Carlos Alberto Bracho tiene 36 años, es de la diócesis de Cabimas, (Venezuela) y estudia en el Seminario Internacional Bidasoa gracias a una beca de la Fundación CARF. Cuando le comentó al rector del seminario en Venezuela sobre su vocación tenía 27 años y pensó: “es muy tarde para comenzar este camino”. Sin embargo, para Dios no hay tiempo, a unos llama antes y a otros después.
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