5 pasos para incluir en tu testamento solidario a la Fundación CARF

Un testamento solidario es un tipo de documento legal en el que una persona física o jurídica destina parte o la totalidad de su herencia a una institución de la Iglesia, una causa benéfica, organización sin fines de lucro (como la Fundación CARF), ONG o institución de ayuda social.

Su objetivo es contribuir a una causa altruista después de su fallecimiento. Este tipo de testamento solidario permite que el testador deje un legado con impacto social, asegurando que sus bienes se utilicen para apoyar iniciativas que reflejen sus valores y compromisos religiosos o éticos.

Incluir a la Fundación CARF en tu testamento es una manera especial de apoyar la formación de sacerdotes y seminaristas diocesanos de todo el mundo, asegurando que puedan continuar su preparación para llevar el Evangelio a todos los rincones de la tierra, ayudando a mantener la Universidad Pontificia de la Santa Cruz y las Facultades Eclesiásticas de la Universidad de Navarra, así como los seminarios y colegios mayores donde residen los seminaristas y sacerdotes que se benefician de tu generosidad. Si te planteas esta posibilidad, aquí te explicamos cómo hacerlo en cinco sencillos pasos.

1) Reflexiona e infórmate sobre instituciones que hagan rendir responsablemente tu testamento solidario

Tomarse un tiempo para decidir qué destino dar a los bienes acumulados a lo largo de la vida es un acto de responsabilidad y de generosidad.

Compartir esta reflexión con familiares o personas de confianza te ayudará a tomar la mejor decisión. En la Fundación CARF podemos asesorarte para que tu testamento refleje fielmente tus deseos y contribuya a la misión universal de la Iglesia.

Recuerda que un testamento solidario no afecta a los derechos de tus herederos legítimos, sino que permite que una parte de tu patrimonio se destine a una causa en la que crees.

2) Acude al notario: ¿qué información debo llevar para hacer mi testamento solidario?

El notario se encargará de que tu testamento quede redactado conforme a la ley y refleje con precisión tu voluntad. Para que todo el proceso sea sencillo, es conveniente llevar:

Si decides incluir a la Fundación CARF, el notario se asegurará de que todo quede correctamente formalizado y que tu generosidad se traduzca en un impacto real y sostenido a lo largo del tiempo.

3) Guarda una copia: ¿cómo asegurarme de que mi testamento esté accesible cuando sea necesario?

Una vez firmado el testamento solidario, es importante que guardes una copia en un lugar seguro y que informes a alguien de confianza sobre su existencia y ubicación.

También puedes optar por digitalizar el documento, siempre recordando que el documento legalmente válido será el original firmado ante notario.

4) Comunícalo a la Fundación CARF: ¿por qué es importante informarnos?

Hacer partícipe a Fundación CARF de tu decisión permite que podamos garantizar el cumplimiento de tu voluntad en el futuro. Además, podemos asesorarte sobre la mejor forma de canalizar tu legado solidario y de maximizar su impacto.

Esta comunicación nos ayuda a planificar mejor el uso de los recursos, asegurando que tu legado o testamento solidario se utilice de manera eficaz para la formación de sacerdotes y seminaristas diocesanos de todo el mundo.

5) Comparte tu decisión: ¿quién debería saberlo y por qué?

Contar tu decisión a alguien de confianza es clave para que, llegado el momento, se pueda ejecutar sin dificultades. Esto facilita que tu testamento solidario se cumpla conforme a tus deseos y que tu generosidad se traduzca en oportunidades reales para quienes más lo necesitan. Hablar con un albacea o con tu familia sobre tu decisión evita confusiones y ayuda a que tu voluntad sea respetada.

Gracias a tu testamento solidario, tu compromiso con la formación de seminaristas y sacerdotes diocesanos seguirá vivo, y tu generosidad se convertirá en un legado permanente que trascenderá en el tiempo.

Si necesitas más información o asesoramiento, estamos a tu disposición.

25 de marzo, fiesta de la Anunciación del Señor

La Iglesia celebra la Solemnidad de la Anunciación del Señor el 25 de marzo, un momento crucial en la historia de la salvación. Esta festividad recuerda el instante en que el Arcángel Gabriel anuncia a la Virgen María que será la madre del Hijo de Dios. Su «hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38) representa un modelo de fe y entrega total a la voluntad divina.

El significado de la Anunciación y de la encarnación del Verbo

El misterio de la Anunciación es inseparable de la Encarnación, ya que es el momento en que Dios asume la naturaleza humana. San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, resaltó la grandeza de este evento afirmando que: «Dios nos llama a santificarnos en la vida ordinaria, como María aceptó su misión con humildad».

