Michael Kanwale Lusato tiene 30 años y es de Mwanza, una zona cercana al Lago Victoria en Tanzania. Es el cuarto de una familia de siete hermanos: cuatro varones y tres mujeres, en la que todos adquirieron responsabilidades muy pronto ya que perdieron a su madre cuando Michael tenía 9 años.
Michael sintió su llamada al sacerdocio en la escuela superior y rápidamente decidió hacer suya la voluntad de Dios y seguir su vocación, dejando sus estudios en ese momento para ingresar en el seminario. Un año después, estudiaba en el Seminario Sedes Sapientiae en Roma.
Fue ordenado diácono el 24 de mayo de 2020, en medio de la pandemia del coronavirus, junto a dos seminaristas más. Sus familias no pudieron acompañarles y únicamente asistieron a la celebración sus compañeros del seminario que permanecieron juntos durante más de tres meses.
Su diócesis, Bunda, es de reciente creación ya que nació en el 2011. Actualmente la conforman 19 parroquias con 37 sacerdotes que se encargan de evangelizar esta zona rural del país africano.
Se forma en Derecho Canónico porque "en nuestra diócesis tenemos pocos sacerdotes canónicos y por eso el servicio que necesitan los fieles no se da de la manera correcta y en el momento adecuado. Otra razón es por que en los principales seminarios de teología (en Tanzania) no hay suficientes canonistas (profesores) para enseñar esta materia. Por eso mi obispo me pidió que estudiara la licenciatura en Derecho Canónico.
Estoy feliz de estudiar este tema creyendo que es la voluntad de Dios para el servicio en su Iglesia."
"Muchas gracias por su ayuda ya que sé que sin ustedes no podría estudiar teología ni derecho canónico aquí en Roma. Lo que hacen por mí y por otros seminaristas, diáconos y sacerdotes es muy bueno a los ojos de Dios.
Les necesito para que la voluntad de Dios se cumpla en mi persona. Les aseguro mi oración y le pido a Dios que los bendiga a ustedes y a todo lo que hacen en su vida diaria y les dé todo lo que necesitan en su vida terrenal y, en última instancia, en la vida eterna."