaban cuando participa en las actividades de la pastoral de su colegio. Aquellas actividades le hacĆan sentir mucha paz, y notaba una alegrĆa inmensa al hablar de Dios con otros amigos, de querer ser bueno o de mejorar en su forma de ser.
Ā«Al graduarme del colegio debĆa decidir quĆ© hacer con mi vida, por lo que ingrese a la universidad para estudiar Contabilidad, pero aĆŗn con esa decisiĆ³n, me sentĆa vacĆo. No me sentĆa feliz, y en mi mente venĆan muchas otras opciones, pero algo que resonaba fuertemente era la idea de ser sacerdoteĀ».
Manuel rezaba mucho para saber quĆ© hacer, y gracias al apoyo de su familia, amigos y su comunidad, pudo escuchar la voz del SeƱor dejando todo para entrar en el seminario. Ā«Gracias a las personas que me guiaron: sacerdotes y laicos, supe que la Ćŗnica forma de saber si Dios me estaba llamando era a travĆ©s de un discernimiento profundo, entrar en el desierto para ver mi propia vida.Ā»
Con miedos e incertidumbre, pasĆ³ el tiempo de formaciĆ³n en el seminario, fue acrecentando su vocaciĆ³n gracias a sus formadores, a sus hermanos seminaristas, como tambiĆ©n de las distintas experiencias que le han hecho madurar en la vocaciĆ³n que Dios tenĆa para Ć©l.
Durante su formaciĆ³n, don Manuel conociĆ³ de primera mano la profunda labor que su diĆ³cesis realiza gracias al trabajo de sacerdotes, religiosos y laicos en los distintos apostolados. La archidiĆ³cesis de La Paz tiene 10.975 kmĀ², y cuenta con 53 parroquias y 50 sacerdotes, aproximadamente. Ā«La realidad actual de mi diĆ³cesis es la carencia de sacerdotes, ya que La Paz es una ciudad con muchos habitantes y una mezcla intercultural con distintas realidades sociales, polĆticas y religiosasĀ», nos cuenta.
Su diĆ³cesis sirve en medio de una realidad econĆ³mica escasa, con personas que trabajan de sol a sol para llevar el pan a sus casas. La mayorĆa de la gente en La Paz vive de negocios informales, trabajos duros y temporales. Las parroquias subsisten con la poca ayuda que los fieles puede hacer y gracias a ayudas de fundaciones y benefactores que ayudan a seguir difundiendo el Evangelio a pesar de las limitaciones materiales.
Ā«Durante la Ćŗltima etapa de mi formaciĆ³n he recibido la tarea de promover la pastoral vocacional para nuestro seminario y acompaƱar a los jĆ³venes que sienten una inquietud a la vida sacerdotal, un apostolado que me llevaba siempre a cualificar mi vocaciĆ³nĀ».
DespuĆ©s del proceso de discernimiento, en la Solemnidad de san JosĆ© del 2021, don Manuel recibiĆ³ el diaconado, un ministerio a donde Dios le llevo a configurarse con el rostro misionero de la Iglesia. Ā«El Obispo me confiĆ³ en ese entonces llevar la direcciĆ³n de las Obras Misionales Pontificias, una pastoral que no me la esperaba, pero necesaria para vivir en carne propia la realidad eclesialĀ».
La misiĆ³n que se desarrolla en su diĆ³cesis es el la reevangelizaciĆ³n, ya que muchas personas han sido bautizadas, pero no viven su vida cristiana, o estĆ”n muy alejados de la Iglesia. TambiĆ©n se puede ver la realidad de pobreza en los lugares mĆ”s lejanos de la diĆ³cesis.
La misiĆ³n se va llevando a travĆ©s de personas que voluntariamente van promoviendo espacios de fe en la vida cotidiana de la gente: visitando familias, rezando en las plazas, haciendo caridad, formando en pequeƱas comunidades a familias, etc.
Manuel GuzmĆ”n se ordenĆ³ sacerdote el dĆa de la Immaculate Conception del aƱo 2021. Ā«Ciertamente el Ministerio me ha dado una felicidad inmerecida, pero tambiĆ©n me ha hecho asumir la Cruz del SeƱor. A pesar de decirle al SeƱor como el centuriĆ³n āno soy digno de que entres en mi casaā se fijĆ³ en mĆ a mi corta edad, en mi inexperiencia y en mis debilidadesĀ».
En sus primeros aƱos como sacerdote, el obispo de don Manuel le designĆ³ como formador en el seminario, una tarea desafiante para su joven ministerio. Ā«Durante ese tiempo fui ayudando a los seminaristas a discernir su vocaciĆ³n, afrontando una realidad donde la escasez de seminaristas hace que sea una formaciĆ³n mĆ”s personalizadaĀ», nos cuenta.
Lamentablemente por la escasez de clero, muchos sacerdotes no han podido acceder a un estudio que cualifique la formaciĆ³n en su diĆ³cesis, y es por ello que su obispo tomĆ³ la decisiĆ³n de mandarlo a Roma a estudiar, para poder servir de mejor manera en su diĆ³cesis con la ayuda de la FundaciĆ³n CARF.
Ā«De manera especĆfica, mi obispo me enviĆ³ a estudiar Liturgia, para que posteriormente, si Dios lo quiere, pueda enseƱar todo lo aprendido y pueda enriquecer la dimensiĆ³n celebrativa de mi diĆ³cesis. Es un reto que lo asumo de la mano de Dios para que me dĆ© la sabidurĆa de poder aprender de la mejor manera todo lo que puedaĀ».
La experiencia en Roma, y de manera particular en la Universidad de La Santa Cruz, es una experiencia maravillosa para don Manuel GuzmĆ”n MurguĆa, que estudia y conoce a personas maravillosas. Pero tambiĆ©n desde el corazĆ³n de la Iglesia, estĆ” en comuniĆ³n con el Papa, acrecentando mĆ”s su fe y su vocaciĆ³n.
Don Manuel estĆ” muy agradecido a la FundaciĆ³n CARF y quiere hacerles llegar su gratitud: Ā«Nada de esto serĆa posible sin la ayuda generosa de los benefactores que hicieron posible mi proyecto formativo, y tambiĆ©n a los padres del Opus Dei que brindan su acompaƱamiento espiritual y su amistad. Sepan que estĆ”n siempre en mis oraciones y mis EucaristĆas, Dios los bendiga y les devuelva el ciento por unoĀ».
Gerrardo FerraraBA in History and Political Science, specializing in the Middle East.
Head of the student body at the Pontifical University of the Holy Cross in Rome.