María, modelo de vocación y entrega

Nuestra madre, la Virgen María es ejemplo para todos los cristianos, especialmente para aquellos que han sido llamados al sacerdocio. Su respuesta confiada y sin reservas es un reflejo de la disposición que todo seminarista y sacerdote debe tener ante la llamada de Dios.

La Anunciación y la defensa de la vida

En España, la Conferencia Episcopal celebra el 25 de marzo la «Jornada por la Vida», recordando el valor sagrado de la vida humana desde su concepción. En 2025, el lema es «Abrazando la vida, construimos esperanza», una llamada a la protección de la vida en todas sus etapas.

El compromiso de los sacerdotes y seminaristas

Para los sacerdotes diocesanos y para los futuros pastores apoyados por la Fundación CARF, esta festividad tiene un significado especial. La defensa de la vida es parte de su misión, siendo testigos del Evangelio en una sociedad que a menudo relativiza el valor de la existencia humana.

El compromiso de los sacerdotes y seminaristas no solo se basa en la defensa de la vida desde la concepción, sino en su labor pastoral para acompañar a las personas en cada etapa de su vida. Su formación teológica y espiritual los prepara para ser guías en la fe y orientadores en los momentos difíciles. Inspirados por el sí de María, están llamados a ser heraldos de la esperanza, promoviendo una cultura de la vida y el amor cristiano.

25 de marzo, jornada por la vida

Además, esta festividad los invita a profundizar en su vocación, reafirmando su compromiso con la evangelización y la enseñanza de la doctrina cristiana.

En tiempos donde la dignidad humana enfrenta múltiples desafíos, su testimonio cobra especial relevancia. La Anunciación es para ellos un recordatorio de su misión de ser presencia viva de Cristo en el mundo, transmitiendo el mensaje de salvación con palabras y obras.

Vivir el sí de María: un compromiso para todo cristiano

La fiesta de la Anunciación no solo nos invita a meditar en el sí de María, sino también a renovar nuestra entrega a Dios con confianza y alegría.

María, con su aceptación humilde y valiente, nos enseña que todo cristiano, sin importar su estado de vida, está llamado a dar su propio sí a Dios en la cotidianidad del día a día.

Para los seminaristas y sacerdotes diocesanos es un día de especial reflexión sobre su vocación y sobre el compromiso de ser defensores de la vida y la fe.

Sin embargo, esta llamada no es exclusiva de ellos. Cada fiel, desde su propia realidad, puede hacer presente a Cristo en el mundo con sus actos de caridad, su testimonio cristiano y su confianza en la providencia de Dios.

La Anunciación nos recuerda que cada uno de nosotros, como parte del pueblo de Dios, puede ser un instrumento en sus manos, llevando esperanza, amor y fe a quienes nos rodean.

El impacto de un testamento solidario en el futuro de la Iglesia

En la vida, todos buscamos dejar una huella honda y permanente. Más allá de lo que acumulamos a lo largo de los años, lo que realmente nos define como persona es el bien que hacemos a los demás. Un legado o testamento solidario se convertirá en una forma significativa de extender tu generosidad perpetua más allá de lo efímero de la existencia.

Con el testamento solidario, podremos apoyar causas que reflejan nuestra fe y creencias, asegurándonos de que nuestro legado tenga un impacto duradero en la Iglesia católica: la formación integral de sacerdotes.

Además, resulta importante entender que un legado o testamento solidario no solo trata de dejar un bien económico, sino que permite transmitir valores y enseñanzas a las futuras generaciones. Por ejemplo, cuando una persona decide destinar una parte de su herencia a la formación de seminaristas y sacerdotes diocesanos, está invirtiendo en el futuro y santidad de la Iglesia llegando a personas de todo el planeta que a su vez formarán a otros y guiarán a sus comunidades locales. Este tipo de decisiones pueden inspirar a otros a seguir el mismo camino, creando un efecto multiplicador de generosidad y compromiso.

legado solidario testamento fundación carf

La formación integral de los seminaristas y sacerdotes diocesanos, y de los religiosos, se vuelve esencial, ya que no solo se les enseña Filosofía, Derecho Canónico, Teología o Comunicación Institucional de la Iglesia, sino que va mucho más allá de las habilidades prácticas para su ministerio. Impacta en su ámbito más humano y espiritual además del académico e intelectual.

Con una formación adecuada e integral, los sacerdotes diocesanos y religiosos estarán mejor dotados para afrontar los desafíos de una sociedad sedienta de luz, brindando apoyo y esperanza a aquellos que lo necesiten sin importar cuáles sean sus creencias religiosas.

Para quienes comparten una profunda fe y desean fortalecer la misión de la Iglesia, incluso para todos los que ven la gran labor social que realizan los sacerdotes en todo el mundo, incluir en el testamento solidario un legado o una donación en favor de la formación integral de seminaristas y de sacerdotes diocesanos se convierte en una manera de contribuir a la consolidación de la fe y la evangelización de todos los que tienen menos opciones.

