D. René es de El Salvador y se encuentra en Madrid estudiando Filosofía en la Universidad Eclesiástica San Dámaso. Alguno de sus formadores en su país, han sido sacerdotes que estudiaron en las Facultades Eclesiásticas de Navarra y en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. Por ello conocía la labor que realiza CARF. “Peregrinar con CARF a Medjugorje y la fraternidad del grupo, ha sido inolvidable. El acompañamiento, que ustedes como CARF brindan al sacerdote, es maravilloso”, afirma.
Nos cuenta su testimonio de vocación, su experiencia Visitando a la Virgen de Medjugorje y los principales problemas de su país.
Este sacerdote de El Salvador, nació en el pueblo de Conchagua, en la Diócesis de Santiago de María y se educó en una familia cristiana. “Algo que me marcó mi vida fue cuando recibí la primera comunión a los 10 años. Para mí fue un momento decisivo a pesar de mi juventud. Por lo tanto, me comprometí con la Iglesia Católica como catequista y comencé a colaborar con Infancia Misionera”, relata.
A los 15 años entró en el Seminario Menor donde culminó sus estudios de Bachillerato. Su compromiso con la parroquia y con las misiones, le llevaron a profundizar en su fe. Y en 2007 sintió que el Señor le llamaba para ser sacerdote e ingresó en el Seminario Mayor.
“Algunos de mis formadores fueron sacerdotes que habían estudiado en la Universidad de Navarra y en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma. Creo que este es uno de los grandes frutos de CARF: la formación de sacerdotes que, cuando regresan a sus países, pueden ayudar a otros muchos a formarse bien para dar respuestas a los interrogantes de nuestro siglo. Por eso, quisiera decir a los benefactores de CARF que deben sentirse muy orgullosos porque su entrega y colaboración están dando muchos frutos. La sabiduría y santidad, la forma de vivir la liturgia y la Eucaristía de estos presbíteros formados en Navarra y Roma, es algo muy grande”, manifiesta el P. René.
El P. René fue ordenado sacerdote el 15 de marzo de 2014 en su diócesis, junto con otros cinco compañeros. Después, su obispo le destinó como vicario en la parroquia de San Simón Apóstol y, posteriormente, le nombraron párroco en la parroquia de San Lucas Evangelista. Allí estuvo durante tres años, ayudando en una zona marginal de su diócesis: el Carrizal.
“La ordenación sacerdotal fue un momento muy especial en mi vida, una experiencia muy bonita y un momento inolvidable que quedaron marcados en mi corazón. La ordenación diaconal y sacerdotal encierran un todo. Uno entrega la vida al Señor porque hace la promesa del celibato y de obediencia. Y es, entonces, cuando uno recibe una Gracia imponente del Señor”, explica este sacerdote salvadoreño.
En su camino vocacional, confiesa que la presencia de la Virgen ha sido fundamental. “Me ha acompañado en todo momento, brindándome su consuelo en momentos más difíciles, y no me ha dejado solo. El sacerdocio es un don inmerecido. Como decía San Oscar Romero cuando se ordenó, “con tu todo y mi nada haremos grandes cosas”.
P. René ha sido el sacerdote que ha acompañado al grupo de peregrinos que ha peregrinado a Medjugorje, en la primera peregrinación que organiza CARF a este lugar de Bosnia-Herzegovina, donde en 1981 se apareció la Virgen. Aunque la Santa Sede no ha dado su aprobación definitiva, recientemente el Papa Francisco ha dado su bendición para que parroquias y diócesis organicen peregrinaciones.
"Peregrinar con CARF a Medjugorje y la fraternidad del grupo, ha sido inolvidable. El acompañamiento que ustedes como CARF brindan al sacerdote, es maravilloso”, afirma.
En esta peregrinación católica a Medjugorje, Don René nos cuenta su experiencia personal.
