El padre Salvatore di Fazio es uno de los pocos dominicos que estudian en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. Nació en una familia atea que se convirtió cuando él tenía 15 años. Cuando creció se distanció de su familia; se marchó de casa para vivir de forma hedonista y enfocado en el éxito; y, después de descender a la «selva oscura», la Virgen de Pompeya lo llevó por el camino de santo Domingo de Guzmán y santa Catalina de Siena.
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