El testamento solidario se convierte en una herramienta poderosa para aquellos que desean dejar una huella perpetua y significativa; dejas unos bienes que acabarán formando parte de la financiación de programas de formación para seminaristas y sacerdotes diocesanos.

El legado debe ser visto como un acto de justicia social. Al destinar recursos a la formación integral de sacerdotes, se está ayudando a que más personas tengan acceso a una educación de calidad dentro del ámbito religioso, lo que incrementa las oportunidades para aquellos que, de otra manera, no podrían acceder a ella.

Finalmente, es fundamental recordar que un testamento solidario no solo se limita a la vida de una persona, sino que refleja un compromiso intergeneracional. A través de nuestro testamento, podemos inspirar a otros a seguir nuestro ejemplo y fomentar una cultura de la generosidad y el compromiso con la Iglesia que perdure en el tiempo. Este legado, ya sea a través de recursos materiales o espirituales, puede ser un foco de esperanza y fe para las generaciones venideras, y un recordatorio constante de lo que significa vivir con propósito.

Un testamento solidario permite extender la generosidad más allá de la vida, destinando parte de la herencia a la formación de seminaristas y el sostenimiento de sacerdotes, sin perjudicar a los herederos legítimos. Es un acto de fe y amor que fortalece la misión de la Iglesia y deja un legado duradero en la evangelización y el servicio sacerdotal.

¿Cómo funciona un testamento solidario?

Un legado (parte) o testamento solidario (documento completo) es un documento legal en el que se establece que, al fallecer, una parte o todos los bienes se destinarán a una fundación u organización sin fines de lucro, en este caso, para la formación de seminaristas y sacerdotes diocesanos y religiosos. Esta decisión no implica desproteger a la familia ni perjudicar a los herederos legítimos, sino compartir un porcentaje de la herencia con una causa que perdurará en el tiempo de forma perpetua.

Es un proceso sencillo y flexible, que permite ajustar los términos según las circunstancias y deseos de la persona. Puede incluir bienes financieros, muebles e inmuebles; una cantidad de dinero o un porcentaje de la herencia total.

Razones para un testamento solidario en favor de la formación de sacerdotes

1. Promoción de valores cristianos: al apoyar la formación de nuevos sacerdotes, se contribuye a la difusión de valores fundamentales como la solidaridad, la compasión y el servicio a los demás. Estos principios son esenciales para construir comunidades más justas y humanas.

2. Fortalecimiento de las iglesias locales: la presencia de sacerdotes bien formados en una comunidad ayuda a marcar una diferencia significativa en la vida espiritual y social de los feligreses. Estas personas, además de predicar el Evangelio e impartir los sacramentos, organizan actividades, brindan asesoramiento y apoyo, y ayudan a unir a las personas en torno a causas comunes.

3. Fomentar las vocaciones: al contribuir a la formación de sacerdotes diocesanos y religiosos, se puede generar un ambiente que aliente a otros a considerar la vida de entrega total a Dios por los demás. La visibilidad de sacerdotes comprometidos y bien preparados puede inspirar a jóvenes a seguir sus pasos y dedicar su vida al servicio del prójimo.

4. Continuidad en la evangelización: los seminaristas son el futuro de la Iglesia. Su formación requiere apoyo económico para garantizar que estén bien preparados en su misión de guiar y de servir a la comunidad.

5. Sostenimiento de sacerdotes: muchas comunidades dependen de la generosidad de los fieles para el sustento de sus sacerdotes, quienes dedican su vida a la oración, el servicio y la enseñanza. Pero qué mejor sustento que el de una formación sólida que repercute directamente en sus iglesias locales.

6. Un acto de fe y amor: un legado o testamento solidario es una manifestación tangible de tu compromiso con la Iglesia universal y con toda su labor espiritual y social.

7. Un impacto permanente y duradero: aunque la vida es efímera y pasajera, los frutos de una donación bien dirigida pueden perpetuarse y extenderse por generaciones, fortaleciendo la obra de Dios en la tierra.

Cómo se hace un testamento solidario

Infórmate y reflexiona: piensa lo qué te gustaría dejar. Cualquier aportación tendrá un impacto en la vida de las personas a las que ayudamos y que, a su vez, ayudarán a centenares de miles en sus países de origen. Si necesitas más información o resolver cualquier duda, te ofrecemos asesoramiento legal gratuito y una total confidencialidad.

