Cada cristiano puede contribuir económicamente “lo que ha decidido en su corazón y no de mala gana ni a la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría”.
2 Corintios 9:7
La palabra diezmo procede del latin decimus y está vinculado a un décimo, la décima parte de algo. El concepto se utilizaba para nombrar al derecho del 10% que se debía pagar a un rey, a un gobernante o a un líder. Quienes debían realizar el pago entregaban la décima parte de sus ganancias o ingresos al acreedor. Era una práctica común de la antigüedad tanto entre los babilonios, persas, griegos y romanos y entre los hebreos.
El significado de diezmo en la biblia, es la décima parte de todos los frutos adquiridos, que se debe entregar a Dios como reconocimiento de su dominio supremo. Cf. Levítico 27,30-33. El diezmo se le ofrece a Dios, pero se transfiere a sus ministros. Cf. Num 28,21.
El diezmo y ofrenda, debe hoy entenderse, según el espíritu cristiano de una entrega de corazón por amor para ayudar a la Iglesia y a los más desfavorecidos en sus necesidades.
“La generosidad de las pequeñas cosas ensancha el corazón, cuidado al consumismo”. En su homilía en la Misa matutina en la Casa Santa Marta, el dia 26 noviembre 2018, el Papa Francisco exhortó a preguntarnos cómo podemos ser más generosos con los pobres, el diezmo actual esta en "las pequeñas cosas". Y advirtió que el enemigo de la generosidad es el consumismo, gastando más de lo que necesitamos.
El Antiguo Testamento habla de la disposición del corazón para entregar el diezmo, según la frase “cada uno ofrende a como dispuso en su corazón, no dando con tristeza sino con alegría”. El significado del diezmo en la biblia aparece por primera vez cuando Abram, lo entrega al sacerdote Melquisedec en una muestra de gratitud (Génesis 14:18-20; hebreos 7:4). Con el tiempo, se instruyó para todos los sacerdotes levitas e incluso se estableció como obligación o ley.
Luego, Jacob da el diezmo de todas sus posesiones al Señor. "Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti." (Génesis 28:22)
Posteriormente la Biblia explica como cada año, los israelitas apartaban la décima parte de lo que producían sus tierras (Levítico 27:30). Si decidían pagar con dinero, entonces tenían que añadirle el 20 % de su valor (Levítico 27:31). También tenían que dar “las décimas partes del ganado vacuno y del rebaño” (Levítico 27:32).
Para calcular el diezmo de su ganado, los israelitas escogían cada décimo animal que saliera de su corral. La Ley decía que no podían examinar si ese animal era bueno o malo, ni cambiarlo por otro. Además, no podían pagar ese diezmo con dinero (Levítico 27:32, 33).
Pero el segundo diezmo, el que se usaba para las fiestas anuales, ese sí se podía pagar con dinero. Esto era muy práctico para los israelitas que venían de lejos para asistir a las fiestas (Deuteronomio 14:25, 26). Las familias israelitas usaban estas ofrendas en sus fiestas especiales. Y había años específicos en que esas ofrendas se usaban para ayudar a la gente muy pobre. (Deuteronomio 14:28, 29; 26:12.)
Pagar el diezmo era una obligación moral, la ley mosaica no establecía ningún castigo a quien no cumpliese. Los israelitas tenían que declarar ante Dios que habían cumplido y entonces pedirle que los bendijera por haberlo hecho (Deuteronomio 26:12-15).
En los días de Jesús, todavía se pagaba el diezmo. Pero, cuando él murió en la cruz, esto dejó de ser un requisito. Jesús, no lo rechaza, pero enseña una referencia nueva: Dar ya no el 10% sino darse del todo por amor, sin contar el costo. Por ello, condenó a los líderes religiosos porque eran muy estrictos a la hora de cobrar el diezmo y al mismo tiempo, descuidaban “los asuntos más importantes de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad” (Mateo 23:23).
La muerte de Jesús anuló la Ley mosaica, incluido “el mandato de cobrarle el diezmo al pueblo” (Hebreos 7:5, 18; Efesios 2:13-15; Colosenses 2:13, 14). En ninguna de las cuatro veces que el diezmo aparece en el Nuevo Testamento se nos enseña a guiarnos por esa medida. Ya no se limita a la ley del 10% sino que nos refiere al ejemplo de Jesucristo que se dio sin reservas. Jesús vive una entrega radical y nos enseña que debemos hacer lo mismo. Por ello nos trasmitió el concepto y la importancia de las Obras de misericordia: espirituales y corporales.
El Corazón de Jesús es el modelo de entrega total. Se entregó hasta la muerte en el Calvario. Jesús nos da Su gracia para saber dar y darnos como Él se dio. Todo le pertenece a Dios y somos administradores de nuestros recursos según el Espíritu Santo que ilumina nuestra conciencia. San Pablo enseña y vive la misma entrega, “Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza.” (II Corintios 8,9)
El Papa da una catequesis sobre el jubileo, el diezmo y la condena de la usura. En la audiencia general del Miércoles de Ceniza del año 2016.
El Catecismo de la Iglesia Católica solo menciona el diezmo una vez, es en referencia a la responsabilidad del cristiano hacia los pobres, fundamentada ya en el Antiguo Testamento. El quinto mandamiento, “ayudar a la Iglesia en sus necesidades”, enuncia que los fieles están obligados de ayudar, cada uno según su posibilidad, a las necesidades materiales de la Iglesia (cf CIC can. 222).
Existe mucha confusión entre la población sobre las fuentes de financiación de la Iglesia Católica en España. La Iglesia Católica recibe del Estado español, el 0,7% de los impuestos de aquellos que marcan libremente la casilla correspondiente en la declaración del IRPF. Es así desde que en diciembre de 2006 se firmó la modificación en el sistema de asignación tributaria. Y se puede considerar una forma de aportar un diezmo u ofrenda a la Iglesia hoy en día.
Además de la aportación del Estado vía IRPF, la Iglesia se sostiene con la aportación y ofrendas de sus fieles a través de otras vías:
Marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta no supone coste alguno para el ciudadano. No le devolverán menos ni pagará más. Pero sí constituye una gran ayuda para miles de personas que lo necesitan. Un pequeño gesto para una gran obra. En las Jornadas de Reflexión CARF que organizamos con diferentes colaboradores vía online. Silvia Meseguer explica la financiación de la religión en España y también analizamos con expertos otros temas de interés actual que puedes volver a ver en el Archivo de Encuentros.
Con la colaboración de:
Catesismo de la Iglesia Catolica
infocatolica.com
Opusdei.org