Nuevos diplomas de experto de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra

Las materias de estos diplomas no están diseñadas como un mero estudio de Psicología o de conocimientos exclusivamente técnicos. Al impartirse en una Facultad de Teología, el enfoque es necesariamente multidisciplinar, incidiendo en su dimensión teológica, espiritual y pastoral.

¿Por qué unos estudios de Psicología y vida espiritual?

Muchos formadores de centros relacionados con la Iglesia detectan una laguna en conocimientos psicológicos básicos, que les impide atender de un modo adecuado a las personas que se les han confiado.

La complejidad de la cultura y la sociedad en el siglo XXI influyen grandemente en la formación de la personalidad de los jóvenes y en el modo de afrontar la vida y los problemas a todas las edades.

La dedicación a tareas formativas y de acompañamiento espiritual requieren conocimientos específicos y profundos, tanto de la normalidad psicológica y de sus variantes como de posibles trastornos.

De todos es conocido el importante aumento de sintomatología psíquica en la época actual, en particular unida a la ansiedad, adicciones, depresión y estrés profesional.

Por todo ello, parece necesario ofrecer una formación profunda en Psicología y materias afines, que sirva de complemento a la capacitación del profesor, guía espiritual o de personas con tareas directivas o de áreas sensibles en entidades educativas tanto laicas como religiosas.

¿Cuáles son los objetivos de estos diplomas de experto?

  • Dotar a las personas de un conocimiento en Psicología y ciencias afines suficiente para acoger, comprender y acompañar a personas de toda edad y condición en su vida moral y espiritual.
  • Aportar herramientas teóricas y prácticas para conocer los modos normales de la madurez personal, sus variantes y las posibles crisis; así como las estrategias útiles para afrontarlas. Esto capacitará para realizar un primer diagnóstico de posibles alteraciones o variantes de la normalidad.
  • Ayudar a prevenir, reconocer y auxiliar en situaciones conflictivas o de riesgo que dificulten el desarrollo de la identidad personal, de las relaciones interpersonales y de la vida espiritual.

Oferta de los diplomas de Experto

Fechas de los diplomas de experto

Los Diplomas se cursan de manera presencial en el campus de Pamplona de la Universidad de Navarra. Tienen titulación propia de la Universidad de Navarra.

  • Diploma en Psicología y vida moral. Del 4 de septiembre al 10 de octubre de 2023. De lunes a viernes.
  • Diploma en Acompañamiento espiritual y resolución de conflictos. Del 26 de octubre al 7 de diciembre de 2023. De lunes a viernes.

 

Para más información: José María Pardo Sáenz: jmpardo@unav.es

Obras de misericordia: espirituales y corporales

¿Qué son las obras de misericordia?

Son actos desinteresados realizados con desprendimiento y generosidad que hacemos por otras personas. Las obras de misericordia son catorce, siete corporales y siete espirituales. Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras de misericordia espirituales, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. Entre las obras de misericordia corporales encontramos, la limosna que es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; como también una práctica de justicia que agrada a Dios. Catecismo de la Iglesia Católica, 2447

En papa Francisco nombró el año 2014 como el Año de la Misericordia, aquí vamos a hacer un repaso para recordar qué son y cuáles son las obras de misericordia que ha recomendado meditar y realizar durante ese tiempo pero que no pueden quedar en el olvido.

Todo cristiano tiene que mantener presente estas obras como “modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.”

La Iglesia tiene la sabiduría de una buena madre, que sabe lo que necesitan sus hijos para crecer sanos y fuertes, en el cuerpo y en el espíritu. Con las obras de misericordia, nos invita a descubrir siempre de nuevo que tanto el cuerpo como el alma de nuestros hermanos los hombres necesitan de cuidados, y que Dios nos confía a cada uno esa custodia atenta.

«El objeto de la misericordia es la misma vida humana en su totalidad. Nuestra vida misma en cuanto “carne” está hambrienta y sedienta, necesitada de vestido, casa y visitas, así como de un entierro digno, cosa que nadie puede darse a sí mismo (…). Nuestra vida misma, en cuanto “espíritu”, necesita ser educada, corregida, animada, consolada (…). Necesitamos que otros nos aconsejen, nos perdonen, nos aguanten y recen por nosotros»  Francisco, 3ª meditación en el Jubileo de los sacerdotes, 2-VI-2016.

Impacto de las obras de misericordia en quien las realiza

La práctica de las obras de misericordia genera gracia a quien las ejerce. El evangelio de Lucas relata las palabras de Jesús: “Dad, y se os dará”. Por lo que con las obras de misericordia hacemos la Voluntad de Dios, entregamos algo nuestro a los demás y el Señor nos promete que nos otorgará también a nosotros lo que necesitemos.

Por otro lado, realizar obras de misericordia es una manera de compensar y restituir nuestra alma por nuestros pecados ya perdonados en el sacramento de la confesión. Realizando obras buenas como son, por supuesto, las Obras de Misericordia. “Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos alcanzarán misericordia” Mt.5, 7.

Además, las Obras de Misericordia nos van ayudando a avanzar en el camino al Cielo, porque nos van haciendo parecidos a Jesús, nuestro modelo, que nos enseñó cómo debe ser nuestra actitud hacia los demás. En Mateo se recogen las siguientes palabras de Cristo: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde los ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.

Al seguir esta enseñanza del Señor cambiamos los bienes temporales por los eternos, que son los que valen de verdad.

Obras de Misericordia Corporales

1 Visitar a los enfermos
2 Dar de comer al hambriento
3 Dar de beber al sediento.
4 Dar posada al peregrino.
5 Vestir al desnudo.
6 Visitar a los presos.
7 Enterrar a los difuntos.