En este proceso, es fundamental que la persona que desea hacer un testamento solidario se tome el tiempo para reflexionar sobre sus deseos y metas. Puede ser útil crear una lista de las causas que le son más significativas y considerar cómo su legado puede impactar positivamente en esas áreas en el mundo. Además, es recomendable conversar con un abogado especializado en testamentos para asegurarse de que todas las disposiciones sean claras y que se cumplan adecuadamente.

¿Es necesario un notario? Para asegurar la validez legal del legado o testamento, y que tu voluntad se cumpla en el futuro, es recomendable contar con un notario. Esto no solo garantiza que el documento esté correctamente redactado, sino que también ayuda a evitar posibles disputas entre herederos y a cumplir con las regulaciones locales. No olvides incluir correctamente los datos la Fundación CARF y, sobre todo, acuérdate de guardar una copia. Los datos identificativos necesarios para incluir a la Fundación CARF en el testamento o legado solidario son:

CENTRO ACADÉMICO ROMANO FUNDACIÓN
CIF: G-79059218
Conde de Peñalver, 45. Entreplanta, Oficina 1
28006 Madrid

Puedes contactar por mail y enviar una copia a Ana de carf@fundacioncarf.org.

Considera la posibilidad de incluir una cláusula de actualización: a lo largo de la vida, nuestras circunstancias pueden cambiar. Es aconsejable que se incluya una cláusula en el testamento que permita revisarlo y actualizarlo según sea necesario para reflejar nuestros deseos actuales.

Si finalmente deseas incluir en tu testamento solidario una donación o un legado a favor de los seminaristas y sacerdotes diocesanos y religiosos, recuerda informar a la institución. Aunque no es obligatorio, comunicar a la Fundación CARF tu decisión facilita que se pueda cumplir tu voluntad de manera eficiente.

vocaciaones que dejan huella

Deja una huella imborrable

Un testamento solidario es una forma única de trascender y perpetuar la buena labor que hiciste en vida, llevando un futuro de esperanza y de fe a las generaciones venideras. Si sientes en tu corazón el deseo de contribuir a la misión de la Iglesia, este es un camino noble y transformador.

Para más información sobre cómo hacer un testamento a favor de la formación integral y permanente de sacerdotes diocesanos y religiosos, contáctanos. Estamos aquí para ayudarte a cumplir tu deseo de dejar un legado perpetuo de amor y de servicio en la Iglesia católica.

¿Cómo desgravan los distintos tipos de donaciones?

La fiscalidad aplicada a entidades no lucrativas como la Fundación CARF

Las aportaciones realizadas por empresas o personas a una fundación tienen beneficios fiscales a través de deducciones en cuota tanto del impuesto sobre sociedades como en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF).

Las ayudas que gozan de estas deducciones son los realizados a asociaciones o instituciones como la Fundación CARF, declaradas de utilidad pública y a organizaciones no gubernamentales, que cumplen los requisitos recogidos en la Ley 49/2002 de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo.

¿Cuáles son las donaciones que dan derecho a desgravar?

Si nos remitimos al artículo 17 de la Ley 49/2002 de incentivos al mecenazgo, que se refiere a los donativos, donaciones y aportaciones deducibles, darán derecho a practicar las deducciones previstas, las donaciones y aportaciones irrevocables, puras y simples, realizadas en favor de entidades acogidas a la Ley del mecenazgo; ya sean dinerarias, de bienes o de derechos, o a través de cuotas de afiliación, siempre que no den derecho a recibir un servicio presente o futuro. Los diferentes tipos de donaciones a entidades sin ánimo de lucro pueden ser:

  • Donaciones puntuales: para atender a una situación específica o una campaña de fundraising determinada. Como por ejemplo Dona Vasos Sagrados, solicitando un donativo de 600 euros garantiza que un seminarista próximo a ordenarse reciba una mochila de vasos sagrados para administrar los sacramentos allá donde esté.
  • Donaciones periódicas: el compromiso de colaborar con la fundación donando una cantidad de dinero con una frecuencia determinada. En nuestro formulario de donación online puedes seleccionar la cuota que quieres aportar y cada cuánto deseas que se realice.
 

vasos sagrados

Beneficios fiscales para desgravar ayudas en especie

¿Se pueden desgravar donaciones en especie? Las ayudas en especie son aquellas en las que, en lugar de aportar dinero, el benefactor hace una aportación en bienes. La mayoría de las veces se trata de bienes valiosos que el donante ya cuenta que no utilizará o disfrutará, y considera que serán más útiles si con ellos apoya una causa noble.

Actualmente las donaciones en especie, a favor de entidades acogidas a la Ley 49/2002 como son las fundaciones, aparecen en una ley de contenido variado, la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Incluyen este tipo de donaciones los bienes como relojes, joyas, cuadros y obras de arte. La Fundación CARF garantiza un procedimiento seguro y profesional para el tratamiento de todos los bienes donados: tasación oficial y subasta pública.

