Pese a que sólo lleva seis años ordenado, don Carlos Duncan Franco ha estado al frente de una parroquia extremadamente pobre, y por ello, con numerosas necesidades. «Fue un verdadero desafío», confiesa. Pero también ha tenido una misión muy diferente, puesto que antes de llegar a España fue el coordinador diocesano de la Pastoral de la Iniciación a la Vida Cristiana. Dos ámbitos muy diferentes que exigen dar el cien por cien y las recuerda como experiencias «muy intensas» para el poco tiempo que llevaba siendo sacerdote.
Este brasilero tiene 36 años, es un sacerdote joven e hijo de su tiempo. Don Carlos asegura que «en estos tiempos vivir el sacerdocio es un gran desafío» y que su misión como un joven religioso «es intentar no cambiar el mundo, algo que creo que muchos más sacerdotes piensan, como yo mismo hice, sino hacer poco a poco que las personas se acerquen a Dios a través del conocimiento, pero antes que todo por el carisma y el testimonio».
«Necesitamos curas felices y fieles, y creo que nuestra misión es ésta, revelar el rostro de Cristo con la fidelidad y con la alegría de quien ha descubierto un tesoro»”, afirma completamente convencido.
Don Carlos estudió Teología en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra allá en el año 2022, más tarde volvío a su diocesis en Brasil para continuar con su misión y ayudar a los jóvenes, y a las futuras vocaciones que puedan brotar de su labor pastoral. Está muy agradecido a los benefactores de la Fundación CARF por hacer posible sus estudios de Teología.