La Doctrina de la Iglesia Católica contempla que los Santos y la Virgen María "no dejan de interceder por nosotros ante el Padre" y que "su cuidado fraternal es de gran ayuda para nuestra enfermedad" (Lumen gentium 49).
Las novenas nos ayudan en nuestra oración cuando están adecuadamente valoradas en el contexto de una sólida doctrina.
En la Edad Media, España y Francia introdujeron la "novena de preparación" para la Navidad. para recordar los nueve meses de embarazo de la Virgen. En España el Concilio de Toledo en el año 656 transfirió la fiesta de la Anunciación al 18 de diciembre (dentro de la novena).
Por eso la novena tomó un sentido de anticipación y preparación a una fiesta. Los mejores modelos de preparación son Jesús y María, preparándose para el nacimiento. Nosotros nos preparamos en este mundo para la vida eterna.
De la novena de preparación, surgió la costumbre comenzando en Francia y Bélgica de hacer novenas a la Virgen y a los santos por diversas intenciones.
En el siglo XVII la Iglesia formalmente concedió la primera indulgencia a una novena en honor a San Francisco Javier, otorgada por el papa Alejandro VII.
Hoy en día, la Iglesia considera que la estructura de las nueve repeticiones se refieren a los nueve días entre la Ascensión y Pentecostés. En la Biblia, este período es para los discípulos y la madre de Jesús, un período de espera que ellos viven en oración. "Todos ellos perseveraron en la oración con un mismo espíritu" Hechos 1: 14 al final del cual recibieron al Espíritu Santo. Por lo que, nosotros también podemos vivir la novena como un tiempo de oración a la espera de una gracia.
La novena, Del latín "novem", nueve.
Tal como lo explica la Doctrina de la Iglesia Católica, la novena es una serie de nueve. La sucesión de nueve puede referirse a días consecutivos (ej.:nueve días previos a una fiesta litúrgica) o a nueve días específicos de la semana o del mes (ej.: nueve primeros viernes).
Algunas novenas tienen una larga tradición asociada con la devoción a un santo o para confiar una intención o gracias particular a Dios, (Padre, Hijo y Espíritu Santo), a la Virgen María, a los ángeles y a los santos.
La novena tiene un significado espiritual. Está directamente relacionado con el acto de devoción que se demuestra al rezarla. Como todas las oraciones, estas son una forma de alabar a Dios. María alentó a los apóstoles a que rezaran durante nueve días para recibir al Espíritu Santo. Ese acto de la madre de Jesús nos enseña a los fieles la importancia de la constancia de la fe.
La novena es una forma privilegiada de orar porque nos permite tomar tiempo para la oración, aportando calidad en nuestro compromiso. De hecho, cuando nuestra oración va acompañada de un profundo deseo de abrir nuestro corazón a Dios para vivir su presencia real y ponernos en sus manos, el Señor puede actuar y hacer que comprendamos su voluntad humildemente.
No hay necesidad de esperar una fecha específica para comenzar una novena: el mejor momento es sin duda cuando sentimos la necesidad o el deseo de hacerlo. Cada intención de oración importante que tengamos y cada gran discernimiento que debamos hacer es una oportunidad potencial para comenzar una novena. La clave esta en la constancia.
El contenido de cada novena es diferente, pero la mayoría de ellas ofrece al menos una meditación diaria, a menudo escrita a partir de un pasaje de la Biblia o un libro espiritual, y una oración, dirigida con frecuencia a Dios a través de la intercesión de un santo.
También es bueno presentar nuestra oración poniéndonos en presencia del Señor mediante la señal de la cruz y una palabra. Y concluirla, por ejemplo, recitando el Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
“Orar es hablar con Dios Padre desde el corazón. Cuando ores, dirígete a Dios como un hijo a su padre, que sabe lo que necesita antes de pedirlo”, Papa Francisco en la Audiencia General enero de 2019.
Para rezar una novena hay muchos y variados motivos. Además de las que podemos hacer en cualquier época del año según los hechos que afecten nuestra vida, la tradición propone rezar una novena antes de la festividad de un santo o de una gran festividad cristiana. En este caso, la novena comienza 8 días antes, de modo que el último día caiga en la fecha de la festividad.
Entre las novenas anuales más comunes podemos citar, por ejemplo, la novena a San José, la novena a la Inmaculada concepción, la novena de ayuno para vivir la Cuaresma y la novena al Espíritu Santo para prepararse para Pentecostés.
Ten la seguridad de que el Señor responde a todas nuestras las oraciones
"Cuando me pidan algo en mi nombre, yo lo haré." Juan 14:14
Los frutos de una novena a veces toman formas muy concreta y otras no son visibles, pero de todos modos la novena tiene incidencia en nosotros "todo contribuye al bien de los que aman a Dios" Romanos 8:28
En esta vida, todos pasamos por dificultades. Pero la fortaleza que tenemos los cristianos es saber que Cristo, siendo que él mismo sufrió, nos apoya en cada una de estas pruebas:"Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os haré descansar." Mateo 11:28
El papa nos recomienda una forma simple y efectiva de ofrecer una novena a la Sagrada Familia rezando con mucho fervor la misma oración, durante nueve días consecutivos.
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
haga tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica. ¡Amén!"
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