La actual Ley de Mecenazgo, con el fin de fomentar los esfuerzos privados, contribuye a fomentar las donaciones en especie sin que suponga un coste contribuir con una fundación. La ley establece que la base imponible de un bien, que aún tenga valor, sea cero, si la donación es para una fundación que lo vaya a destinar a sus fines. Además se aplica un 0 % de IVA a las entregas de bienes realizadas en concepto de donativos en especies.

Los bienes recibidos por la Fundación CARF pasan una tasación profesional y posteriormente serán subastados. En el mismo momento en el que se cuente con una tasación oficial del Monte de Piedad CaixaBank, se podrá emitir el correspondiente certificado de la donación de esos bienes en especie. La Fundación CARF tratará de mejorar el precio de tasación mediante una subasta pública.

¿Qué ocurre con los legados y testamentos solidarios?

El legado solidario es una disposición testamentaria para favorecer a una institución sin fines de lucro. Se considera legado a un bien específico (vehículos, acciones, seguros de vida, inmuebles...), mientras que una herencia es una sucesión en la que se funden los patrimonios tanto del heredero como del fallecido.

Para hacer un legado o testamento solidario en favor de la Fundación CARF sólo se necesita acudir a un notario y manifestar su voluntad de testar o legar, todos o parte de los bienes que uno posee.

En la liquidación del testamento, las entidades sin fines lucrativos no están sujetas al impuesto de sucesiones y donaciones, y por tanto los legados solidarios están libres de tasas impositivas para los beneficiarios. Todo el valor de lo donado estará destinado al trabajo de la fundación.

desgravación donaciones

Ley de Mecenazgo 49/2002

La Ley de Mecenazgo del 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo comprende los:

  • Artículo 19. Deducción de la cuota del impuesto sobre la renta de personas físicas.
  • Artículo 20. Deducción de la cuota del impuesto sobre sociedades. Beneficios fiscales para empresas (IS).

Puedes calcular la desgravación de tu donación con nuestra calculadora de donaciones.

Beneficios fiscales para donaciones realizadas por personas físicas

Gracias a la Ley de Mecenazgo, las donaciones de hasta 250 € tienen una deducción en la renta del 80 %. Es decir, donando 20,83 €/mes o 250 €/año, la Agencia Tributaria te devolverá 200 € en la declaración de la renta. Las donaciones de mayor cantidad tienen una deducción del 40 % en la cuota.

Beneficios fiscales para desgravar donaciones recurrentes

En las donaciones se podrá aplicar una deducción del 45 % siempre que se hayan efectuado donativos por la misma o mayor cantidad a la misma fundación en los dos periodos impositivos inmediatos anteriores, premiando así al donante comprometido. La deducción tiene un límite del 10 % de la base liquidable en el IRPF.

Desgravar donaciones realizadas por empresas y sociedades

En el caso de las donaciones efectuadas por personas jurídicas, como sociedades mercantiles, la cantidad donada tiene una deducción en el impuesto de sociedades del 40 % y del 50 % en caso de donación recurrente. En este caso no se habla de dos tramos de donación.

Además, es importante tener en cuenta que la base de esta deducción no podrá exceder del 15 % de la base imponible del período impositivo. Las cantidades que excedan de este límite se podrán aplicar en los periodos impositivos que concluyan en los diez años inmediatos y sucesivos.

¿Cómo desgravar donaciones realizadas a la Fundación CARF?

Cuando presentes tu declaración de la renta, o tu declaración del impuesto de sociedades si eres una empresa, no olvides aplicar la deducción por donativos realizados acreditando tus donaciones. Para hacerlo es necesario presentar el certificado de donación que emite la Fundación CARF a todos sus donantes, que a su vez comunica a la Agencia Tributaria para que incluya dichas cantidades en la información fiscal de cada persona o empresa y en su borrador de declaración.

Los donativos anónimos no podrán deducirse porque Hacienda no sabe a quién se le debe aplicar la deducción. Por eso es importante asegurarse de dar los datos completos, rellenando siempre los formularios facilitados en la web. De esta forma, la fundación podrá expedirte un certificado de donativo reconociendo el donativo realizado.


Bibliografía:

19M, san José, el trabajo y la paternidad

Son dos temas que aborda el Papa Francisco en la parte final de su carta Patris corde (8-XII2020) sobre san José. 

Desde León XIII (cf. enc. Rerum novarum, 1891), la Iglesia propone a san José como modelo de trabajador y patrono de los trabajadores. Al contemplar la figura de san José, dice Francisco en su carta, se comprende mejor el significado del trabajo que da dignidad, y el lugar del trabajo en el plan de la salvación.

Por otra parte, hoy nos conviene a todos una reflexión sobre la paternidad.

