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10 maijs, 25

Fatimas Dievmāte

Fatimas Dievmāte: cerības gaisma pasaulei

Fatimas Dievmāte parādījās 1917. gadā trim bērniem Portugālē ar vēsti par lūgšanu, atgriešanos un mieru. Viņas aicinājums ir aktuāls arī šodien: lūdzieties Rožukroni un paļaujieties uz viņas Bezvainīgo Sirdi.

Portāls Fatimas Dievmāte es una de las advocaciones marianas más conocidas y veneradas dentro de la Iglesia Católica. Su historia comienza en un pequeño pueblo de Portugal y se ha extendido por todo el mundo como un mensaje de esperanza, conversión y paz. Esta devoción mariana ha tocado los corazones de millones de fieles que ven en ella una manifestación del amor materno de María por la humanidad y una llamada urgente a la conversión.

Pastores de Fátima

El origen de la advocación de Fátima

Todo comenzó en 1917, en la aldea de Cova da Iria, cerca del pueblo de Fátima, en el centro de Portugal. En ese año, tres pequeños pastores —Lucía dos Santos, de 10 años, y sus primos Francisco y Jacinta Marto, de 9 y 7 años respectivamente— afirmaron haber visto a una «Señora más brillante que el sol» durante una de sus jornadas de pastoreo. Esta visión tuvo lugar el 13 de mayo y fue la primera de una serie de seis apariciones que se repitieron el día 13 de cada mes hasta octubre de ese mismo año.

Los niños describieron a la Virgen de Fátima como una mujer vestida de blanco, con un rožukronis en las manos y un semblante lleno de dulzura y serenidad. A pesar del escepticismo inicial de muchos, las multitudes comenzaron a acudir al lugar de las apariciones conforme los rumores se difundían. La última aparición, el 13 de octubre de 1917, fue acompañada por lo que se conoce como el «milagro del sol», presenciado por decenas de miles de personas, creyentes y no creyentes. Muchos testigos relataron haber visto el sol «bailar», girar sobre sí mismo y emitir colores extraordinarios, antes de parecer precipitarse a la Tierra y luego volver a su lugar en el cielo.

Una advocación mariana con profundo mensaje

La Virgen de Fátima no solo se apareció a los tres niños como un gesto extraordinario, sino que vino con un mensaje muy concreto. Su aparición se dio en un contexto histórico especialmente convulso: Europa estaba sumida en la Primera Guerra Mundial y, en Rusia, se gestaba la revolución comunista. En este marco, María trajo palabras que, si bien son profundamente espirituales, tienen implicaciones concretas para la historia y la vida de los pueblos.

En las apariciones, la Virgen de Fátima habló principalmente de tres temas clave: la conversión del corazón, la penitencia por los pecados y la oración —especialmente del Santo Rosario— como medio para alcanzar la paz.

Fatimas Dievmāte

Los tres secretos de la Virgen de Fátima

Uno de los aspectos más conocidos y debatidos de las apariciones de la Virgen de Fátima son los llamados «tres secretos». Estos fueron revelaciones que la Virgen confió a los pastorcitos, y que con el tiempo serían divulgadas, cada una en su momento.

Primer secreto: la visión del infierno

En la aparición del 13 de julio, los niños recibieron una impactante visión del infierno. Lucía lo describió como un gran mar de fuego, donde había almas en sufrimiento acompañadas de demonios horribles. Esta visión no fue dada para sembrar miedo, sino para mostrar la seriedad del pecado y la necesidad urgente de oración y penitencia por la salvación de las almas.

Segundo secreto: la devoción al Inmaculado Corazón y la conversión de Rusia

En esa misma aparición, la Virgen profetizó la próxima guerra mundial (si el mundo no se convertía) y habló de la necesidad de consagrar Rusia a su Inmaculado Corazón. Dijo que si esto se hacía, Rusia se convertiría y habría paz; de lo contrario, esparciría sus errores por el mundo. Este mensaje fue interpretado por muchos como una alusión directa al comunismo ateo que se extendería tras la Revolución Rusa.

Tercer secreto: el martirio y la persecución de la Iglesia

El tercer secreto fue mantenido en reserva por muchos años y solo fue revelado públicamente por el Vaticano en el año 2000. Contenía una visión simbólica de un «obispo vestido de blanco» que camina entre ruinas y cuerpos de mártires, y que finalmente cae muerto por disparos. Esta imagen fue interpretada como una representación de las persecuciones que ha sufrido la Iglesia en el siglo XX, y en particular se ha relacionado con el atentado contra san Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981, aniversario de la primera aparición.

La Virgen de Fátima y la llamada a la oración

Uno de los elementos más repetidos en los mensajes de la Virgen de Fátima fue la oración del Santo Rosario. María insistió en que se rezara el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra. Esta insistencia subraya la importancia que la Iglesia otorga a esta oración como arma espiritual poderosa.

También pidió que se ofrecieran sacrificios por la conversión de los pecadores y que se viviera una vida de penitencia. Esto no implica necesariamente grandes sufrimientos, sino la vivencia diaria de las dificultades con espíritu de amor y entrega.

santuario virgen fatima velas

La dimensión eclesial y profética de Fátima

El mensaje de Fátima no se limita a una experiencia personal de los tres pastorcitos, sino que tiene una dimensión profética y eclesial. El Papa Benedikts XVI, durante su visita a Fátima en 2010, dijo que «se engañaría quien pensase que la misión profética de Fátima ha concluido». La Virgen de Fátima sigue interpelando al mundo de hoy, invitándonos a un cambio de vida, a un corazón más humilde, orante y abierto a Dios.

Además, la devoción a la Virgen de Fátima ha sido especialmente abrazada por los Papas del siglo XX y XXI. San Juan Pablo II, que atribuía su salvación del atentado del 13 de mayo de 1981 a la protección de la Virgen de Fátima, visitó el santuario en varias ocasiones y consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María. También Benedicto XVI y el papa Francisco han demostrado una profunda devoción a esta advocación.

Santuario de la Virgen de Fátima
Santuario de la Virgen de Fátima, Portugal.

Un mensaje actual

Más de un siglo después de las apariciones, el mensaje de Fátima sigue siendo profundamente actual. En un mundo marcado por la violencia, el materialismo y el relativismo, la Virgen sigue pidiendo lo mismo: oración, conversión y reparación. Fátima no es un mensaje de condena, sino de esperanza: la esperanza de que, con la ayuda de Dios y la intercesión de María, el corazón humano puede transformarse, la historia puede cambiar y el bien puede triunfar sobre el mal.

«Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará», prometió la Virgen de Fátima. Esta frase resuena como una luz que guía a los creyentes en medio de la oscuridad del mundo. Confiar en ella es caminar con esperanza hacia el Reino de Dios.