Logotipo Fundación CARF
Donar

Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, 29 de septiembre

27/09/2025

Los tres Arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael, caminan juntos. El Arcángel Rafael guía al joven Tobías, quien sostiene un pez.

Cada 29 de septiembre celebramos la fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Los tres aparecen en la Sagrada Escritura, cada uno de ellos, llevando a cabo misiones importantes encomendadas directamente por Dios.

En la fe católica, pocas figuras inspiran tanta reverencia y cariño como los ángeles. Criaturas espirituales, dotadas de inteligencia y voluntad, son la manifestación de la perfección, infinitud y poder de Dios: cada uno de ellos agota en él su propia especie. La sagrada escritura y la tradición de la Iglesia nos revelan su existencia como una verdad de fe. En este coro celestial, destacan por su nombre y misión tres figuras: los santos arcángeles san Miguelsan Gabriel y san Rafael.

El 29 de septiembre, la Iglesia celebra en una única fiesta a estos tres siervos fieles de Dios, reconociendo su papel en la Historia de la Salvación. Desde la Fundación CARF, queremos profundizar en la identidad y misión de estos príncipes celestiales, poderosos aliados en el camino hacia la santidad, cuya labor protectora y mensajera sigue vigente hoy como en los tiempos bíblicos.

El pasaje del Evangelio propuesto por la Iglesia para esta fiesta de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael es el encuentro de Jesús con Natanael, que san Juan sitúa al comienzo de su Evangelio. «Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre» (Jn 1, 47-51). Jesús se va dando a conocer como Mesías, y describe cuál es la misión de los ángeles, que forman parte de la historia de la salvación llevando a cabo diferentes misiones encomendadas por Dios.

Los ángeles: servidores y mensajeros

Antes de repasar las misiones específicas de san Miguelsan Gabriel y san Rafael, debemos comprender qué nos enseña la Iglesia sobre los ángeles. El Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) nos instruye con claridad: «La existencia de seres espirituales, no corporales, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe» (CEC, 328).

No son una mera abstracción o una conjunción de energía. Son criaturas personales e inmortales que superan en perfección a todas las criaturas visibles. Su propósito es glorificar a Dios sin cesar y servir como ejecutores de sus designios salvíficos. Como su propio nombre griego –ángelos, que significa "enviado" o "mensajero"– indica, una de sus funciones primordiales es la de comunicar la voluntad divina a la humanidad.

La tradición, basándose en las Escrituras, ha organizado a los ángeles en diferentes coros o jerarquías. Los arcángeles son aquellos a quienes se les confían misiones de especial trascendencia. Aunque la Biblia sugiere la existencia de siete, la Iglesia Católica venera con nombre propio a los tres que se revelan en los textos canónicos, como muestra de la intervención divina en el mundo. Su labor es un recordatorio constante de que el Cielo no está distante, sino que participa activamente en nuestra historia, una realidad que sostiene la formación de futuros sacerdotes que un día predicarán estas verdades de fe.

La liturgia ha unificado en el día 29 de septiembre la fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Sus nombres hacen referencia a sus funciones de intermediarios entre Dios y los hombres, así como ejecutores de sus órdenes y de transmisores de sus mensajes.

El Arcángel san Gabriel, arrodillado con humildad ante la Virgen María en un pórtico, le anuncia que será la Madre de Dios.
La Anunciación (1426) de Fra Angelico. San Gabriel es representado como el mensajero de la Encarnación.

El Arcángel san Gabriel

Su nombre significa Fortaleza de Dios. Al arcángel Gabriel se le encomendó la misión de anunciarle a la Virgen María que sería la Madre del Salvador. El mensaje que transmite es trascendental. Sin duda el más importante de la Historia de la Salvación; se trata de la llegada al mundo del Mesías, el Hijo de Dios.

Fue «En el sexto mes fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David. La virgen se llamaba María. Y entró donde ella estaba y le dijo:  —Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo...». Lucas 1, 26-28.

El Arcángel san Miguel, con armadura y espada en alto, somete con su pie la cabeza de Satanás, que yace derrotado en el suelo.
San Miguel venciendo al demonio (1636) de Guido Reni. Representa su poder como jefe de la milicia celestial.

El Arcángel san Miguel

En hebreo significa ¡Quién como Dios!, expresión que está en armonía con su misión e intervenciones. 