El trabajo y el plan de la salvación en san José

«El trabajo –escribe el Papa– se convierte en participación en la obra misma de la salvación, en oportunidad para acelerar el advenimiento del Reino, para desarrollar las propias potencialidades y cualidades, poniéndolas al servicio de la sociedad y de la comunión. El trabajo se convierte en ocasión de realización no solo para uno mismo, sino sobre todo para ese núcleo original de la sociedad que es la familia» (Patris corde, n. 6).

Cabe subrayar aquí dos referencias interconectadas: una es la relación del trabajo con la familia. La otra es la situación actual, no solo la pandemia sino el marco más amplio, que pide revisar nuestras prioridades en relación con el trabajo.

Así escribe Francisco: «La crisis de nuestro tiempo, que es una crisis económica, social, cultural y espiritual, puede representar para todos un llamado a redescubrir el significado, la importancia y la necesidad del trabajo para dar lugar a una nueva ‘normalidad’ en la que nadie quede excluido. La obra de san José nos recuerda que el mismo Dios hecho hombre no desdeñó el trabajo. La pérdida de trabajo que afecta a tantos hermanos y hermanas, y que ha aumentado en los últimos tiempos debido a la pandemia de Covid-19, debe ser un llamado a revisar nuestras prioridades» (Ibid.).

San José - El trabajo y la patermidad

En la ultima parte de su carta, el Papa se detiene a considerar que san José supo ser padre 'en la sombra' (cita el libro de polaco Jan Dobraczyński, La sombra del Padre, de 1977, publicado en castellano por la editorial Palabra, Madrid 2015).

La sombra del padre san José

Pensando sobre esta sombra del padre, san José, o en la que está el padre, podemos considerar que nuestra cultura postmoderna experimenta las heridas causadas por una rebelión contra la paternidad, explicable si se tienen en cuenta muchas pretensiones de paternidad que no fueron o no supieron ser lo que debían; pero una rebelión contra la paternidad es inaceptable en sí misma, porque forma parte esencial de nuestra humanidad y todos la necesitamos. Hoy, en efecto, necesitamos, por todas partes, padres, volver al padre.

En la sociedad de nuestro tiempo, observa Francisco, los niños a menudo parecen no tener padre. Y añade que también la Iglesia necesita padres, entiéndase en sentido literal, buenos padres de familia, y también en un sentido más amplio, padres espirituales de otros (cf. 1 Co 4, 15; Ga 4, 19).

¿Qué significa ser padre?

Explica el Papa de forma sugerente: «Ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la realidad. No para retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser libre, de salir» (n. 7). Y piensa que la palabra castísimo que pone junto a José la tradición cristiana expresa esa lógica de libertad que todo padre debe tener para amar de una manera verdaderamente libre.

Observa Francisco que todo esto no lo consideraría san José ante todo como un autosacrificio, lo que podría dar pie a una cierta frustración; sino simplemente como don de sí mismo, como fruto de la confianza. Por eso el silencio de san José no da lugar a quejas sino a gestos de confianza.

«El espíritu misionero de la Iglesia no es más que el impulso de comunicar la alegría que nos ha sido dada», Discurso a la curia romana, 22-XII-2008.

Del sacrificio al don de sí mismo

He aquí una ulterior profundización sobre la relación entre sacrificio y generosidad por amor, en una perspectiva que podría llamarse de humanismo cristiano o de antropología cristiana:

«El mundo necesita padres, rechaza a los amos, es decir: rechaza a los que quieren usar la posesión del otro para llenar su propio vacío; rehúsa a los que confunden autoridad con autoritarismo, servicio con servilismo, confrontación con opresión, caridad con asistencialismo, fuerza con destrucción. Toda vocación verdadera nace del don de sí mismo, que es la maduración del simple sacrificio».

Para sacarle buen partido a este argumento, a nuestro juicio conviene tener presente el significado, más bien negativo y empobrecedor, que hoy tiene en la calle la palabra sacrificio. Por ejemplo, cuando decimos: «Si no queda más remedio, haremos un sacrificio para conseguir esto...». O cuando expresamos que aquello no nos gusta o esa persona no nos cae bien, pero “haciendo un sacrificio” podemos soportarlo.

Esto se puede ver como resultado de la descristianización de la cultura; puesto que desde una perspectiva cristiana, el sacrificio no tiene primeramente esa connotación triste, negativa o derrotista, sino al contrario: es algo que vale la pena, porque detrás de eso está la vida y la alegría. Con todo, ninguna madre o ningún padre que hace lo que debe hacer piensa que lo hace por sacrificio, o prestando un favor con mucho esfuerzo por su parte, puesto que “no hay otro remedio”.