"Un hombre que no reaccione ante las tribulaciones o las injusticias, y que no se esfuerce por aliviarlas, no es un hombre a la medida del amor del corazón de Cristo".
Papa Francisco

Dar de comer al hambriento y Dar de beber al sediento

"El que tenga dos túnicas que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer que haga lo mismo" (Lc 3, 11). Estas dos obras de misericordia se complementan y se refieren a la ayuda que debemos procurar en alimento y otros bienes a los más necesitados.

Dar posada al peregrino

No es el caso común de hoy en día pero podría tocarnos recibir a alguien en nuestra casa, no por pura hospitalidad de amistad o familia, sino por alguna verdadera necesidad.

Vestir al desnudo

Esta obra de misericordia se dirige a paliar otra necesidad básica: el vestido. Muchas veces, se nos facilita con las recogidas de ropa que se hacen en Parroquias y otros centros. A la hora de entregar nuestra ropa es bueno pensar que podemos dar de lo que nos sobra o ya no nos sirve, pero también podemos dar de lo que aún es útil.

En la carta de Santiago se nos anima a ser generosos: «Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: “Id en paz, calentaos o hartaos”, pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?» St 2, 15-16.

Visitar al enfermo

En esta época de pandemia mundial esta obra de misericordia cobra un fuerte significado. Se trata de una verdadera atención, tanto en las necesidades físicas, como hacerles compañía y orar por los enfermos y ancianos. Un buen ejemplo de la Sagrada Escritura es el de la Parábola del Buen Samaritano en el Evangelio de San Lucas.

Visitar a los encarcelados

Consiste en visitar a los presos y prestarles no sólo ayuda material sino una asistencia espiritual que les sirva para mejorar como personas, enmendarse, aprender a desarrollar un trabajo que les pueda ser útil cuando terminen el tiempo asignado por la justicia. Hoy son los sacerdotes y consagradas los que realizan esta tarea solidaria tan complicada, hay que rezar por los sacerdotes, acompañarlos y apoyarlos en esta obra solidaria social.

Enterrar a los difuntos

Ofrecer una misa por los difuntos y enterrar dignamente a los muertos parece un mandato superfluo, pero no lo es. En tiempo de guerra, puede ser un mandato muy exigente. ¿Por qué es importante dar digna sepultura al cuerpo humano? Porque el cuerpo humano ha sido alojamiento del Espíritu Santo. Somos “templos del Espíritu Santo” 1 Cor 6, 19.

Obras de Misericordia Espirituales

1 Enseñar al que no sabe.
2 Dar buen consejo al que lo necesita.
3 Corregir al que se equivoca.
4 Perdonar al que nos ofende.
5 Consolar al triste.
6 Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
7 Rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.

"Un cristiano no puede detenerse solo en problemas personales, ya que ha de vivir de cara a la Iglesia universal, pensando en la salvación de todas las almas."
Papa Francisco

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Enseñar al que no sabe

"Los que enseñan la justicia a la multitud, brillarán como las estrellas a perpetua eternidad" (Dan 12, 3b).

Se refiere a enseñar en cualquier materia: también sobre temas religiosos. Esta enseñanza puede ser a través de escritos o de palabra, por cualquier medio de comunicación o directamente. Dar ayuda y apoyo a la formación sacerdotal también es una obra de misericordia espiritual.

Dar buen consejo al que lo necesita

Uno de los dones del espíritu Santo es el don de consejo. Por ello, quien pretenda dar un buen consejo debe, primeramente, estar en sintonía con Dios, ya que no se trata de dar opiniones personales, sino de aconsejar bien al necesitado de guía.

Corregir al que se equivoca

La corrección fraterna es explicada por el mismo Jesús en el evangelio de Mateo: “Si tu hermano peca, vete a hablar con él a solas para reprochárselo. Si te escucha, has ganado a tu hermano” (Mt 18, 15-17).

Para corregir a nuestro prójimo debemos hacerlo con mansedumbre y humildad. Muchas veces será difícil pero podemos acordarnos de los que dice el apóstol Santiago al final de su carta: “el que endereza a un pecador de su mal camino, salvará su alma de la muerte y consigue el perdón de muchos pecados” (St 5, 20).

Perdonar las injurias

Cuando rezamos el Padrenuestro decimos “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” y Jesucristo nos dice: “si perdonáis las ofensas de los hombres, también el Padre Celestial os perdonará. En cambio, si no perdonáis las ofensas de los hombres, tampoco el Padre os perdonará a vosotros” (Mt 6, 14-15).

Perdonar es superar la venganza y el resentimiento. Significa tratar amablemente a quien nos ha ofendido. El mayor perdón es el de Cristo en la Cruz, que nos enseña que debemos perdonar todo y siempre: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. (Lc 23, 34).

Consolar al triste

El consuelo para el triste, para el que sufre alguna dificultad personal o se encuentra en un momento donde tiene que superar el duelo es otra obra de misericordia espiritual. Muchas veces, se complementará con dar un buen consejo, que ayude a superar esas situación de dolor o tristeza. Acompañar al prójimo en todos los momentos, pero sobre todo en los más difíciles, es poner en práctica el ejemplo de Jesús en el Evangelio que se compadecía del dolor ajeno siempre que lo veía.

Sufrir con paciencia los defectos de los demás

La paciencia ante los defectos ajenos es virtud y es una obra de misericordia. Cuando el soportar esos defectos causa más daño que bien, con mucha caridad y suavidad, debe hacerse la advertencia.

Orar por vivos y difuntos

San Pablo recomienda orar por todos, sin distinción, también por gobernantes y personas de responsabilidad. Orar por las vocaciones sacerdotales y religiosas y las intenciones del Papa. También es importante orar por los difuntos que están en el Purgatorio, rezar por ellos y pedir indulgencia plenaria para que sus almas sean libres de pecado. 

