ΔΩΡΕΑ ΤΩΡΑ

Ίδρυμα CARF

25 Απρίλιος, 25

Πνευματική διαμόρφωση ιερέας προσευχής

"Η προσευχή και η εκπαίδευση βοηθούν να αποκτήσει ο ιερέας ταυτότητα".

Ο ιερέας Bartosz Adamski, ιατρός και καθηγητής στο Πανεπιστήμιο Nicolaus Copernicus στο Torun της Πολωνίας, είναι σαφές ότι η πνευματική και ακαδημαϊκή κατάρτιση είναι απαραίτητη για τους νέους ιερείς όπως ο ίδιος για να ανταποκριθούν στις προκλήσεις του σημερινού κόσμου.

El crecimiento de la cultura anticatólica polaca requiere una buena formación espiritual y mucha oración a todos los sacerdotes, pero a los jóvenes en especial. Polonia sigue siendo un bastión del catolicismo en Europa, aunque también da muestras de una secularización que afecta sobre todo a la juventud, de ahí que este sacerdote urja a evangelizar sin descanso. Adamski señala que en Polonia todavía en torno al 90 % de la población se declara católica, pero de este porcentaje ya sólo asiste a Misa los domingos el 30 %, un porcentaje más alto que el de otros países europeos.

Torún es la ciudad natal de Nicolás Copérnico, canónigo, matemático y astrónomo conocido, sobre todo, por ser el autor de la teoría heliocéntrica que demostraba que la Tierra giraba alrededor del sol. Su vida y sus aportaciones científicas han sido unas de las demostraciones más claras del vínculo tan profundo que ha existido a lo largo de la historia entre ciencia y fe.

Πνευματική διαμόρφωση

De esta diócesis polaca procede precisamente Bartosz Adamski, sacerdote, doctor en Teología por la Universidad de Navarra y actualmente también profesor de la universidad que lleva el nombre de este gran científico católico en Torún.

«Cada año observamos que este porcentaje baja. Generalmente, a los jóvenes no les interesa la fe por lo que la cultura en Polonia se hace cada año más secular y anticatólica», explica Bartosz. Sobre esta situación, cuenta una anécdota: «uno de mis amigos sacerdotes es español y cuando visitó mi país en sus vacaciones me dijo que Polonia es ahora como España hace treinta años. Entonces, podemos esperar que en el futuro la Iglesia en Polonia tenga muchos menos fieles. Por supuesto, nosotros como sacerdotes polacos intentamos hacer frente a esta tendencia y, para ello, evangelizamos, hacemos catequesis y formamos a la gente y a nosotros mismos».

La familia, clave para formación espiritual de los hijos

Bartosz Adamski ingresó en el seminario de su diócesis con diecinueve años tras acabar el Bachillerato. «Mi familia, es decir, mis padres y mis abuelos, han jugado un papel imprescindible en el crecimiento de mi fe. Me dieron los fundamentos necesarios para ser cristiano, me mostraron lo que era una vida honesta y me enseñaron cómo vivir en el amor verdadero», confiesa este sacerdote.

Sobre su llamada, él mismo reconoce que es un auténtico misterio y que «sólo Dios sabe cómo fue». Reconoce que nunca fue monaguillo ni participó en grupos parroquiales. Simplemente iba a Misa los domingos y a veces entre semana. Por ello, cree que su vocación se fue forjando, tanto en su corazón como en su mente, desde que recibió el sacramento de la Confirmación. «Desde joven me gustaba la Filosofía y buscaba una respuesta a la pregunta: ¿cómo está ordenado el mundo?; y luego a otra: ¿quién lo ordena? Así mi búsqueda me guió al seminario mayor».

Una vez ordenado, Adamski fue enviado por su obispo a Pamplona para realizar el doctorado en Teología Dogmática en la Universidad de Navarra. Sobre esta etapa de su vida, que fue de 2018 a 2022 e incluyó toda la pandemia de coronavirus, este sacerdote asegura que este tiempo de estudios fue muy importante para su vida sacerdotal. «Profundicé mi saber teológico y obtuve mucha experiencia de la vida eclesial en un ambiente muy internacional», nos dice Bartosz.

El sacerdote Bartosz Adamski

Su estancia en España y su experiencia en la universidad

Lo que más le llamó la atención fue la universidad en sí misma: «Su orden, su rica biblioteca, sus profesores bien preparados y el ambiente académico. Todo esto invita a μελέτη». Otra enseñanza que el padre Adamski extrajo de su paso por España es que para ser buen teólogo hay que leer mucho, trabajar mucho y aprender la metodología correcta.

Mención aparte hace de la pandemia mundial de coronavirus que le tocó vivir en Pamplona. Fue un periodo complicado, pero donde también encontró cómo sobrellevarlo: «Recuerdo que en nuestra residencia los encuentros tomando un café nos ayudaban mucho, así podía hablar con los hermanos y sobrevivir al tiempo de confinamiento».

Oración y formación ayudan a obtener una identidad sacerdote

Un mensaje especial para los benefactores de la Fundación CARF

Por último, este polaco tiene un mensaje especial a los benefactores de CARF: »¡Gracias por sus oraciones y ofrendas! Gracias a ustedes los sacerdotes de muchos países pueden obtener una buena formación, y no sólo teológica, para servir mejor a la Iglesia».

Ante los retos de los sacerdotes de hoy, especialmente los más jóvenes, Bartosz Adamski tiene claro que «lo más importante es la relación personal del sacerdote con Jesucristo». Por lo tanto, incide en que «la oración y la πνευματική διαμόρφωση son la clave». E incide en este último punto puesto que cree que el estudio es fundamental para que un sacerdote sepa cómo es Dios y para que pueda responder a la exigencia del mundo hoy. Todo ello ayuda -a su juicio- a obtener una identidad sacerdotal. «El sacerdote no puede olvidar quién es», sentencia.