Cuando tenía 4 años falleció su padre. Jeevan y su madre se quedaron solos. Iniciaron una búsqueda en la que tan solo la Iglesia Católica supo darles consuelo. En 2005 se bautizaron pese a la desaprobación de su casta y de su comunidad hindú. Dieciocho años después Jeevan se prepara para ser sacerdote en Roma.
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