El domingo, 20 de marzo, celebramos la Pascua de Resurrección y empezamos a vivir el Tiempo Pascual, que comienza con el Domingo de Resurrección y finaliza el Domingo de Pentecostés. Tras la Pasión y Muerte del Señor en la Cruz, llega la gloria.
San Josemaría explica en la homilía Cristo presente en los cristianos, que «El tiempo pascual es tiempo de alegría, de una alegría que no se limita a esa época del año litúrgico, sino que se asienta en todo momento en el corazón del cristiano. Porque Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en un tiempo y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravillosos».
El Santo Sepulcro, ubicado en Jerusalén, es el lugar donde, según la tradición cristiana, fue sepultado y resucitó Jesucristo. Este sitio sagrado, venerado desde los primeros siglos del cristianismo, es considerado el corazón de la fe cristiana, pues allí se consumó la victoria de Cristo sobre la muerte.
Para los creyentes, el Santo Sepulcro no solo es un destino de peregrinación, sino también un símbolo de esperanza, y de vida eterna. Visitarlo es una forma de encuentro con el misterio central de la Pascua: la Resurrección, fundamento de la vida cristiana. «Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe», añade san Pablo en la Primera Carta a los Corintios (1 Corintios 15:14).
Vieron la piedra corrida y cuando entraron no hallaron el cuerpo del Señor. Su primera reacción fue el miedo, no levantar la vista del suelo.
«Con mucha frecuencia, miramos la vida y la realidad sin levantar los ojos del suelo; sólo enfocamos el hoy que pasa, sentimos desilusión por el futuro y nos encerramos en nuestras necesidades, nos acomodamos en la cárcel de la apatía, mientras seguimos lamentándonos y pensando que las cosas no cambiarán nunca». Así, lo observaba 关于 教皇 en la Vigilia Pascual celebrada en 2022. Eso nos pasa a nosotros.
Teniendo en cuenta que el Señor «no está aquí». Quizá le buscamos «en nuestras palabras, en nuestras fórmulas y en nuestras costumbres, 但我们忘了在生活中最黑暗的角落寻找它。在那里,有人哭泣,有人挣扎,有人痛苦,有人希望"。 我们必须抬头看,向希望敞开自己。.
让我们倾听。 "你为什么要在死人中寻找活人?» No debemos buscar a Dios, interpreta Francisco, entre las cosas muertas: en nuestra falta de valentía para dejarnos perdonar por Dios, para cambiar y terminar con las obras del mal, para decidirnos por Jesús y por su amor; en el reducir la fe a un amuleto.
«Haciendo de Dios un hermoso recuerdo de tiempos pasados, en lugar de descubrirlo como el Dios vivo que hoy quiere transformarnos a nosotros y al mundo»; en «un cristianismo que busca al Señor entre los vestigios del pasado y lo encierra en el sepulcro de la costumbre», señala Francisco.
他们 宣布复活的喜悦: «La luz de la Resurrección no quiere retener a las mujeres en el éxtasis de un gozo personal, no tolera actitudes sedentarias, sino que genera discípulos misioneros que 'regresan del sepulcro' y llevan a todos el Evangelio del Resucitado.
在看到和听到之后,妇女们跑去向门徒们宣布复活的喜悦,尽管她们知道自己会被当作傻瓜。但他们并不关心自己的声誉或捍卫自己的形象;他们不衡量自己的感受,也不计算自己的言语。
Sólo tenían el fuego en el corazón para llevar la noticia, el anuncio: «¡El Señor ha resucitado!».
彼得的继任者说,我们也是如此。 我们被邀请沿着世界的道路奔跑,没有恐惧或机会主义,分享遇到主的喜悦。超越我们经常封闭的某些形式,超越舒适和福祉。
这个 是教皇的复活节信息, «al término de una cuaresma que parece no querer acabar», entre pandemias y las guerras.
«Llevémoslo a la vida ordinaria: con gestos de paz en este tiempo marcado por los horrores de la guerra; con obras de reconciliación en las relaciones rotas y de compasión hacia los necesitados; con acciones de justicia en medio de las desigualdades y de verdad en medio de las mentiras. Y, sobre todo, con obras de amor y de fraternidad».
Jesús nos trae la paz llevando «nuestras llagas». Nuestras porque se las hemos causado nosotros y porque Él las lleva por nosotros.
«Las llagas en el Cuerpo de Jesús resucitado son el signo de la lucha que Él ha combatido y vencido por nosotros, con las armas del amor, para que nosotros podamos tener paz, estar en paz, vivir en paz» (Bendición urbi et orbi, Domingo de resurrección, 17-IV-2022).
方济各将在复活节星期一说,有了基督的胜利和他的和平,我们将能够 "从我们恐惧的坟墓中走出来"(对死亡的恐惧,对消逝的恐惧,对失去亲人的恐惧,对生病的恐惧,对无法继续的恐惧......)(Regina Caeli,18-IV-2022)。
另外 我们,就像复活节早晨的门徒一样,每天都有足够的理由去相信: «Yo —te dice Jesús— he probado la muerte por ti, he cargado sobre mí tu mal. Ahora he resucitado para decírtelo: estoy aquí, contigo, para siempre. ¡No temas! No tengáis miedo» (Ib.).
Ramiro Pellitero Iglesias, profesor de Teología pastoral en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra.