El próximo 26 de febrero se cumplirán los 25 años de la Facultad de Comunicación Social e Institucional, fundada en 1996 dentro de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.
Esta Facultad tiene como objetivo transmitir la fe de la Iglesia en cada siglo con los instrumentos a disposición y también formar a profesionales capaces de operar en el campo de la comunicación en instituciones eclesiales, a través de un programa muy sólido y diversificado, que se basa en el estudio teórico y práctico.
Los estudiantes de Comunicación Social e Institucional, además, de hecho, se focalizan mucho sobre el entorno cultural en el que la Iglesia propone su mensaje, en un espíritu de diálogo permanente con las mujeres y los hombres de cada siglo.
Para ello, es necesario que conozcan muy bien, por un lado los contenidos de la fe y la identidad de la Iglesia como institución, a través de asignaturas de carácter teológico, filosófico y canónico, y por el otro la aplicación concreta de las teorías, prácticas y técnicas de comunicación institucional a la identidad particular de la Iglesia Católica, incluso mediante laboratorios avanzados en los diferentes medios de comunicación (radio, televisión, prensa y medios basados en las nuevas tecnologías).
La Facultad de Comunicación Social e Institucional, gracias a sus características únicas en el ámbito de las universidades pontificias, ha formado, en 25 años, ya a decenas de profesionales de la comunicación, que hoy en día dan su aporte en distintos sectores eclesiales y no eclesiales, gracias sobre todo a la ayuda de muchos benefactores, en particular de la fundación CARF – Centro Académico Romano Fundación.
CARF que no solamente otorga becas de estudio a jóvenes de todo el mundo para que se formen en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, sino que ofrece su soporte financiero para ayudar a la universidad a realizar sus actividades académicas ordinarias previstas (los cursos habituales), a sustentar a todo el personal de profesores y funcionarios, a financiar actividades extraordinarias (como congresos, publicaciones y otras actividades de los profesores) y a subvencionar las herramientas y tecnologías necesarias (laboratorios, aulas, instrumentos para la didáctica, etc.).
Empezamos un viaje para conocer mejor la realidad de esta Facultad y su misión en el mundo gracias a las historias de sus estudiantes, antiguos alumnos y profesores.
Hoy nos encontramos con la hermana Nirmala Santhiyagu, de India, de la Congregación de las Misioneras de San Pedro Claver. Nirmala tiene 35 años y estudia en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz gracias a una beca del CARF – Centro Académico Romano Fundación, que también ayuda a otra estudiante de su misma congregación.
¡Hola a todos! Es un placer para mi, siendo estudiante en el primer año de la Licenciatura en Comunicación, poder acercarme a este mundo a través de una entrevista para que se nos conozca mejor a mi y a toda mi familia académica, como la llamo, de la Facultad. Pues esto es muy importante, ser familia aquí también: es algo que valoro mucho, ya que nací y crecí en una familia católica muy unida, en Tamil Nadu, India, junto con mis padres y mis tres hermanos.
Pues, es un placer para mi y para nuestros lectores también. Además, es muy interesante, el hecho de que usted, que procede de India, en cuanto mujer, cristiana y religiosa estudie en Roma para luego compartir su formación con un entorno no siempre fácil, y en un país sobre el cual las crónicas nos ofrecen muy a menudo historias dramáticas de violencia sobre la mujer.
Sí, de hecho mi congregación me pidió que estudiara Comunicación Social e Institucional para poder colaborar más eficazmente con su equipo de comunicación, trabajando en la diócesis de Indore, India. Es una época muy difícil en todo el mundo, debido también a la emergencia del COVID, pero creo que este tipo de estudios es interesante y al mismo tiempo desafiante, sobre todo por un país como India, por lo mismo que usted comentaba.
¡Me imagino que nacer y crecer como cristiana en un país donde los cristianos son una pequeña minoría no debe haber sido muy fácil!
Pues, de hecho cuando yo era pequeña aún no era difícil como hoy. Ante todo, tuve la suerte de tener unos padres muy amorosos que se preocuparon de que nosotros los niños creciéramos en la fe cristiana siguiendo sus valores morales. Los miembros de mi familia jugaron un papel vital en la formación de mi fe: siempre me animaron a participar en las clases de catecismo dominical y en todas las actividades que se llevaban a cabo para la formación de la fe y de la moral en nuestra parroquia.
Además, estudié en una escuela católica dirigida por monjas y allí tenía más posibilidades de valorar mis valores cristianos, es decir compartir lo que uno tiene, perdonar al prójimo y sobre todo la igualdad: o sea que todos somos hijos de Dios y no importa la casta o el credo. Por esto digo que tuve suerte, pues sé que no todos los niños, y sobre todo niñas, tienen esta posibilidad de crecer como yo crecí.
"Estudié en una escuela católica dirigida por monjas donde aprendí que todos somos hijos de Dios y no importa la casta o el credo"
La hermana Nirmala Santhiyagu, de India, pertenece a la Congregación de las Misioneras de San Pedro Claver. Tiene 35 años y estudia Comunicación Institucional en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz gracias a una beca de CARF.
Las actividades misioneras de las Hermanas de San Pedro Claver en países de misión como India y Vietnam cooperan con las actividades pastorales diocesanas en la formación cristiana, que sea espiritual y moral, de niños y jóvenes, en el empoderamiento de las mujeres, en la educación de los niños pobres y sobre todo para despertar la conciencia misionera entre los fieles.
¿Y desde pequeña tuvo usted la posibilidad de encontrarse con gente de distintas religiones?
Sí, a medida que crecía, ya fuera en la escuela o en el entorno familiar, pude cruzar mi camino con personas de otras religiones, como hindúes y musulmanes, y allí aprendí a conocer los contenidos de sus creencias, llegando a apreciar y atesorar aún más mi fe cristiana. Solamente en el cristianismo, pues, encontré a un Dios que te permite ser tú mismo, con todas tus debilidades y habilidades, y siempre fue emocionante para mí saber que tengo a un Dios que nos ama, nos perdona y desea que sus hijos seamos felices aquí en la tierra, para luego estar con él para siempre en el cielo.
Pues, debe ser muy enriquecedor para un niño crecer en un ambiente tan abierto…
Bueno, debo admitir que los niños de hoy en la mayor parte de la India no gozan de la libertad religiosa que teníamos en nuestros días de infancia, hay cambios enormes en los últimos días debido a las influencias políticas del nacionalismo hindú, que no dejan de afectar a otros grupos étnicos o religiosos.
Pero me acuerdo que, en los días de mi infancia, la coexistencia de diferentes religiones era muy pacífica y edificante: estudiar y jugar juntos, independientemente de la casta o religión; el respeto que teníamos por las creencias de los demás, etc. Incluso hoy, aprecio las maravillosas experiencias que tuve en mis días escolares.
¿Fue en la escuela que sintió la llamada a ser religiosa?
Bueno, no solo allí... De hecho fui muy inspirada por las actividades de las monjas en mi parroquia, así como por mi hermana de sangre que era monja ella también. Así que yo también quería ser misionera. Con la ayuda de mi párroco, me uní a la Congregación de las Hermanas Misioneras de San Pedro Claver donde estoy ahora. En 2007 hice mi primera profesión religiosa. Con el pasar de los años, redescubrí y confirmé mi vocación de ser el testimonio del amor de Dios y en 2014 dije mi “sí” a la llamada del Señor para siempre.
¿Y eso como se relaciona con la comunicación?
¡Todo está relacionado con la comunicación, especialmente hoy en día! Y el carisma de las Hermanas de San Pedro Claver es la animación misionera, entendida como la información y formación del pueblo de Dios sobre las misiones. Se realiza despertando en todos la cooperación en la misión, para proporcionar a los misioneros los medios espirituales y materiales necesarios para la evangelización de los pueblos.
¡Qué bien! Todo el pueblo, toda la comunidad involucrada en la misión!
¡Pues, sí! Las actividades misioneras de las Hermanas de San Pedro Claver en países de misión como India y Vietnam cooperan con las actividades pastorales diocesanas en la formación cristiana, que sea espiritual y moral, de niños y jóvenes, en el empoderamiento de las mujeres, en la educación de los niños pobres y sobre todo para despertar la conciencia misionera entre los fieles. Y hay que decir que, en las actividades de empoderamiento de la mujer y educación de niños pobres, estamos en contacto constante con personas de otras religiones.
Un reto muy importante, si consideramos que los cristianos de India son una minoría…
Sí, de hecho el porcentaje de cristianos en India es solo del 2.5%, pero su presencia es increíblemente significativa para la sociedad india. ¡Basta recordar a Santa Teresa de Calcuta! La contribución del cristianismo es muy remarcable, sobre todo en tema de reforma de tradiciones destructivas, modernización del sistema democrático, educación social y acceso a los medios de comunicación, atención médica, cambio social e impacto entre las tribus y los dalits (los sin casta), empoderamiento de las mujeres.
Una misión, pues, que lo involucra todo…
Así es… En mi opinión, la misión que espera a cada cristiano en este siglo XXI en la India no es solamente compartir la alegría del evangelio, sino también promover los valores del evangelio, para brindar igualdad de derechos a todos los ciudadanos. Aunque la tecnología ha mejorado la calidad de vida y el trabajo, el proceso de modernización tiene sus efectos sociales, morales y religiosos negativos.
A medida que las personas migran de áreas rurales a áreas metropolitanas e industrializadas, la mayoría de las personas, con un bajo nivel profesional y educativo, terminan siendo explotadas, marginadas, víctimas de injusticia y en la pobreza extrema, provocando la desintegración de los lazos familiares. En este círculo vicioso, los pobres se vuelven más pobres y los ricos más ricos.
"La misión de cada cristiano en este siglo XXI en la India es promover los valores del Evangelio"
La hermana Nirmala cuenta que el porcentaje de cristianos en India es solo del 2.5%, pero su presencia es increíblemente significativa para la sociedad india. "¡Basta recordar a Santa Teresa de Calcuta!", afirma. La contribución del cristianismo es muy remarcable, sobre todo en tema de reforma de tradiciones destructivas, modernización del sistema democrático, educación social y acceso a los medios de comunicación
Sin mencionar los contrastes entre los distintos componentes religiosos…
Nos enfrentamos con una tendencia fundamentalista creciente, que mira la modernidad como el proceso responsable del declive de los valores, reivindica el retorno a los valores tradicionales y los redefine en una ideología que supuestamente reemplaza a la modernidad y excluye la diversidad.
La situación actual exige más que nunca el diálogo interreligioso. Porque los desarrollos en el mundo moderno han planteado un desafío no solo a las instituciones sociales y políticas de la India, sino también a las creencias e ideas éticas y religiosas. Existe una necesidad urgente de una conciencia general de paridad, que debe fomentarse entre todos.
¿Y cuál es la situación de la mujer en su país?
India siempre ha sido un país patriarcal, donde tradicionalmente se ha impedido que las mujeres se emanciparan desde la antigüedad. De hecho, la inferioridad de la mujer estaba codificada por el Código Manu: durante la infancia era propiedad del padre, en la adolescencia del marido y, en caso de fallecimiento del marido, propiedad del pariente varón más cercano. Este antiguo modelo es particularmente importante porque subyace a las opresiones antiguas y nuevas. De hecho, aunque la condición de la mujer ha mejorado con el advenimiento de la modernidad, la tradición aún está profundamente arraigada en todo el país.
Por supuesto, la India fue el primer gran país del mundo en tener una mujer como jefa de gobierno (Indira Gandhi); y sí, en las ciudades hay muchas mujeres educadas y emancipadas, y muchos matrimonios modernos en los que los dos cónyuges tienen los mismos derechos. Sin embargo, estos son episodios marginales.
Existe también el drama de la alta mortalidad de las niñas…
Claro. India es uno de los pocos países donde los hombres superan en número a las mujeres, y eso en parte es debido a la mayor tasa de mortalidad de las niñas, a las cuales se les presta menor atención. A las viudas se les permite volver a casarse, pero si lo hacen, se les desaprueba y se les marginaliza, por lo que en su mayoría viven en la pobreza. Los matrimonios infantiles han disminuido, pero aún existen, especialmente en las zonas rurales. Además, hay que considerar un aspecto dramático de la condición femenina que tiene que ver con la dote.
Hoy en día, pues, existe una verdadera “bolsa de valores” de esposos potenciales: cuanto más alto es su estatus social, mayor es la dote requerida. A menudo, después de que el matrimonio ya ha tenido lugar, la familia del novio pide más objetos o más dinero, y si la familia de la novia no puede dar más, a la novia se le quema viva, simulando un accidente doméstico.
Desde hace algún tiempo, muchas mujeres se han organizado en grupos y comités, y es de esperar que algún día estas tragedias lleguen a su fin, pero las mujeres indias todavía tenemos un largo camino por recorrer para lograr la igualdad de derechos.
Un camino que pasa por la formación y la comunicación…
¡Por supuesto! La razón de todos estos problemas es el analfabetismo, la falta de formación, de acceso a los medios y a la instrucción. Los misioneros cristianos han trabajado durante siglos para educar a los pobres y valorizar a los marginados. La Iglesia católica siempre ha invertido en la educación en la India y todavía hoy tenemos las mejores escuelas. Claro, hay mucho por hacer pero no vamos a dejar de trabajar en este sentido.
Y es muy bueno que nuestros lectores y benefactores europeos y occidentales se hagan más conscientes de que están contribuyendo, ayudándole a usted a formarse, a mejorar la condición del pueblo entero de India, no solamente de los cristianos, a través de la obra de la Iglesia.
Claro, y por esto estamos muy agradecidos, yo y los estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, así como los antiguos alumnos y los profesores… Todos somos Iglesia, y estoy muy segura de que la formación académica que nos ha sido posible gracias a la aportación de nuestros benefactores nos ayudará a vivir nuestra vida religiosa siendo auténticos testigos del Evangelio y buenos profesionales, dando muchos frutos para su Reino. La generosidad siempre permanece en forma de regalo, la formación que recibimos debido a la generosidad de tanta gente nos equipará a su vez para ser generosos con los demás
Gerardo Ferrara
Licenciado en Historia y en Ciencias Políticas, especializado en Oriente Medio.
Responsable del alumnado
Universidad de la Santa Cruz de Roma