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23 июня, 25

Сюдун Фэн Китайский семинарист Бидасоа

Семинарист Ксудонг, впечатленный Испанией

Cuando El seminarista chino de Bidasoa, Xudong Feng, que adoptó el nombre español de Pedro Mari, puso por primera vez un pie en España no sabía que aquel viaje marcaría su vida para siempre.

Xudong Feng, procede de Taiyuan, una antigua diócesis del norte de China; llegaba con los muy ojos abiertos, el corazón lleno de fe y un temblor en el alma. Era la primera vez que salía de su país, y aunque le embargaba la incertidumbre y la dificultad del idioma, algo en su interior le decía que no venía solo a estudiar: venía a crecer.

Junto a Xudong Pedro Mari, otros dos seminaristas de China, residentes en el Seminario Internacional Bidasoa y que estudian en las Facultades Eclesiásticas de la Universidad de Navarra, realizarán este verano su pastoral en Madrid, colaborando con los párrocos en las tareas litúrgicas y catequéticas.

Los compatriotas de Xudong Pedro Mari son Pengfei Wang (José Pedro), que pertenece a la archidiócesis de Taiyuan y acaba de culminar el curso puente de Bachillerato en Teología, y Zhinqinag Duan, (Pablo) de la archidiócesis de Beijing, que estudia el cuarto curso de Bachillerato en Teología.

Xudong Feng seminarista bidasoa

Вселенская Церковь

Junto a Xudong Pedro Mari, Pengfei José Pedro y Zhinqinag Pablo, otros 28 seminaristas de distintos países se desplazarán estos meses de verano a parroquias madrileñas. Este grupo de chicos colaborarán con los párrocos en la preparación de los таинства, la catequesis y otras labores pastorales y de liturgia como parte de su proceso de formación integral.

En el Seminario Internacional Bidasoa, Xudong Pedro Mari ha encontrado algo que no esperaba. En aquel rincón de Pamplona no solo ha hecho amigos de casi todos los continentes –África, América Latina, Europa, Asia–, sino que ha descubierto «la belleza de una Iglesia verdaderamente universal», afirma. Cada conversación, cada celebración compartida, cada plato que probaba o costumbre que aprendía, eran para él una lección de comunión.

«Al principio me costaba mucho hablar. No entendía bien el idioma, pero poco a poco fui comprendiendo. Hoy puedo decir que entiendo más que palabras; entiendo corazones», comenta con una sonrisa amable Xudong Pedro Mari.

Xudong Feng seminarista bidasoa

El ambiente espiritual de España

Xudong Pedro Mari estudia en la Университет Наварры gracias al apoyo de la Fundación CARF. Cada día atraviesa los pasillos de la Facultades Eclesiásticas con su cuaderno en la mano y con una convicción profunda: que su vocación es un regalo para los demás.

A Xudong Pedro Mari le ha impresionado especialmente, el ambiente espiritual que ha encontrado en España. «Aquí hay muchas iglesias. Incluso en las universidades, en los hospitales… Se respira fe. Es algo que me alimenta por dentro. ¡Me recuerda que la Iglesia está viva!», exclama.

Desde Navarra, comparte cada descubrimiento con su familia. «Les cuento todo: la cultura, las costumbres, las comidas, la forma de vivir la fe. Están muy contentos. Se alegran de que esté aquí aprendiendo, porque saben que es para volver mejor a casa».

Xudong Feng seminarista bidasoa

Las dificultades de la Iglesia en China

Y su casa es Taiyuan, una diócesis con más de 100.000 católicos, donde todavía se respira el sacrificio de siglos de persecución. «La Iglesia en China ha pasado por mucho. Desde la dinastía Tang, en el siglo VII, con la Iglesia nestoriana, hasta la llegada de los jesuitas en el siglo XVI. Ha habido mucha dificultad, pero la fe sigue ahí, como una llama protegida por manos viejas».

Xudong Pedro Mari recuerda con emoción cómo su vocación nació en esa tierra regada de fidelidad: «Mi abuelo y mis padres me enseñaron a ir a Misa todos los días desde niño. No era una obligación, era una herencia. Así empecé a sentir que quería ser sacerdote».

Hoy, mientras completa su formación, sabe que China necesita muchos sacerdotes y misioneros. La Iglesia crece, pero aún enfrenta desafíos: tensiones sociales, poca libertad en algunos lugares y, sobre todo, la necesidad de esperanza.

«Estoy aquí gracias a muchas personas que creen en nuestra vocación. Gracias a la Fundación CARF, puedo formarme bien para servir mejor. Sé que mi camino no termina en Navarra: apenas empieza. Quiero volver a mi pueblo, a mi diócesis, y dar lo que he recibido».

Xudong Pedro Mari, el seminarista de ojos orientales y corazón universal, camina despacio, sin prisas, pero con firmeza. Su historia es la de miles de cristianos en China que, entre silencios y fidelidades, siguen manteniendo viva la fe. Y también es la historia de una Iglesia sin fronteras, donde un joven de Taiyuan puede encontrar, en España, un hogar para su vocación.

Xudong Feng seminarista bidasoa

Марта Сантин, Журналист, специализирующийся на религии.

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