Tanto Jean Baptiste Cyaba, como Jean Bruno, pertenecen a la diócesis de Mbujimayi y están cursando la licenciatura de Teología en las Facultades Eclesiásticas de la Universidad de Navarra gracias a una beca de la Fundación CARF. Esperan con entusiasmo el viaje del papa Francisco al Congo. «Deseo un excelente viaje al Papa en mi país, y que Dios atienda y cumpla todas sus oraciones en favor de la paz, del bienestar, de la justicia, de la caridad, de la dignidad de todos los países de grandes lagos. Que reine siempre Jesucristo en los corazones y en las vidas de todos mis paisanos», afirma Jean Baptiste.
— ¿Cómo esperan sus compatriotas la visita del papa Francisco? ¿Cómo cree que esta visita podría mejorar las condiciones del país? Muchos cristianos de confesiones no católicas también esperan con ilusión la visita del santo padre.
Cualquiera que sea la profesión religiosa de cada uno, el papa es considerado como una autoridad espiritual de mayor relevancia. Tiene a su disposición medios espirituales eficaces para lograr la paz y el bienestar común allí donde a veces los medios humanos y materiales han fracasado.
Por su capacidad para ser escuchado por todo el mundo, su palabra puede servir para juntar y poner de acuerdo aquellos horizontes divergentes entre personas visiblemente opuestas. Su fama espiritual mundial, su autoridad en la opinión pública como el sucesor de san Pedro van a contribuir obviamente a la escucha y seguimiento de su mensaje por parte de todos.
— ¿Cuáles son las necesidades apostólicas más importantes de su diócesis?
Desde mi punto de vista, las necesidades apostólicas más importantes de mi diócesis son: seguir con el mantenimiento del clero y establecer y promover a los laicos comprometidos en la pastoral diocesana a una formación permanente y de calidad. En nuestra diócesis cunde un sectarismo violento que rechaza en bloque las posiciones oficiales de la Iglesia. Truncan la verdad sólo para atraer a la masa, mayoritariamente joven y con grandes dificultades para buscar la verdad por sí misma, en los manuales autorizados por la Iglesia que no tienen. Esta necesidad implica la creación de librerías diocesanas y el fortalecimiento de la editorial de nuestro centro pastoral, de nuestra biblioteca y de nuestros medios de comunicación para que el mensaje evangélico siga siendo escuchado mejor por el pueblo de Dios y todo el mundo.
La segunda necesidad es la de ir verdaderamente al encuentro de los más pobres de nuestra población, sobre todo en los pueblos lejanos de las ciudades, para aliviar en la medida de lo posible sus sufrimientos mediante el anuncio y la escucha de la palabra. Charlas formativas que les ayuden a descubrir las oportunidades que les ofrecen sus ámbitos de vida con el fin de sacarles provecho y poder así vivir dignamente como hijos e hijas del Padre celestial.
Las dos primeras necesidades son para mejorar el aspecto espiritual e interno de nuestra diócesis. Concibo la tercera necesidadcomo la de mejorar el aspecto físico de algunas iglesias parroquiales que carecen de infraestructuras dignas para revelar la belleza de la vida en Cristo que es la mayor meta de la Iglesia bajo el sol.
— ¿Y las necesidades de la Iglesia Católica del Congo?
En cuanto a la Iglesia del Congo, deseamos ver a los sucesores de los apóstoles vivir en verdadera cohesión y sin faltas en sus posiciones individuales o comunitarias, frente a las cuestiones sociales que a menudo oponen la Iglesia al Estado en interés del pueblo congoleño, sea cual sea su tendencia.
Pues sucede a menudo que algunas de sus posiciones, sobre todo individuales, pierden su objetividad al adoptar posturas claramente basadas en criterios no evangélicos y eclesiales, especialmente cuando se trata de la política y de lo temporal.
En definitiva, es necesario verlos sacrificarse en lugar de sacrificar la verdad para promover sólo la verdad del Evangelio, que es la única que puede oponerse a ellos mismos, al pueblo de Dios y a los políticos de cualquier horizonte, para que reine para siempre la realeza de Cristo.
— El país vive un conflicto por amenazas terroristas del radicalismo islámico y otras cuestiones económicas debido a la riqueza del subsuelo. ¿Cuál es el papel de la Iglesia Católica para mediar en los conflictos sociales?
