I den escuela de María se aprende lo que todos necesitamos. Ella, como anticipo y madre de la Iglesia, y a la vez como primera discípula, er modellen og kernen i den kristne og kirkelige dømmekraft.
En el escándalo del pesebre (un comedero para animales), María aprende que Dios quiere ser cercano y familiar. Que viene en la pobreza y trae la alegría y el amor, no el miedo. Y que se quiere hacer comida para nosotros. Allí contempla la belleza de Dios acostado en un pesebre.
Mientras otros simplemente pasan y viven, y algunos se asombran, la Virgen María conservaba –guardaba, custodiaba– todas estas cosas, meditándolas en su corazón (Lk 2:19; jf. også v. 51).
Su actitud es la expresión de una fe madura y fecunda. Desde el oscuro establo de Belén, ella da a luz la Luz de Dios en el mundo. Como en un anticipo de lo que vendrá después, María pasa, ya ahora, por la cruz, sin la cual no hay resurrección.
Y así, María –encuentra Francisco– nos ayuda a superar el choque entre lo ideal y lo real.
¿Cómo? Custodiando y meditando. Cabría decir, como hace luego el Papa, que esto sucede en el corazón y en la oración de María: porque ama y reza, María, antes, durante y después de su oración, es capaz de ver las cosas desde el punto de vista de Dios.
"For det første er Maria en vogter, det vil sige, at hun ikke spreder sig. Hun afviser ikke det, der sker. Hun gemmer alt i sit hjerte, alt, hvad hun har set og hørt. De smukke ting, som det, englen havde fortalt hende, og det, hyrderne havde fortalt hende. Men også de ting, der er svære at acceptere: faren ved at blive gravid før ægteskabet, nu den øde tranghed i den stald, hvor hun fødte. Det er det, Maria gør: hun udvælger ikke, men hun vogter. Hun accepterer virkeligheden, som den kommer, hun forsøger ikke at skjule den, hun forsøger ikke at gøre sit liv til noget, hun bevarer den i sit hjerte".
Y luego está la segunda actitud. ¿Cómo custodia María? Lo hace meditando, entrelazando los acontecimientos:
«María compara diferentes experiencias, encontrando los hilos ocultos que las unen. En su corazón, en su bøn realiza esa operación extraordinaria: une lo bello y lo feo; no los mantiene separados, sino que los une». Y por eso –deduce el Papa– María es la Madre de la catolicidad, porque une, no separa. Y así capta el sentido pleno, la perspectiva de Dios.
Pues bien, «esa mirada inclusiva, que supera las tensiones guardando y meditando en el corazón, es la mirada de las madres, que en las tensiones no separan, las custodian y así crece la vida. Es la mirada con la que tantas madres abrazan las situaciones de sus hijos. Es una mirada concreta, que no se desanima, que no se paraliza ante los problemas, sino que los sitúa en un horizonte más amplio».
«Las madres –continúa– saben superar obstáculos y conflictos, saben infundir paz. Así logran transformar la adversidad en oportunidades de renacimiento y oportunidades de crecimiento. Lo hacen porque saben custodiar. Las madres saben cómo proteger, saben cómo mantener unidos los hilos de la vida, todos».
Hoy necesitamos «personas que sean capaces de tejer hilos de comunión, que contrasten los demasiados hilos de púas de las divisiones. Y eso las madres saben hacerlo», dice Francisco.
El Papa insiste en la capacidad que tienen para esto las madres y las mujeres: «Las madres, las mujeres miran el mundo no para explotarlo, sino para que tenga vida: mirando con el corazón, logran mantener unidos los sueños y la concreción, evitando la deriva del pragmatismo aséptico y la abstracción».
Le gusta destacar que la Iglesia es madre y mujer. «Y la Iglesia es una madre, es una madre así, la Iglesia es una mujer, es una mujer así».
Og han udleder, som han har gjort det ved andre lejligheder, denne konsekvens for kirken:
"Derfor kan vi ikke finde kvindens plads i kirken uden at afspejle hende i en kvindelig mors hjerte. Det er kvindens plads i kirken, den store plads, hvorfra andre mere konkrete, mere sekundære pladser udspringer. Men kirken er moder, kirken er kvinde".
Y termina con una exhortación para este nuevo año: «…que, mientras las madres dan vida y las mujeres protegen el mundo, trabajemos todos para promover a las madres y proteger a las mujeres».
Ramiro Pellitero Iglesias, profesor de Teología pastoral de la Facultad de Teología en la Universidad de Navarra.