Cada 21 de septiembre, la Iglesia celebra la festividad de san Mateo, apóstol y evangelista, uno de los doce discípulos que siguieron a Jesús y fueron testigos directos de su vida, enseñanzas, Pasión y Resurrección. San Mateo, también conocido como Leví, nos ofrece un ejemplo profundo de conversión, entrega y fidelidad a la misión evangelizadora, cualidades que siguen inspirando a sacerdotes y fieles en la actualidad.
Su vida demuestra cómo un encuentro personal con Jesús puede transformar completamente el corazón de una persona y conducirla a un compromiso radical. La figura de san Mateo nos ayuda a conocer la historia del cristianismo primitivo y a comprender cómo vivir la vocación sacerdotal y el compromiso evangelizador.
Antes de ser llamado por Jesús, Mateo ejercía la profesión de recaudador de impuestos en Cafarnaúm. Esta labor, socialmente mal valorada por el pueblo judío y a menudo asociada con la corrupción, no impidió que Jesús lo eligiera como discípulo. La elección de Mateo subraya un mensaje central del Evangelio: Dios llama a cada persona, independientemente de su pasado, para transformarla y ponerla al servicio de su misión.
Al escuchar la invitación de Jesús, Mateo respondió con prontitud dejando lo que estaba haciendo y marchándose. Este acto de decidido de entrega total supone una apertura del corazón ante la vocación y sirve como modelo para todos los que sienten una llamada al sacerdocio, a la entrega total en el celibato o a la vida consagrada. Mateo comprendió que la verdadera riqueza se encuentra en la entrega de la vida a Dios y en la misión de llevar su mensaje a los demás.
Mateo se dedicó a seguir a Jesús y a ser testigo de su obra. Más adelante, escribirá el Evangelio que lleva su nombre, el primero de los cuatro evangelios del Nuevo Testamento y uno de los tres sinópticos, en el que presenta a Jesús como el Mesías prometido y cumpliendo las profecías del Antiguo Testamento. Trata de convencer a los judíos mediante esa relación con las escrituras que bien conocía. Este Evangelio enfatiza la cercanía de Jesús con los necesitados y el valor de la vida cotidiana.
El evangelio según san Mateo se caracteriza por su enfoque pedagógico y moral, dirigido tanto a judíos como a cristianos de todas las épocas. Entre sus aportaciones destacan:
Este Evangelio se convierte así en una fuente de inspiración para sacerdotes y laicos, recordándoles que evangelizar no significa solo predicar palabras, sino dar un ejemplo que transforma vidas y comunidades.
Los sacerdotes son llamados a ser referentes para todos los discípulos de Jesús, continuando la labor de Mateo y de los doce apóstoles. Su misión se encuadra en tres dimensiones básicas:
En un mundo que cambia rápidamente, los sacerdotes enfrentan el desafío de llevar la fe a contextos nuevos: ciudades globalizadas, sociedades digitales, culturas plurales. Siguiendo el ejemplo de san Mateo, los sacerdotes están llamados a adaptarse a los medios y canales de comunicación modernos sin perder la autenticidad del mensaje cristiano.
La evangelización en el siglo XXI se ha transformado gracias a la digitalización y al alcance global de internet. Redes sociales, blogs, podcasts y transmisiones en vivo permiten que la voz del Evangelio llegue a millones de personas que de otra manera no tendrían contacto directo con la Iglesia.
Algunos ejemplos de iniciativas actuales incluyen:
Estos ejemplos son solo una muestra que permite evangelizar a jóvenes y adultos en sus contextos naturales, integrando la fe en la vida diaria y haciendo más palpable el testimonio de vida cristiana. Así como san Mateo transmitió su experiencia con Jesús a través de su Evangelio, hoy los sacerdotes y los evangelizadores digitales buscan compartir la fe de manera concreta y cercana.
San Mateo es un modelo para sacerdotes y evangelizadores, y también para todos los cristianos. Su vida nos recuerda que todos estamos llamados a ser testigos del Evangelio. Esto implica:
La evangelización no es solo una tarea de los sacerdotes; cada fiel tiene un papel en llevar el mensaje de Cristo a su entorno, inspirando a otros con obras concretas.
San Mateo, apóstol y evangelista, nos enseña que la verdadera vocación nace de un encuentro personal con Jesús y se expresa en la entrega de la vida al servicio de los demás. Su historia es un recordatorio de que no importa el pasado de cada persona: Dios siempre ofrece una oportunidad para la conversión.
En el siglo XXI, sacerdotes y evangelizadores continúan su labor, adaptándose a los nuevos medios de comunicación y encontrando formas innovadoras de llegar al corazón de las personas, tal como san Mateo llegó a sus contemporáneos con la fuerza del Espíritu Santo y del Evangelio. Siguiendo su ejemplo, todos estamos llamados a ser discípulos activos, testigos y agentes de transformación en el mundo.
"Al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme»”. Si Jesús pudo transformar a un recaudador en un servidor, a un traidor en su amigo íntimo, también puede transformarnos a nosotros en hijos de Dios, en sus amigos íntimos.