Mi nombre es Jonathan Daniel Mendoza Martínez de la Diócesis de Granada en Nicaragua.
«Siendo niño siempre tuvo la inquietud de querer ser sacerdote, ya que le llamaba la atención especialmente el momento de la liturgia eucarística. Siguiendo esa inquietud, en el 2016, ingresó al Seminario Menor de la diócesis de Granada.
Al principio la opinión de mis padres no estaba muy de acuerdo, ya que me decían que estudiara otra cosa más, y tener una profesión con ingresos económicos. Sin embargo, yo pensaba de manera diferente en ir y probar lo que era un seminario.
Al cabo de un tiempo, terminé quedándome, y de esta manera pasé al seminario mayor. Estando ahí, se me presenta la opción de si deseo continuar mis estudios fuera del país. Otra decisión que mi mamá no le gustaba, aunque me apoyo. Ahora disfruto de esta gran experiencia, el poder estar con personas de diversas culturas es algo impactante, y a la vez comprometedor. Esto se debe a que entre muchas culturas, y procedencias diferentes implica hacer un ejercicio de comprensión. Al mismo tiempo, es un enriquecimiento, ya que lo que yo puedo aportar ellos también me aportan a mí. Por eso, es importante la valorar, y al mismo tiempo saber que cada historia tiene algo diferente, pero a la vez algo en común que permite un enriquecimiento de experiencias. Principalmente porque esto nos sirve, no solo en estos momentos en que nos estamos formando, si no para toda la vida. Es una experiencia que marca toda la vida, y esto hace que afrontemos muchas realidades que el mundo de necesita solidificar. Por ello, los que estamos aquí llevamos un gran reto hacia el mundo, y en definitiva en la Iglesia.
Tres años después, en 2019, mis formadores, me llaman y me dicen que existe la posibilidad de terminar mis estudios de formación en el Seminario Bidasoa y en la Universidad de Navarra, a lo que respondí que sí me gustaría.
Desde ese momento emprendí una nueva experiencia, desde subir a un avión, ya que en mi país solo viajaba en bus, hasta conocer otro país fuera de mi continente y con muchas personas de todos los continentes, conociendo sus vidas, sus alegrías, dificultades…»