El papel de la Iglesia Católica desde mi punto de vista es el de recordar los principios de la Doctrina social de la Iglesia. Estos principios me parecen muy conocidos por los sacerdotes y poco divulgados en el pueblo de Dios, incluso entre los gobernantes políticos. La dignidad de la persona humana en cuanto criatura de Dios; la justicia social, fundada en una justa repartición de los bienes materiales; la subsidiaridad, según la cual el más rico tiene que ayudar al pobre, el más fuerte tiene que sostener al débil; todos ellos han de ser difundidos con mayor profundidad.
Para lograr esto, la Iglesia debe promover entre las naciones, en conflicto al Este de nuestro país, un dialogo sobre los verdaderos valores como las virtudes de la verdad, la justicia, la caridad, la paz, dando claramente razón al que la tiene y aconsejando al que no la tiene una manera de vivir más justa y solidaria.
Jean Bruno, que estudia el doctorado en Derecho Canónico, espera con ilusión el viaje del papa Francisco al Congo: «Los congoleños esperan la llegada del santo padre Francisco con todo corazón. Hacía tiempo que el país no recibía una visita apostólica desde que el papa Juan Pablo II nos visitó el 2 de mayo 1980. Yo ni había nacido. Por eso, podemos decir que es como la primera vez que recibimos al santo padre», afirma.
Para él, «esta visita apostólica es deseada no solo por los católicos, sino también por los cristianos de otras confesiones religiosas, porque el papa es pastor de los pastores y viene con un mensaje de reconciliación. Nos trae la paz y la concordia entre los pueblos. Necesitamos la paz de Dios a través de su enviado el santo padre Francisco y nada más».
«Las necesidades apostólicas más importantes de nuestra diócesis de Mbuji-Mayi, y las de nuestro país del Congo, son muchas. Por citar algunas de ellas: en primer lugar, la única y la primera necesitad apostólica que tenemos a nivel de la diócesis y del país es la de la evangelización. Para facilitar esta evangelización, hay que tener acceso a los medios de comunicación (la televisión, la radio, el internet etc.); las infraestructuras (carreteras, puentes etc.) y también a los medios de transporte que es un problema grave para mi diócesis y para algunas otras del país».
«En segundo lugar, no hay acceso para todos a los servicios sociales básicos como la educación (infraestructuras escolares y universitarias, la calidad de la enseñanza, la salud, los parques), porque ellos facilitan también la evangelización. No hay agua a disposición de todos ni electricidad. Sin electricidad, no podemos alcanzar todos estos medios de evangelización. La realización de todo eso facilitara la evangelización que es un deseo y necesitad apostólicos para nosotros».
En cuanto a los conflictos de su país, Jean Bruno considera que, más que por amenazas terroristas del radicalismo islámico, son debidos a la riqueza del subsuelo que está siendo utilizada por la política a nivel internacional. «Hemos perdido muchos de nuestros compatriotas a causa de esta riqueza. La sangre fluye hasta ahora como lo que ha pasado recientemente el 15 de enero en una iglesia pentecostal en el pueblo de Kasindi, situado más o menos a 80 kilómetros de la ciudad de Beni. Los actos terroristas se multiplican de día en día en la parte oriental del país. Hay muchos grupos rebeldes (M23, ADF, FDLR...) en esta parte del país apoyados por la mano extranjera que gana y disfruta. Cuando ellos ganan, los demás mueren cada día», se lamenta.
Para este sacerdote, la Iglesia Católica, en medio del pueblo, debe jugar el papel de mediación para facilitar el acuerdo entre las partes en conflicto. «Nuestro presidente buscó el camino de la paz, pero sin éxito. Por eso, creemos que, con el viaje del papa Francisco al Congo, con su mensaje de reconciliación, el país tendrá la paz porque la verdadera paz viene de Dios. La Iglesia debe ser neutra y tomar sus responsabilidades, unir las partes como nos pide san Pablo en su primera carta a los Corintios (1cor. 1,10-11) para que no haya divisiones en medio de nosotros. La Iglesia no debe perder este sentido».
Para terminar, considera que la Iglesia del Congo tiene muchas dificultades y el único que puede realizar el cambio para que vaya adelante es el romano pontífice. «La Iglesia es la Iglesia de Cristo y no de alguien como lo piensan muchos. La Iglesia tiene su derecho, su legislación y tenemos que seguirlo», concluye.
Marta Santín,
Periodista especializada en información religiosa.