Arropar la debilidad del prójimo

Aunque sin duda conviene dar vida a proyectos allí donde tengamos posibilidad de dar una mano, el terreno habitual de la misericordia es un día a día del trabajo regido por la pasión de ayudar: ¿qué más puedo hacer? ¿a quién más puedo implicar? Todo esto es misericordia en acto, sin horarios, sin cálculos: «una misericordia dinámica, no como un sustantivo cosificado y definido, ni como adjetivo que decora un poco la vida, sino como verbo –misericordiar y ser misericordiados–». Francisco, 1ª meditación en el Jubileo de los sacerdotes, 2-VI-2016.


Bibliografía:

Discernimiento del corazón

Ha prestado una atención especial a la importancia de los afectos en el examen de conciencia y en la oración. No se refiere, por tanto, al papel del acompañamiento o a la dirección espiritual, excepto en la última audiencia general; y tampoco al discernimiento en otros niveles sociales o eclesiales.

Todos necesitamos saber discernir para tomar las decisiones correctas. Es lo propio de la virtud de la prudencia, aunque este término hoy ha adquirido un sentido reductivo de cautela o precaución. Pero en sí la prudencia es “la recta razón en el obrar”, y, por tanto, también puede llevarnos a actuar sin demora y con generosidad.

Desde el punto de vista cristiano, además, el discernimiento requiere tener en cuenta nuestra condición de hijos de Dios, la amistad y el trato personal con Jesucristo, y la acción del Espíritu Santo.

El Papa animó a saber reconocer las señales con las que Dios se hace encontrar en las situaciones imprevistas, incluso desagradables; y, también, a saber percibir algo que puede hacernos empeorar en el camino, aunque se presente de modo atractivo.

Elementos del discernimiento

En una primera parte de sus catequesis (hasta el 19 de octubre incluido) el papa Francisco señaló cuatro elementos principales de este discernimiento espiritual que podríamos llamar “individual”.

En primer lugar, la amistad o familiaridad con el Señor: hablar con Él en la oración, con cercanía y confianza, porque Él nunca nos abandona.

Segundo, el conocimiento propio, que no es fácil; porque tendemos, por una parte, a escondernos –incluso de nosotros mismos– y, por otra, nos dejamos llevar fácilmente por modas o eslóganes superficiales.

Para todo ello nos ayuda el hacer examen de conciencia. Y no se refiere el Papa aquí al examen previo a la confesión sacramental (para descubrir los pecados de los que nos hemos de acusar), sino al examen de conciencia general al final de la jornada. «Examen de conciencia general de la jornada: ¿qué ha sucedido en mi corazón en este día? Han pasado muchas cosas... ¿Cuáles? ¿Por qué? ¿Qué huellas dejaron en el corazón?».

El tercer 'ingrediente' del discernimiento sería conocer cuáles y cómo son nuestros deseos, y cuidar que sean deseos grandes y operativos, porque a veces nos quedamos en las quejas (cfr. Jn 5 ,6 ss), que más bien empequeñecen o atrofian el deseo.

En cuarto lugar, nos aconseja leer o interpretar la propia historia. Si lo vamos haciendo, un poco cada día, podremos detectar tantos elementos tóxicos o pesimistas que nos frenan (no valgo nada, todo me va mal, etc.), quizá con la ayuda de alguien que nos ayude a reconocer también nuestras cualidades, las cosas buenas que Dios siembra en nosotros.

Expertos Fundación CARF

Audiencia del papa Francisco el 28 de septiembre de 2022. Fuente: Vatican News.

Desolación y consolación

En una segunda parte de la catequesis (hasta el 23 de noviembre), se centró en el binomio desolación-consolación.

Primero, la desolación o tristeza espiritual. Esta tristeza no tiene por qué ser mala en sí misma. A veces es resultado de un remordimiento por haber hecho algo mal, pero otras veces es sencillamente como un “dolor del alma”, un semáforo en rojo, que nos invita a detenernos, para ver qué va mal; otras veces puede ser una tentación de desánimo, que nos envía el demonio para detenernos en el camino del bien.

En todo caso, conviene preguntarse de dónde viene esa tristeza, sin olvidar que Dios nunca nos abandona, y que con Él podemos vencer cualquier tentación como nos enseñó Jesús (cfr. Mt 3,14-15; 4, 11-11; 16, 21-23).

El Papa insiste en que a veces esa desolación puede ser buena. «De hecho –advierte–, si no hay un poco de insatisfacción, un poco de tristeza saludable, una sana capacidad de vivir la soledad y estar con nosotros mismos sin huir, corremos el riesgo de permanecer siempre en la superficie de las cosas, y no entrar nunca en contacto con el centro de nuestra existencia. Es buena una cierta 'sana inquietud' como han tenido los santos».

Catequesis-discernimiento-corazón-papa-Francisco

Y explica que la desolación nos da la posibilidad de crecer, de madurar en la capacidad de darnos a los demás con gratuidad, sin buscar nuestro propio interés o nuestro simple bienestar. Por ejemplo, en la oración puede que estemos secos o nos sintamos vacíos o tentados de abandonarla. Pero hay que aprender a estar con el Señor, mientras seguimos buscándole, quizá en medio de esa tentación, o de ese vacío que experimentamos. Pero sin dejar la oración, porque su respuesta llega siempre.

También llegan las 'consolaciones' en la vida espiritual, las alegrías. Pero hay que saber distinguir las verdaderas de las falsas consolaciones. Las primeras nos llevan a seguir buscando al Señor, agradecidos por lo que nos da. Las segundas son las que nos llevan a buscarnos a nosotros mismos, a evadirnos de nuestros deberes o a maltratar a los demás.

Controlar nuestro camino

En la última parte de las catequesis (desde el 7 de diciembre) Francisco invitó a fijarse en la fase posterior a la toma de decisiones, para verificar si han sido adecuadas o no. Como signos de que han sido buenas decisiones, señaló: la paz interior y la alegría, la preocupación por las necesidades de los demás, el «sentirse en el propio sitio», el crecimiento en el orden, en la unidad y en la energía de nuestra vida espiritual.