Al perderse la perspectiva cristiana (es decir, la fe en que Cristo triunfó en la cruz, y por eso la cruz es fuente de serenidad, confianza y alegría), hoy la palabra sacrificio suena a cosa triste e insuficiente. Lo expresa bien el Papa cuando propone superar la “lógica [meramente humana] del sacrificio”. En efecto, el sacrificio sin el sentido pleno que le da la perspectiva cristiana, conlleva algo de opresor y autodestructivo.

De hecho, a propósito de la generosidad que requiere toda paternidad, añade el Papa algo que ilumina la hoja de ruta de las vocaciones eclesiales: «Cuando una vocación, ya sea en la vida matrimonial, célibe o virginal, no alcanza la madurez de la entrega de sí misma deteniéndose solo en la lógica del sacrificio, entonces en lugar de convertirse en signo de la belleza y la alegría del amor corre el riesgo de expresar infelicidad, tristeza y frustración».

Así es. Y esto puede ponerse en relación con el sentido verdadero de la libertad cristiana, que supera no solo la mentalidad de los sacrificios del Antiguo Testamento, sino también la tentación de un moralismo voluntarista.

Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, lo ha explicado bien

En diversas ocasiones, a propósito del pasaje de Rm 12, 1 (sobre el culto espiritual). Es un error querer salvarse, purificarse o redimirse por los propios esfuerzos. El mensaje del Evangelio propone aprender a vivir día a día el ofrecimiento de la propia vida en unión con Cristo, en el marco de la Iglesia y sobre el centro de la Eucaristía (cf. concretamente Audiencia general, 7-I-2009).

Esto nos parece que ilumina lo que dice la carta de Francisco, formulado en términos que puede aceptar cualquier persona, no solo un cristiano, a la vez que se sitúa en camino hacia la plenitud de lo cristiano: la paternidad debe estar abierta a los nuevos espacios de la libertad de los hijos. Por cierto que esto supone la preocupación del padre y de la madre para formar los hijos en la libertad y la responsabilidad.

Vale la pena transcribir este párrafo, situado casi al final de la carta: «Cada niño lleva siempre consigo un misterio, algo inédito que sólo puede ser revelado con la ayuda de un padre que respete su libertad. Un padre que es consciente de que completa su acción educativa y de que vive plenamente su paternidad solo cuando se ha hecho ‘inútil’, cuando ve que el hijo ha logrado ser autónomo y camina solo por los senderos de la vida, cuando se pone en la situación de san José, que siempre supo que el Niño no era suyo, sino que simplemente había sido confiado a su cuidado».


Don Ramiro Pellitero IglesiasProfesor de Teología pastoral de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra.

Publicado en Iglesia y nueva evangelización.

5 claves para realizar un buen examen de conciencia para la Confesión

Buscar remedio a nuestras faltas es una tarea de amor. Por eso hemos de aprovechar un medio muy necesario, indispensable, que es el examen de conciencia. Mons. Javier Echevarría.

Para qué es el examen de conciencia

El fin del examen no es angustiarse con las culpas sino reconocerlas con sinceridad y confianza en Dios para luego acudir al sacramento de la confesión, sabiendo que seremos perdonados. Todo el proceso se mueve en la misericordia infinita de Dios manifestada en Jesucristo.

Vemos nuestras faltas en relación con:

  • Diez mandamientos.
  • Siete pecados capitales.
  • Defectos de carácter.
  • Dones que Dios nos ha dado para servirle.
  • Las responsabilidades de nuestra vocación.

El examen de conciencia es un puente hacia la confesión

En ocasiones, es nuestra propia vida la que parece desviarse fruto de decisiones equivocada o simplemente de nuestras debilidades personales. Los cristianos somos afortunados ya que contamos con la posibilidad de volver a empezar. Esa posibilidad existe gracias a la bondad de poder acudir al sacramento del Perdón, para alcanzar la certeza de que Dios nos perdona y nos anima a volver a empezar.

Cómo hacer un buen examen de conciencia

En primer lugar, el examen se hace ante Dios, escuchando su voz en la conciencia de cada uno de nosotros.

Cómo se puede hacer un examen de conciencia confesión
Recomendaciones de Mons. Javier Echevarría en 2016.

Tómate unos minutos para el examen de conciencia diario

Seguidamente, solo lleva unos pocos minutos diarios de reflexión mirar con el alma a la luz de Dios. Como explicaba san Josemaría, bastan unos minutos antes de entregarse al reposo nocturno, pero con constancia cotidiana.

Pide la ayuda del Espíritu Santo

Pero hay momentos puntuales, por ejemplo, el examen de conciencia para confesarse, donde será conveniente proceder con más detenimiento. Y en todos los casos, es conveniente invocar al Espíritu Santo, para que nos conceda su luz.