El arcángel san Miguel es quien está al mando de los ejércitos celestiales. Es defensor de la Iglesia y su nombre es el grito de guerra en la batalla librada en el Cielo contra Satanás. Por eso a san Miguel lo pintan atacando a la serpiente infernal.

La Iglesia le rinde culto y le reza desde el siglo V por su papel protector, tanto en la primera lectura, durante la celebración de la Santa Misa, como en la liturgia de las horas, en antífonas y en el oficio de Lectura.

«Arcángel san Miguel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la maldad y asechanzas del demonio. Pedimos suplicantes que Dios lo mantenga bajo su impero; y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el poder divino a Satanás, y a los otros espíritus malvados, que andan por el mundo tratando de perder a las almas. Amén».

El Arcángel san Rafael

El arcángel san Rafael es el amigo de los caminantes y médico de los enfermos. Su nombre significa Medicina de Dios o Dios ha obrado la salud. En la Biblia se le presenta como protector y compañero de todos, y es uno de los grandes ángeles presentes ante la gloria del Señor.

Aparece en el libro de Tobías 12, 17-20 y es el mismo arcángel san Rafael quien revela su identidad: «No temáis. La paz sea con vosotros. Bendecid a Dios por siempre. Si he estado con vosotros…, ha sido por voluntad de Dios. A Él debéis bendecir todos los días, a Él debéis cantar… Y ahora bendecid al Señor sobre la tierra y confesad a Dios. Mirad, yo subo al que me ha enviado…».

arcángeles san miguel, san grabriel y san rafael
Arcángel san Rafael de Juan de Valdés Leal.

Los arcángeles en la vida de los santos

La devoción a los arcángeles no es una mera curiosidad teológica; ha sido una fuente de fortaleza para innumerables santos.

Santo Tomás de Aquino, el Doctor Angélico, aunque no se le conoce una devoción personal específica a los tres arcángeles de la misma manera que a otros santos, es la figura intelectual más importante en la comprensión de la naturaleza angélica. En su Summa Theologica, dedicó un tratado entero a los ángeles, explorando con una profundidad inigualable su ser, su conocimiento y su voluntad. Su trabajo proporciona la estructura teológica sobre la cual se asienta la doctrina católica de los ángeles, permitiéndonos apreciar con mayor claridad la grandeza de San Miguel, San Gabriel y San Rafael.

San Miguel, Gabriel y Rafael: patronos del Opus Dei

San Josemaría, desde el inicio de la fundación de la Obra sintió que necesitaba mucha ayuda del cielo para llevar adelante la misión que Dios le había confiado: transmitir el mensaje de que se puede ser santo por medio del trabajo y de la vida ordinaria. Parte de esa ayuda le llegó de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.

«Recé las preces de la Obra de Dios, invocando a los santos arcángeles, nuestros patronos: san Miguel, san Gabriel, san Rafael... Y ¡qué seguridad tengo de que esta triple llamada, a señores tan altos en el Reino de los cielos, ha de ser –es agradabilísima al Trino y Uno, y ha de apresurar la hora de la Obra!»,(San Josemaría Escrivá).

El jueves, 6 de octubre de 1932, mientras realizaba oración en la capilla de san Juan de la Cruz, durante su retiro espiritual en el convento de los Carmelitas Descalzos de Segovia, san Josemaría escogió como patronos del Opus Dei a los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael y a los Apóstoles san Juan, san Pedro y san Pablo. Desde aquel momento los consideró patronos de los diferentes ámbitos apostólicos que componen el Opus Dei.

Bajo el patrocinio del arcángel san Rafael está la labor de formación cristiana de la juventud, de donde surgen vocaciones en los primeros años, los de hacer grandes gestas. Arropados por la advocación del arcángel san Miguel, se encuentran las vocaciones que se forman espiritual y humanamente en el celibato. En cuanto a los padres y madres de familia que formasen parte de la Obra, tienen por patrono al arcángel san Gabriel.

Así, podemos recordar entonces el pasaje del Evangelio de Lucas que se lee el día de la fiesta de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, y pensar que Dios ha querido que todos los cristianos contemos con la ayuda de los arcángeles, y con la ayuda de los ángeles custodios que saben mucho de la tarea de encender corazones fríos y de ayudar a tomar decisiones generosas.


Bibliografía


Comparte
magnifiercrossmenuchevron-down