Añadió la importancia de la vigilancia: no adormecerse, no acostumbrarse, no dejarse llevar por la rutina (cfr. Lc 12, 35-37). Algo necesario, para asegurar la perseverancia, la coherencia y el buen fruto de nuestras decisiones.

La razón es porque el que se vuelve demasiado seguro de sí mismo, pierde la humildad y por falta de vigilancia del corazón puede dejar entrar de nuevo al maligno (cfr. Mt 12, 44 ss). Si no se vigila, crecen las malas hierbas: el orgullo, la presunción de ser buenos, la comodidad de estar a gusto, la excesiva confianza en uno mismo… En una palabra, la falta de humildad… y se acaba perdiendo todo.

Este es el consejo: «Vigilar el corazón, porque la vigilancia es señal de sabiduría, es señal sobre todo de humildad, porque tenemos miedo de caer y la humildad es el camino maestro de la vida cristiana».

Ayudas para el discernimiento

Más tarde el Papa señaló algunas ayudas para el discernimiento. Se refirió principalmente a la Palabra de Dios y la doctrina de la Iglesia. La Palabra de Dios la encontramos en la Sagrada Escritura (sobre todo en la lectura asidua de los Evangelios) con la ayuda del Espíritu Santo.

Por eso insiste, como otras veces, Francisco: «Tomemos el Evangelio, tomemos la Biblia en la mano: cinco minutos al día, no más. Lleva un Evangelio de bolsillo, en el bolso, y cuando viajes, tómalo y lee un poco durante el día, dejando que la Palabra de Dios se acerque a tu corazón».

Aludió también, de acuerdo con la experiencia de los santos, a la importancia de contemplar la pasión del Señor y verlo en el Crucifijo; al recurso a la Virgen María; a pedir luces al Espíritu Santo (que es «el discernimiento en acción») y tratarlo con confianza, junto con el Padre y el Hijo.

En la última catequesis (cfr. Audiencia general del 4 de enero de 2023) Francisco señaló la importancia del guía espiritual y de darse a conocer para conocerse a sí mismo y caminar en la vida espiritual.


Don Ramiro Pellitero Iglesias, profesor de Teología pastoral de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra.

Publicado en “Iglesia y nueva evangelización”. Este texto (retocado el 4 de enero de 2023) es una síntesis de otro más completo, publicado en la revista "Omnes", número de enero 2023.

¿Por qué hacer un legado o testamento solidario a la Fundación CARF?

Al incluir a la Fundación CARF en tu testamento solidario, darás continuidad a su compromiso con la formación integral. Ayudarás a que sacerdotes y seminaristas de todo el mundo reciban una sólida preparación académica, teológica, humana y espiritual.

¿En qué consiste un legado solidario?

El legado solidario es una disposición testamentaria para favorecer a una institución sin fines de lucro. Es en el testamento donde se decide asignar una parte muy concreta de los bienes y/o derechos para apoyar los objetivos de una persona, física o jurídica. Estos bienes, a los que se denomina legados, se separan de la herencia y no son objeto de reparto entre los herederos forzosos. Pueden ser un bien concreto como por ejemplo una vivienda, piso, apartamento, finca rústica, etc. o un derecho como una prestación, un porcentaje patrimonial, etc.

Los legados tienen un límite, no pueden perjudicar en ningún caso la herencia legítima de los herederos. Además, deben otorgarse obligatoriamente mediante testamento e indicarse de forma expresa.

Para la Fundación CARF tu colaboración es imprescindible y un medio de hacerla tangible es a través del legado solidario. Es un impulso en su compromiso con la formación de los sacerdotes, la difusión de su buen nombre y la oración por las vocaciones.

¿En qué consiste un testamento solidario?

El Código Civil en su artículo Art. 667 define el testamento como la declaración de voluntad escrita de una persona por la que dispone el destino de sus bienes y obligaciones, o parte de ellos, para después de su fallecimiento, dependiendo del alcance con que fuera hecho.

Hacer un testamento, es un derecho que conlleva un procedimiento sencillo, con el que se pueden evitar problemas a familiares y allegados. El testamento sirve además para ordenar tus deseos y tener la certeza que se perpetuarán cuando no estés.
Un testamento es revocable hasta el momento del fallecimiento. El testamento válido posterior revoca al anterior. Se puede modificar cumpliendo con los mismos requisitos que fueron necesarios para otorgar el anterior, es decir, acudir al notario para manifestar los cambios que se quieran hacer.

Tipos de testamentos que puedes hacer

El ordenamiento jurídico español vigente, recoge tres formas de hacer testamento:

  • Abierto: De esta manera se expresan los deseos sobre el destino de sus bienes ante el notario que lo redactará acomodándolo a las prescripciones legales. Es un procedimiento secreto hasta la muerte del testador. El testamento abierto es la modalidad más recomendable, por ser la más segura y más cómoda además de ser la más utilizada.
  • Cerrado: El testador hace entrega al notario del testamento firmado en un sobre cerrado.
  • Ológrafo: Lo escribirá el testador a mano. Pero antes de cumplirse, será necesario iniciar un procedimiento notarial para verificar su autenticidad.

Descubre cómo puedes hacer un testimonio solidario a favor de la Fundación CARF o realizar un legado.

vasos sagrados

¿Sabías que no necesitas ser socio de la Fundación CARF para dejar tu testamento o legado solidario?

Basta con que decidas expresar en forma de testamento o legado tu compromiso solidario. Este gesto quedará siempre presente, puesto que al ser la Fundación CARF una institución declarada de utilidad pública, tu legado o testamento íntegro se destinará a los fines fundacionales de apoyar la formación integral de sacerdotes y seminaristas de todo el mundo.

La Fundación CARF velará para que, cuando los jóvenes formados regresen a sus diócesis para ordenarse sacerdotes, puedan transmitir toda la luz, ciencia y doctrina recibida. Intentamos inspirar el corazón de nuestros benefactores y amigos para que cada día seamos más construyendo una sociedad más justa.