Terminar con un acto de dolor y un propósito de mejora

Para finalizar, no se trata tan solo de enumerar pecados sino de descubrir la actitud equivocada del corazón y con dolor por nuestros pecados, hacer el firme propósito de no volver a cometerlos. Es importante acabar con un acto de dolor y algún propósito concreto para la jornada siguiente. Siempre hay áreas en las que somos más débiles y que requieren atención especial, pero si comprendemos que Cristo es la medida, veremos que en todo tenemos mucho que crecer.

El examen de conciencia que propone el Papa Francisco

Por otra parte, en la Cuaresma 2015, el Papa Francisco obsequió a los fieles en la Plaza de San Pedro un folleto especial titulado “Custodia el corazón”. Contiene importantes recursos para el camino hacia la Semana Santa. Se puede descargar en el anterior enlace.

Entre estos recursos está un examen de conciencia de 30 preguntas planteadas por el Papa para hacer una buena confesión, así como una breve explicación sobre por qué acudir al sacramento de la Reconciliación.

Preguntas para un buen examen de conciencia

Ofrecemos una serie de preguntas dirigidas por san Josemaría Escrivá de Balaguer, que pueden ayudar a realizar el examen de conciencia personal previo a la confesión. Esta versión está dirigida a adultos.

Amarás a Dios sobre todas las cosas...

  • ¿Creo todo lo que Dios ha revelado y nos enseña la Iglesia Católica? ¿He dudado o negado las verdades de la fe católica?
  • ¿Hago con desgana las cosas que se refieren a Dios? ¿Me acuerdo del Señor a lo largo del día? ¿Rezo en algún momento de la jornada?
  • ¿He recibido al Señor en la Sagrada Comunión teniendo algún pecado grave en mi conciencia? ¿He callado en la confesión por vergüenza algún pecado mortal?
  • ¿He blasfemado? ¿He jurado sin necesidad o sin verdad? ¿He practicado la superstición o el espiritismo?
  • ¿He faltado a Misa los domingos o días festivos? ¿He cumplido los días de ayuno y abstinencia?

… y al prójimo como a ti mismo.

  • ¿Manifiesto respeto y cariño a mis familiares? ¿estoy pendiente y ayudo en el cuidado de mis padres o familiares si lo necesitan? ¿Soy amable con los extraños y me falta esa amabilidad en la vida de familia? ¿tengo paciencia?
  • ¿Permito que mi trabajo ocupe tiempo y energías que corresponden a mi familia o amigos? Si estoy casado, ¿he fortalecido la autoridad de mi cónyuge, evitando reprenderle, contradecirle o discutirle delante de los hijos?
  • ¿Respeto la vida humana? ¿He cooperado o alentado a alguien a abortar, destruir embriones, a la eutanasia o cualquier otro medio que atente contra la vida de seres humanos?
  • ¿Deseo el bien a los demás, o albergo odios y realizo juicios críticos? ¿He sido violento verbal o físicamente en familia, en el trabajo o en otros ambientes? ¿He dado mal ejemplo a las personas que me rodean? ¿Les corrijo con cólera o injustamente?
  • ¿Procuro cuidar mi salud? ¿He tomado alcohol en exceso? ¿He tomado drogas? ¿He arriesgado mi vida injustificadamente (por el modo de conducir, las diversiones, etc.)?
  • ¿He mirado vídeos o páginas web pornográficas? ¿Incito a otros a hacer el mal?
  • ¿Vivo la castidad? ¿He cometido actos impuros conmigo mismo o con otras personas? ¿He consentido pensamientos, deseos o sensaciones impuras? ¿Vivo con alguien como si estuviéramos casados sin estarlo?
  • Si estoy casado, ¿he cuidado la fidelidad matrimonial? ¿procuro amar a mi cónyuge por encima de cualquier otra persona? ¿Pongo mi matrimonio y mis hijos en primer lugar? ¿Tengo una actitud abierta a nuevas vidas?
  • ¿He tomado dinero o cosas que no son mías? ¿En su caso, he restituido o reparado?
  • ¿Procuro cumplir con mis deberes profesionales? ¿Soy honesto? ¿He engañado a otros: cobrando más de lo debido, ofreciendo a propósito un servicio defectuoso?
  • ¿He gastado dinero para mi comodidad o lujo personal olvidando mis responsabilidades hacia otros y hacia la Iglesia? ¿He desatendido a los pobres o a los necesitados? ¿Cumplo con mis deberes de ciudadano?
  • ¿He dicho mentiras? ¿He reparado el daño que haya podido seguirse? ¿He descubierto, sin causa justa, defectos graves de otras personas? ¿He hablado o pensado mal de otros? ¿He calumniado?

Bibliografía: