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Arthur Cesar: «sentí una paz que confirmaba que era Dios quien me llamaba»

21/11/2025

Arthur Cesar feliz de recibir formación sacerdotal en Pamplona gracias a la Fundación CARF

Arthur Cesar de Carvalho Santana es un seminarista de 25 años de la archidiócesis de São Sebastião de Río de Janeiro. Actualmente, cursa su tercer año de Teología en la Universidad de Navarra y vive en el Seminario Internacional Bidasoa.

Arthur, seminarista de 25 años de Brasil, vive una intensa experiencia de formación integral en su camino al sacerdocio. Gracias a la ayuda de los benefactores y amigos de la Fundación CARF, está cursando su tercer año del Bachillerato en Teología de la Universidad de Navarra, como parte esencial de su formación sacerdotal. Además, lleva año y medio viviendo en el seminario internacional Bidasoa. Su historia vocacional comenzó en la parroquia de su infancia y maduró hasta convertirse en una entrega total al sacerdocio.

Una vida marcada por la fe y el servicio desde niño

Creció en un hogar profundamente católico: sus padres y su abuela estaban implicados en la vida parroquial y fueron ellos quienes, con paciencia, le animaron a dar los primeros pasos en la Iglesia. Aunque al principio le costaba ir a celebraciones y actividades, la convivencia familiar le fue formando en la fe.

La música se convirtió en su primer puente con la comunidad. A los diez años empezó a aprender a tocar la guitarra y, entre los 12 y los 19, formó parte del coro parroquial. Aquella afición le ayudó a servir a la Iglesia: los fines de semana estudiaba y colaboraba en la parroquia, como la mayoría de los jóvenes de su entorno.

La influencia familiar

Arthur recuerda con emoción a su hermana menor, y da gracias por su fe. Ver cómo ella sirve a los demás con alegría, y siente también llamada, le llena de gratitud y esperanza.

La llamada al sacerdocio: dos momentos que lo cambiaron todo

Son dos los acontecimientos que, según cuenta, marcaron profundamente su vocación sacerdotal. El primero fue su Confirmación, a los 17 años. Aquel sacramento transformó su interior: comprendió por primera vez lo que significa pertenecer a Cristo y sintió la necesidad de anunciar la alegría de la fe. Con algunos amigos creó un grupo juvenil y se pusieron al servicio del párroco.

El segundo momento fue un retiro juvenil en junio de 2018. Entró convencido de que su futuro sería una carrera civil y una familia, pero el domingo salió decidido a ingresar en el seminario: «una experiencia interior profunda, un encuentro real en el que Dios habla al corazón y una paz inconfundible que me confirmaba que era Él quien llama».

Tras seis meses de acompañamiento parroquial y un año en el grupo vocacional de su archidiócesis, fue invitado a ingresar en el seminario São José en febrero de 2020. Desde entonces ha ido revisando su vida: más sacramentos (Confesión frecuente y Misa diaria), dirección espiritual y una entrega continuada a la formación de sacerdotes.

La experiencia del retiro

Describe el retiro como el punto de inflexión: no fue una intuición pasajera, sino una certeza apacible que le llamó a una entrega ministerial completa.

Evangelizar en contextos diversos: de Río a España

La archidiócesis de São Sebastião de Rio de Janeiro es inmensa y diversa: unos 4.700 km², más de 750 sacerdotes y cerca de 298 parroquias. Evangelizar allí implica a los que trabajan a enfrentarse a realidades muy distintas –desde zonas rurales hasta favelas o barrios acomodados– y a un desafío: buena parte de la población no es católica practicante.

Arthur destaca la labor del cardenal Orani João como promotor de unidad y de iniciativas que acercan la Iglesia a profesionales y educadores. Aun así, el secularismo afecta especialmente a los jóvenes: «el testimonio de tantos católicos comprometidos es como una farola que, poco a poco, alumbra más las calles de nuestra ciudad».

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Arthur Cesar, seminarista de la Archidiócesis de São Sebastião de Rio de Janeiro.

Para él, la evangelización en contextos secularizados pasa primero por el testimonio de vida: «Más que palabras, la vida transformada por Cristo convence. El mundo no necesita versiones diluidas de la Iglesia; necesita autenticidad: doctrina sólida, moral clara, culto digno y un lenguaje que entienda toda la gente».

El sacerdote de hoy

En su opinión, el sacerdote del siglo XXI debe perseverar en una vida recta y virtuosa. «El pueblo no busca organizadores de eventos, sino cercanía, sacramentos y formación. La primera llamada del sacerdote es a la santidad; ser un ejemplo y compañero en la búsqueda de Cristo», afirma.

Formándose en España, Arthur ha observado una devoción popular admirable en España. Por ejemplo, en los pasos de Semana Santa, aunque a veces vaciada de raíz espiritual: «me impresiona su belleza, pero es doloroso cuando la participación se queda en lo cultural y no sigue con la asistencia a la Misa del Domingo de Pascua».

Procedente de una archidiócesis viva y compleja, Arthur mira con esperanza la misión de la Iglesia: pide sacerdotes perseverantes y santos, dispuestos a entregar la vida para acercar cada corazón a Cristo. Su testimonio –apoyado por la formación en la Universidad de Navarra y por la ayuda de la Fundación CARF– es un ejemplo de fidelidad y servicio.


Marta Santín, periodista especializada en religión.


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