¿Qué puedo donar cómo legado solidario?

La mayoría de las vocaciones nacen hoy en países de África o de América, carentes de medios. Cada año, más de 800 obispos de todo el mundo solicitan ayuda a la Fundación CARF para formar a sus candidatos. Dejar parte tu legado solidario es fácil y accesible, pudiendo hacerse sin afectar a los intereses de tus herederos. Cuando tu voz calle, tus ideales pueden seguir con fuerza y coraje apoyando a estos candidatos para que puedan completar su formación en las universidades eclesiásticas de Roma y Pamplona. Puedes donar:

  • Bienes inmuebles como por ejemplo una vivienda, piso, apartamento, finca rústica, etc.
  • Otros bienes como joyas, obras de arte, efectivo en entidades bancarias o en metálico.
  • También puedes donar a la Fundación un porcentaje del patrimonio, fondos de inversión, acciones o seguros de vida.

¿Cómo gestiona el legado solidario la Fundación CARF?

El dinero, producto de la venta de los bienes legados, se destinará a una inversión trascendente. Garantizando un procedimiento seguro para el tratamiento de los bienes legados. El apoyo constante a la formación integral de sacerdotes y seminaristas va más allá de los ciclos de la economía. Es por ello, que en la Fundación CARF trabajamos en el fondo de dotación (endowment) de la fundación para que siempre podamos apoyarles.

Compromete pensar que, detrás de cada vocación sacerdotal, hay otra llamada del Señor a cada uno de nosotros, los cristianos, pidiendo el esfuerzo personal, que asegure los medios para la formación.

¿Cómo puedo hacer un legado solidario a la Fundación CARF?

Dependiendo de tu intención y circunstancias familiares, y dentro de lo dispuesto en la legislación vigente, hay varias maneras de tenernos presentes en tu última voluntad:

  • Si no tienes herederos, puedes nombrar a la Fundación CARF como heredero universal, haciéndolo beneficiario de todos tus bienes, derechos y/o acciones.
  • También puedes dejar tus bienes a más de una persona o institución, puedes designar a la Fundación CARF coheredera, indicando en el testamento el porcentaje asignado a cada una de las partes.
  • O bien, puedes nombrar a la Fundación CARF legataria, dejando un legado de un bien concreto.

Una vez tomada la decisión de colaborar haciendo un testamento o legado solidario en favor de la Fundación CARF, sólo se necesita acudir a un notario y manifestar su voluntad de testar o legar, todos o parte de sus bienes a favor de:

Centro Académico Romano Fundación
Conde de Peñalver, 45, Entre planta of 1 – 28006 Madrid
CIF: G-79059218

Si cambian tus circunstancias personales o la intención, tu última decisión siempre puede modificarse, puedes ponerte en contacto con la Fundación y exponer todas tus dudas al respecto.

El legado solidario es un donativo exento de impuestos

En la liquidación del testamento, las entidades sin fines lucrativos no están sujetas al Impuesto de Sucesiones y Donaciones recogido en la Ley de Mecenazo 49/2022 y por tanto los legados solidarios están libres de tasas impositivas para los beneficiarios.

La totalidad del legado donado se dedica íntegramente a los fines de la Fundación CARF, es por ello que la parte asignada estará exenta de impuestos.

“El mensaje de la Divina Misericordia constituye un programa de vida muy concreto y exigente, pues implica las obras”.

Papa Francisco
Mensaje del papa Francisco para la XXXI Jornada Mundial de la Juventud 2016.

Descubre cómo puedes hacer un testimonio solidario a favor de la Fundación CARF o realizar un legado.

Bibliografía

  • Código Civil Art. 667
  • Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo.

Misterios Gloriosos del Santo Rosario

“Alimentan en los creyentes la esperanza en la meta escatológica, hacia la cual se encaminan como miembros del Pueblo de Dios peregrino en la historia. Esto les impulsará necesariamente a dar un testimonio valiente de aquel «gozoso anuncio» que da sentido a toda su vida”. San Juan Pablo II en la encíclica Rosarium Virginis Mariae.

Los cinco Misterios Gloriosos

Los miércoles y el domingo rezamos los misterios Gloriosos. Para los misterios Gozosos que contemplan la Anunciación y la infancia de Jesús se reservan los lunes y sábados. Se reserva el martes y viernes para los misterios Dolorosos y los misterios Luminosos se rezan los jueves. Los misterios Gloriosos del Santo Rosario unen la tierra y el cielo, desde la Resurrección de Cristo hasta la Coronación de María en el Cielo.

Jesucristo no puede reducirse a su imagen de crucificado. ¡Él es el Resucitado! El Rosario ha expresado siempre esta convicción de fe, invitándonos a contemplar la Pasión para fijarnos luego en la gloria de Cristo, en su Resurrección y en su Ascensión. Contemplando a Jesús resucitado, descubrimos de nuevo las razones de la propia fe, revivimos el gozo de la Virgen María, quien experimentó de modo intenso la nueva vida del Hijo glorificado.

la resurrección

Pintura al óleo sobre tabla La resurrección de Cristo atribuida al maestro del renacimiento italiano Rafael Sanzio.

En el primero de los Misterios Gloriosos meditamos sobre la resurrección del Señor

  • Marcos 16,6-8: Entrando en el sepulcro vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les dice: «No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron. Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo». Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo.

Cristo vive

Jesús es el Emmanuel, Dios con nosotros. ¡Jesús ha resucitado! No está en el sepulcro. Esta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe. Se apareció a La Virgen María a Pedro y a los demás apóstoles. Él también sale al encuentro de nosotros mismos que somos sus discípulos.

Porque Jesús está vivo, tiene el poder de cambiar nuestra vida, y nos llama a una relación personal con él. El tiempo de Pascua, es tiempo de alegría, de una alegría que no se limita a esa época del año litúrgico, sino que se asienta en todo momento en el corazón del cristiano. Porque Cristo vive. Permanece en su Iglesia: en sus sacramentos, en su liturgia, en su predicación, en toda su actividad. De modo especial Cristo sigue presente entre nosotros, en esa entrega diaria de la Sagrada Eucaristía. Por eso la Misa Católica es centro y raíz de la vida cristiana.

