Logotipo Fundación CARF
Donar

Entiendo que estar aquí en Roma es un privilegio pero también es gracias a muchas personas que me acompañan con su oración, con su cariño y con su generosidad. 

Nombre: Martín Fabián Miranda Gularte
Edad: 36 años
Situación: Presbítero
Origen: Salto, Uruguay
Estudia: de Licenciatura en Teología en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma

A medida que crecía, también lo hacía mi amistad con Jesús

Martín Fabián Miranda Gularte es un sacerdote de la diócesis de Salto en Uruguay.

Su vocación comenzó de niño, su familia cuenta que siempre decía que quería ser sacerdote aún sin saber realmente todo lo que aquello significaba.

Siendo un niño, su familia tuvo que mudarse a Argentina y lo primero que hicieron, fue apuntarle a una escuela parroquial, donde fue conociendo más a Jesús y profundizando en su fe.

Esa integración en la vida de la parroquia le llevó a trabar una amistad con el párroco que más tarde, le ayudaría en su proceso de discernimiento vocacional. La figura del sacerdote fue clave, ya que ingresó en el Seminario con tan solo 13 años.

"Descubrí en el seminario a la que sería mi segunda gran familia. Esa familia que se gesta en torno a los vínculos que nos regala la fe, en torno a la figura paterna de Dios que nos regala un amor infinito.

A medida que crecía, también lo hacía mi amistad con Jesús.

Llegado el momento, emprendí el regreso a casa, volví a la diócesis de Salto en Uruguay. Allí en el Seminario Interdiocesano de Montevideo terminé mis estudios de formación.

Una vez más me vuelvo a encontrar con una familia, con la familia del seminario.

El 6 de abril de 2013, llegó el momento más fundamental: mi consagración a la vocación sacerdotal y por tanto, mi ordenación. Recuerdo ese día como muy especial, no sólo por el momento tan importante. Si no porque me acompañaron más de 1.500 personas de la diócesis. Esto hizo que no fuera una fiesta solamente para mi, sino para todos en la comunidad.

Desde ese momento y hasta este año, cuando mi obispo me mandó a continuar mi formación a Roma, he sido sacerdote, durante estos siete años, en una parroquia.

He aprendido a ser sacerdote, he acompañado a la gente, a sus procesos de fe y he aprendido mucho de ellos. Pero sobre todo, lo que se me ha quedado grabado en el corazón es la entrega, el amor a Jesús de cada uno de ellos y todo lo que daban a la Iglesia: su servicio, su oración o su compromiso de fe.

Estando aquí en Roma, he respondido a la llamada de Dios que me pedía un nuevo desafío y como todo nuevo desafío supone una entrega. Cuento con la gracia de Dios en esta nueva entrega.

Algo que he descubierto en mi vida y que me ha acompañado es que cada paso que he dado, siempre ha sido acompañado por el amor de Dios y también por el amor y la entrega de mucha gente.

No sería sacerdote por la entrega de muchas personas que a través de su oración, cariño y compromiso me han ayudado en mi camino.

Entiendo que estar aquí en Roma es un privilegio pero también es gracias a muchas personas que me acompañan con su oración, con su cariño y con su generosidad.

También nosotros comprometemos toda nuestra vida en profundizar los conocimientos a la Teología, pero no nos olvidamos de que nuestra vida tiene sentido en tanto que la entregamos a Dios por el bien de los hermanos."

crossmenuchevron-down