San Jerónimo dedicó su vida a traducir la Biblia al latín, a finales del siglo IV (a partir del 382 d.C.), que fue denominada la Vulgata y que significa "la edición divulgada" o "la que es común y accesible al pueblo". Su obra monumental nos recuerda que ignorar las Escrituras es ignorar el mensaje de Salvación que trae Jesucristo para todos los seres humanos.
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