También a la luz de su resurrección contemplamos, unidos a Cristo, a todas las almas que nos fueron más queridas. Cuyo duelo compartimos. Las recordados en el sacrificio del Señor crucificado y resucitado y forman parte de nuestra oración.

giotto la ascensión del señor

Giotto, La Ascensión del Señor (1305). Capilla de los Scrovegni, Padua, Italia. Temple sobre fresco.

Misterios Gloriosos: en el segundo meditamos sobre la Ascensión del Señor

  • Mateo 28,18-20: Jesús se acercó a ellos y les habló así:
    “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.”
    Y dicho esto, fue levantado en presencia de ellos, y una nube le ocultó a sus ojos. Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron:
    “Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo.”

Cristo ha subido a los cielos

El segundo misterio glorioso del Rosario nos enseña a confiar en en la voluntad del Señor. 

Jesús se va con el Padre. Es justo que la Santa Humanidad de Cristo reciba el homenaje, la aclamación y adoración de todas las jerarquías de los ángeles. El Padre está complacido con la entrega del Hijo, ha aceptado su sacrificio, y ahora Jesús, el Mesías, ocupa, para siempre, su puesto de Señor sobre toda la creación.

Mientras estemos en la Tierra, nosotros ya no lo vamos a ver. Nuestra primera reacción es sentirnos huérfanos. Lo extrañamos. Pero es una falsa impresión. En realidad, no se ha ido. Se queda con nosotros de otro modo. "Él está más cerca de ti que tú mismo" decía San Agustín.

La gran misión que recibimos, en el Bautismo, es la corredención. Nos urge la caridad de Cristo, para tomar sobre nuestros hombros una parte de esa tarea divina de rescatar las almas.

"La familia humana se renueva constantemente; en cada generación es preciso continuar con el empeño de ayudar a descubrir al hombre la grandeza de su vocación de hijo de Dios, es necesario inculcar el mandato del amor al Creador y a nuestro prójimo”. San Josemaría

Sepamos dar testimonio, con el ejemplo y con la palabra, de la fe que profesamos.

pentecostés greco el prado

Pentecostés, lienzo realizado por el Greco​. Forma parte de la colección del Museo del Prado en Madrid.

Misterios Gloriosos: en el tercero  meditamos sobre la venida del Espíritu Santo

  • Hechos 2,1-4: "Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban.
    Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse".

La gracia del Espíritu Santo

La virtud divina que infunde recibir los dones del Espíritu Santo en el alma cristiana es gran apoyo de la esperanza, fuerza poderosa, única ayuda verdadera para la vida humana. Nos referimos a la gracia que nos santifica, y que en realidad es precedida y seguida de gracias efectivas. Lo verdaderamente importante es que el espíritu de los hombres se renueve desde su interior, naciendo a la nueva vida.

La venida del Espíritu Santo, es una realidad profunda, que nos da a conocer la Biblia. No es un recuerdo del pasado. Es, por encima de las miserias y de los pecados de cada uno de nosotros, la realidad también de la Iglesia de hoy y de la Iglesia de todos los tiempos. Recurramos a su gracias, acudamos por medio de la oración al Espíritu Santo para darle las gracias o pedir favores.

"Jesús ha mantenido sus promesas: ha resucitado, ha subido a los cielos y, en unión con el Eterno Padre, nos envía el Espíritu Santo para que nos santifique y nos dé la vida. Vivir según el Espíritu Santo es vivir de fe, de esperanza, de caridad; dejar que Dios tome posesión de nosotros y cambie de raíz nuestros corazones, para hacerlos a su medida", san Josemaría.

la asunción martín cabezalero

Esta obra del artista español Juan Martín Cabezalero, La Asunción de la Virgen (1665). Está pintada al óleo sobre lienzo y se conserva en el Museo del Prado.

Misterios Gloriosos: En el cuarto meditamos sobre la Asunción de la Virgen María

  • Catecismo de la Iglesia Católica, 974: “La Santísima Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, en donde ella participa ya en la gloria de la resurrección de su Hijo, anticipando la resurrección de todos los miembros de su Cuerpo”.

María es llevada al cielo

Assumpta est Maria in coelum: gaudent angeli: María ha sido llevada por Dios, en cuerpo y alma, a los cielos, ¡y los ángeles se alegran! Así canta la Iglesia. El lugar de la Virgen María estaba en el Cielo, donde su Hijo la esperaba. Porque ella es llena de gracia. La intensidad y la naturaleza de sus gracias son distintas a lo largo de su vida; una es la gracia en su Concepción, otra en la Encarnación. Y diferente es la gracia que recibe en la Asunción de María a los cielos. Porque, en esta última la Virgen María recibe la plenitud de santidad.

Y nosotros como cristianos podemos contemplar en este Misterio Glorioso del Santo Rosario esta maravilla.

coronación de la virgen velázquez el prado

Coronación de la Virgen, óleo sobre lienzo que pintó Velázquez en el año 1645 y podemos ver en el Museo del Prado.

Misterios Gloriosos: en el quinto meditamos sobre la coronación de María como Reina y Señora de todo lo creado

  • Apocalipsis (11-12): "Apareció una figura portentosa en el cielo. Y se abrió el Santuario de Dios en el cielo, y apareció el arca de su alianza en el Santuario, y se produjeron relámpagos y fragor y truenos y temblor de tierra y fuerte granizada.
    Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza".

María en la gloria celestial

María, Reina del Universo, reparó la caída de Eva, y ha pisado, con su planta inmaculada, la cabeza del dragón infernal. Hija de Dios, Madre de Dios, Esposa de Dios. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo la coronan como Emperatriz del Universo. Y le rinden honor los ángeles y los patriarcas, los profetas y los apóstoles, los mártires, los confesores y las vírgenes. Todos los santos y todos los pecadores. Tú y yo. La reflexión ha de recaer sobre nosotros mismos; sobre nuestra vocación por la que un día seremos asociados a los ángeles y a los santos y cuyas gracias santificantes anticipan ya desde esta vida la realidad misteriosa y consoladora.

La Iglesia invita a recurrir a Ella, a la Virgen María, nuestra Madre y nuestra Reina, en todas nuestras necesidades. Ser Madre de Dios y Madre de los hombres es el fundamento sólido de la filial confianza en su intercesión poderosa, que nos conforta y nos impulsa a levantarnos de nuestras caídas.

Es la síntesis de todo el Rosario, que de este modo se cierra en la alegría, en la gloria.


Bibliografía

Opusdei.org.
Meditaciones de los misterios del Santo Rosario, Papa Francisco.

Conoce los distintos vasos sagrados y objetos litúrgicos

Objetos litúrgicos: ¿qué son los vasos sagrados?

Los objetos litúrgicos fueron cobrando importancia desde los primeros siglos del cristianismo. Muchos de ellos se concebían como reliquias, como el Santo Grial y el Lignun Crucis. La presencia de vasos sagrados en la Edad Media se hace evidente no solo por los objetos que nos han llegado hasta la actualidad, sino por las numerosas fuentes documentales: inventarios de las iglesias en los que constaban las adquisiciones o donaciones de determinados objetos litúrgicos, entre los que se destacaban los vasos sagrados.

Actualmente, se llaman vasos sagrados a los utensilios del culto litúrgico que están en contacto directo con la Eucaristía. Por ser sagrados se emplean sólo con esa finalidad y deben estar bendecidos por el obispo o por un sacerdote.

Además, deben tener la dignidad necesaria para llevar a cabo la Santa Misa. Según detalla la Conferencia Episcopal Española, es requisito que estén hechos de metal noble o de otros materiales sólidos, irrompibles e incorruptibles que se consideren nobles en cada lugar.

La patena y el cáliz son los vasos sagrados más importantes desde el comienzo de la cristiandad. En ellos se contienen el pan y el vino que se consagrarán durante la Santa Misa. Con el correr del tiempo, y las necesidades del culto eucarístico y de los fieles, han ido apareciendo otros vasos sagrados como el copón o píxide y la custodia, además de otros accesorios.

Después de la celebración de los sacramentos, el sacerdote limpia y purifica los objetos litúrgicos que ha utilizado, ya que todos deben estar limpios y bien conservados.

¿Por qué los vasos sagrados son importantes para un sacerdote?

Disponer de todos los elementos necesarios para impartir los sacramentos y celebrar la Santa Misa es indispensable para un sacerdote.

Es por ello que el Patronato de Acción Social (PAS) de la Fundación CARF entrega cada año más de 60 estuches de vasos sagrados completos a diáconos y sacerdotes de todo el mundo que estudian en Pamplona y Roma. La actual mochila contiene todo lo necesario para celebrar dignamente la Santa Misa en cualquier lugar, sin necesidad de contar con una instalación previa.

El Estuche de Vasos Sagrados de la Fundación CARF permite a jóvenes sacerdotes sin recursos, administrar sacramentos donde más se necesiten. En estos momentos, no está solo el sacerdote delante ellos, sino también todos los benefactores que posibilitarán el ejercicio del ministerio con la dignidad material adecuada.

¿Qué objetos litúrgicos son vasos sagrados?

Los vasos sagrados primarios son los que, previamente consagrados, han sido destinados para contener la Sagrada Eucaristía. Como el cáliz, la patena, el copón, la custodia y el sagrario.

Al contrario que los vasos sagrados secundarios, que no tienen contacto con la Eucaristía, pero sí son destinados al culto divino, tales como las vinajeras, acetre, hisopo, incensario, campanilla, alba y el candelero, entre otros.

vasos sagrados

Cáliz

Del latín calix que significa copa para beber. El cáliz es el vaso sagrado por excelencia. Utilizado por Jesús y los apóstoles en la Última Cena, probablemente fue una copa de kiddush (vajilla ritual judía para la celebración de la Pascua), siendo en la época un cuenco de piedra semipreciosa.

Los primeros decretos oficiales conocidos, provenientes de sínodos son del siglo XI, prohíben ya expresamente el uso del cristal, la madera, el cuerno y el cobre, por ser fácilmente oxidable. Se tolera el estaño y se recomiendan, en cambio, los metales nobles.

La forma de los antiguos cálices se asemejaba más a una taza o ánfora, frecuentemente con dos asas para facilitar el manejo. Este tipo de cáliz estuvo en uso hasta el siglo XII. Desde ese siglo casi todos los cálices, desprovistos de asas, se distinguen por la amplitud de la copa y por una mayor separación entre ésta y el pie que constituye el tronco del cáliz con el nudo, a media altura.

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Patena

Proviene del griego phatne que significa plato. Se refiere a la bandejita o un platillo poco profundo, ligeramente cóncavo donde se deposita el pan consagrado en la Eucaristía. La patena entró en el uso litúrgico contemporáneamente con el cáliz y debe ser dorado en el lado cóncavo. Es importante que permita recoger fácilmente las partículas sobre el corporal.