“Esta peregrinación ha marcado mi vida. ¡Ha sido tan providencial! Desde que vine a España tenía un deseo enorme de encontrarme con la Virgen en Medjugorje, pero no encontraba con quien. Una persona me dijo: Padre no se preocupe, la Virgen sabe muy bien el día que va a ir y con la gente que va a peregrinar”, señala el P. René. Cuando en CARF le brindaron la oportunidad de acompañar a los peregrinos, no se lo podía creer.
“He ido con quien la Virgen quería. De Medjugorje os puedo contar las dos grandes experiencias que he vivido. La primera ha sido experimentar este encuentro tan especial con el Señor y con la Virgen en las actividades de la parroquia de Medjugorje. Después, vivir una fraternidad verdadera que ustedes como CARF brindan al sacerdote. Una experiencia inolvidable de Dios”.
Además, relata otro momento impactante. “Estuve cuatro horas confesando en los confesionarios de la parroquia de Medjugorje. Ver que el pueblo y la comunidad se acercan a la confesión con un corazón arrepentido es algo muy emocionante. Algún peregrino viajó a Medjugorje por curiosidad, pero al final se acercaron al sacramento de la reconciliación y buscaron el perdón del Señor para vivir lo que la Virgen ha pedido: la confesión, el rosario y la oración”.
Otra experiencia muy emocionante fue la subida al Monte de las Apariciones con todo el grupos, rezando el rosario y con paradas en cada misterio. Al día siguiente, subir al Monte de la Cruz, a pesar del madrugón y las dificultad que encierra, le pareció algo maravilloso. “Rezar el Vía Crucis, parando cada estación a media que la colina se empinaba fue maravilloso”.
También disfrutó mucho con las celebración de las eucarísticas con el grupo y que él celebraba, llenas de devoción con los peregrinos de CARF. “Muchos hermanos hacen penitencia y van a Medjugorje con mucho amor a ver a la Virgen y Ella les entrega su amor. Peregrinar con CARF a Medjugorje ha sido una experiencia inolvidable. Y muchas gracias a CARF por la labor que hacen por los sacerdotes”.
Medjugorje os puedo contar dos grandes experiencias que he vivido. La primera ha sido experimentar este encuentro tan especial con el Señor y con la Virgen en las actividades de la parroquia de Medjugorje. Después, vivir una fraternidad verdadera que ustedes como CARF brindan al sacerdote. Una experiencia inolvidable de Dios. Otro momento impactante: las cuatro horas que estuve confesando en los confesionarios de la parroquia de Medjugorje. Ver que el pueblo y la comunidad se acercan a la confesión con un corazón arrepentido es algo muy emocionante".
El Padre René volverá a su país, El Salvador, cuando termine su formación en España. Se enfrentará a varios retos apostólicos y sociales. “El principal problema de mi país es la delincuencia. Muchos chicos, desde temprana edad, se enganchan a esta lacra. Es la lucha de nuestro país. Debemos saber educar a estos jóvenes y que encuentren en Dios una ayuda y su amor”, afirma.
También hay otros problemas de justicia, de emigración… “Como sacerdotes nos corresponde rezar mucho y acompañar al pueblo que sufre y, sobre todo, en las comunidades pobres. Los padres de hijos delincuente sufren mucho. Hay que rezar mucho para que el pueblo se encuentre con Dios”.
Don René actualmente se encuentra en Madrid, por disposición del obispo de su diócesis, cursando Filosofía en la Universidad Eclesiástica de San Dámaso. Es su tercer año, por lo que le queda uno más para concluir su formación.
“Vivo en la parroquia San Cristóbal en Ciudad Pegaso de Madrid. Ayudo al párroco en la liturgia y en los sacramentos. Además, acompañamos a un grupo de venezolanos de la parroquia. Por lo tanto, compagino mis estudios con la labor pastoral de esta parroquia”, explica.
Finalmente, insiste en concluir dando de nuevo las gracias por su experiencia maravillosa al peregrinar con CARF a Medjugorje.
Marta Santín
Periodista especializada en información religiosa.