En los relatos de la Última Cena se menciona el plato con el pan que Jesús tenía delante de sí sobre la mesa (Mt 26, 23; Mc 14,20). En cuanto al material de las patenas, siguió la misma evolución que el cáliz.

vasos sagrados

Accesorios del cáliz y la patena

  • Purificador: pieza de lino blanca, distinguible de los demás paños por su tamaño menor y por una cruz roja o blanca bordada a la mitad. Para la Misa se coloca justo encima del cáliz, porque con él se purifica el interior de la copa frotando antes de ponerle vino. Y luego de haberlo puesto, se secan con él las gotas que hubiesen podido quedar en los bordes.
  • Palia / hijuela / cubrecáliz: cuadrado de tela almidonado que cubre el cáliz mientras está sobre el altar. Evitando que caigan en el cáliz partículas extrañas y sólo se quita en el momento de la Consagración.
  • Velo del cáliz: cubre el cáliz preparado para la Misa. Se usa hasta el ofertorio, momento en el cual se prepara el cáliz para ser consagrado. Es del mismo color litúrgico que los ornamentos y va acompañado de una bolsa para los corporales que se pone encima.
  • Corporal: pieza cuadrada de tela sobre la cual se colocan el cáliz, la patena y copones. También se coloca sobre él la custodia para la exposición con el Santísimo. Debe de ser de lino o cáñamo y no de otro tejido. Puede llevar una cruz tejida.

vasos sagrados

Copón

La conservación de la Eucaristía después de celebrada la Misa es una costumbre que arranca de los primeros tiempos del cristianismo, para lo cual ya desde entonces se utilizaba el copón.

Antiguamente en ocasiones los fieles guardaban la Eucaristía, con exquisito cuidado, en sus propias casas. San Cipriano habla de un cofrecito o arca que se tenía en casa para tal fin (De lapsis, 26: PL 4,501). También, por supuesto, se guardaba en las iglesias. Contaban con un espacio llamado secretarium o sacrarium, en el que había una especie de armario (conditorium) donde se guardaba el cofrecito eucarístico. Estos conditorium fueron los primeros sagrarios. Solían ser de madera dura, de marfil o de metal noble; y recibían el nombre de píxides –con tapa plana, sujeta con goznes; o bien, con tapa cónica y en forma de torreta con pie–.

En la baja Edad Media se popularizó la posibilidad de recibir la comunión fuera de la Misa, requiriéndose un mayor tamaño y evolucionando hasta el actual copón: una copa grande que se usa para distribuir la comunión a los fieles y luego guardarla para conservar el cuerpo eucarístico de Cristo. Se cubre, al guardarlo en el sagrario, con un velo circular llamado conopeo, nombre que también recibe el velo que recubre el sagrario del color del tiempo litúrgico.

En los lugares en los que se lleva solemnemente la Sagrada Comunión a los enfermos, se utiliza un copón pequeño del mismo estilo. La pequeña píxide utilizada se hace del mismo material que el del copón. Tiene que ser dorada en el interior, la parte inferior debe tener una ligera elevación en el centro, y debe ser bendecida por la forma Benedictio tabernaculi (Rit. Rom., tit. VIII, XXIII). También recibe el nombre de teca o portaviático y suele ser una caja redonda de materiales nobles.

vasos sagrados

Custodia u ostensorio

La custodia es una urna enmarcada en vidrio en la que se expone públicamente el Santísimo Sacramento. Puede ser de oro, plata, latón o cobre dorado. La forma más adecuada es la del sol que emite sus rayos a todas partes. La luneta (viril o lúnula) es el recipiente que está en medio de la custodia, hecha del mismo material.

La luneta, siempre que contenga el Santísimo Sacramento, se puede colocar en el sagrario dentro de una caja portaviril. Si el sagrario tuviese suficiente espacio para albergar la custodia, entonces ésta se debe cubrir con un velo de seda blanca. También es utilizada para hacer procesiones fuera de la Iglesia en fechas especiales como la Fiesta del Corpus Christi.

Todos estos recipientes deben ser de oro, plata o de otro material, pero dorado en el interior, liso y pulido, y pueden ir coronados por una cruz.

vasos sagrados

Vinajeras

Las vinajeras son dos jarritas pequeñas donde se coloca el agua y el vino necesario para celebrar la Santa Misa. El sacerdote mezcla el vino con un poco de agua y, para ello, tiene una cucharilla de complemento. Suelen ser de vidrio para que el sacerdote pueda identificar el agua del vino, y, además, porque se limpian más fácilmente. No obstante, también se pueden encontrar vinajeras de bronce, plata o estaño.

Acetre

Es un caldero donde se coloca el agua bendita y se utiliza para las aspersiones litúrgicas. Toda el agua que recoge el acetre, se dispersa con el hisopo.

Hisopo

Utensilio con que se esparce el agua bendita, consistente en un mango que lleva en su extremo un manojo de cerdas o una bola metálica hueca y agujereada para sostener el agua. Se usa junto con el acetre.

Incensario e incienso

El incensario es un pequeño braserillo metálico suspendido en el aire y sujetado por unas cadenas que se utiliza para quemar el incienso. El incienso se utiliza para manifestar la adoración y simboliza la oración que sube hasta Dios.

Campanilla

Es un utensilio que tiene forma de copa invertida y de tamaño pequeño con un badajo en su interior, que se usa para convocar a la plegaria durante la consagración. Con la campanilla se llama la atención y, además, se expresa un sentimiento de alegría. Las hay de una sola campana o de varias campanillas.

Candelero

Es un soporte donde se coloca la vela que se utiliza en la liturgia como símbolo de Cristo, que es la Luz que guía a todos.

«Aquella mujer que en casa de Simón el leproso, en Betania, unge con rico perfume la cabeza del Maestro, nos recuerda el deber de ser espléndidos en el culto de Dios.
—Todo el lujo, la majestad y la belleza me parecen poco.
—Y contra los que atacan la riqueza de vasos sagrados, ornamentos y retablos, se oye la alabanza de Jesús: opus enim bonum operata est in me —una buena obra ha hecho conmigo».

San Josemaría
Camino, punto 527.

Bibliografía

- Augustin Joseph Schulte. "Vasijas de Altar", The Catholic Encyclopedia.
- Sacrosanctum Concilium n. 122-123; CIC cc. 939, 941, 1220 §2.
- Instrucción general del Misal Romano (2002).
- Instrucción Redemptionis Sacramentum (2004) 117-120.