A Jesús se va y se vuelve por María. La plegaria insistente al Inmaculado Corazón de la Virgen María, Madre de Dios, se apoya en la confianza de que su materna intercesión lo puede todo ante el Sagrado Corazón del Hijo. Ella es omnipotente por gracia.
少し前のことですが、ローマ法王の聖 ヨハネパウロ二世, en Redemptoris Mater escribió sobre la intercesión de la Virgen y puntualizó que ella «cooperó libremente en la obra de la Salvación de la humanidad, en profunda y constante sintonía con su divino Hijo».
Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam!
すべてはペテロとともに、マリアを通してイエスに!」。聖ホセマリア・エスクリバ・デ・バラゲル
この協力から、「普遍的な霊的母性の賜物が生まれる。人類の霊的再生を含む贖いの業においてキリストと結びついた彼女は、新しい命に生まれ変わった人々の母となる」のです。
聖母マリアは、"教会の信仰を、神の言葉をより深く受け入れるように導き、その希望を支え、慈善と友愛の交わりを奨励し、使徒的ダイナミズムを育む "方なのです。
神は「贖罪者の祭司的執り成しと聖母の母性的執り成し」を結びつけることをお望みなのです。それは、危険にさらされ、一時的な恩恵と、とりわけ永遠の救いを必要としている人々のために、彼女が行使する機能である」。
聖なるロザリオの祈りに伴う典礼を唱えるとき、私たちキリスト者が聖母に呼びかける称号は、"教会生活と信徒一人ひとりへの聖母の介入の本質をよりよく理解する助けとなる"。 聖ヨハネ・パウロ2世
擁護者として、聖母は子どもたちを守り、子どもたち自身の過ちによる危害から守ります。キリスト者は母を助け主として呼び求めますが、それは、特に永遠の救いが危機に瀕しているとき、子供たちの必要を見抜き、彼らを助けるために介入する準備ができている母の母としての愛を認めるためです。
Recibe el título de Socorro porque está cerca de cuantos sufren o se encuentran en situaciones de grave peligro. Y como maternal Mediadora, ella presenta a Cristo nuestros deseos, nuestras súplicas y nos transmite los dones divinos, intercediendo continuamente en favor nuestro.
"母さん "だ!-大声で彼女を呼ぶんだ、大声で。-彼女はあなたの声を聞き、あなたが危険にさらされているのを見て、あなたの聖母マリアは、彼女の息子の恵みで、彼女の膝の慰め、彼女の愛撫の優しさを与える:そして、あなたは新しい闘いのために自分自身を慰める見つけるでしょう" 。 san Josemaría Escrivá, Camino N° 516.
María no quiere atraer la atención hacia su persona. Vivió en la tierra con la mirada fija en Jesús y en el Padre celestial. Su deseo más intenso consiste en hacer que las miradas de todos converjan en esa misma dirección del Inmaculado Corazón de la Virgen María al Sagrado Corazón de su hijo Jesús. Quiere promover una mirada de fe y de esperanza en el Salvador que nos envió el Padre. Con esta mirada de fe y de esperanza, impulsa a la Iglesia y a los creyentes a cumplir siempre la voluntad del Padre, que nos ha manifestado Cristo.
De la Homilía sobre la Virgen pronunciada por san Josemaría Escrivá, el 11 de octubre de 1964, e incluida en el libro Amigos de Dios. «Ahora, en cambio, en el escándalo del Sacrificio de la Cruz, Santa María estaba presente, oyendo con tristeza a 神の神殿を壊して、三日で建て直す者よ、自分を救え。もし神の子なら、十字架から降りて来い』。聖母は御子の言葉に耳を傾け、御子の苦しみに加わりました: 神よ、神よ、なぜ私をお見捨てになったのですか?.
彼女に何ができるでしょうか?御子の贖いの愛と自分を融合させ、御父に、御子の純粋な心を貫いた鋭利な剣のような計り知れない痛みを捧げるのです。
De nuevo Jesús se siente confortado, con esa presencia discreta y amorosa de su Madre. No grita María, no corre de un lado a otro. Stabat: está en pie, junto al Hijo. Es entonces cuando Jesús la mira, dirigiendo después la vista a Juan. Y exclama: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dice al discípulo: ahí tienes a tu Madre. En Juan, Cristo confía a su Madre todos los hombres y especialmente sus discípulos: los que habían de creer en Él.
Felix culpa"幸福な罪悪感 "と教会は歌う 偉大な贖罪者を得るに至ったのだから。また、聖なるマリアを母として迎えることができたことも、幸せなことです。今、私たちは確信し、何も心配することはありません。天と地の女王の冠をかぶった聖母は、神の前で全能の祈祷師なのですから。イエスはマリアに対して何も否定することはできず、また、ご自身の母の子である私たちに対しても何も否定することはできません(『神の友』288)。
マリアは彼の犠牲と密接に結びつき、その犠牲は彼女が物事を心に留め続けることを意味しました。 聖母の7つの悲しみ聖母マリアは、人生のさまざまな瞬間に、特別でユニークな方法でイエスと結ばれました。そのため、彼女は御子の悲しみの深さと犠牲の愛を分かち合うことができたのです。
「主が言われることは何でもしなさい」。 ヨハネ2・5 ヨハネがカナの光景を描いていますが、ヨハネはこのような母性的配慮の特質を記録した唯一の福音書記者です。ヨハネは、主の公生涯の始まりに聖母が立ち会われたことを思い起こさせようとしています。
Esto nos demuestra que ha sabido profundizar en la importancia de esa presencia del Inmaculado Corazón de la Virgen María, que siempre está presente. Jesús sabía a quién confiaba su Madre: a un discípulo que la había amado, que había aprendido a quererla como a su propia madre y era capaz de entenderla.
被造物の中で、聖母ほどイエスをよく知る者はなく、聖母ほどイエスの神秘に関する深い知識を私たちに紹介できる者はありません。
レオ13世はロザリオに関する回勅の中で、"神の明白な意志により、マリアを通してでなければ、いかなる善も私たちに与えられない。そして、御子を通してでなければ誰も父のもとに来ることができないように、一般的にマリアを通してでなければ誰もイエスのもとに来ることができない "と述べています。
«Cooperó con su caridad para que nacieran en la Iglesia los fieles, miembros de aquella cabeza, de la que es efectivamente madre según el cuerpo», san Agustín, De sancta virginitate, 6.
ルカは、イエスの幼少期を最も長く語った伝道者である。まるで、マリアが御言葉の受肉において主導的な役割を果たしたように、マリアは教会の起源においても類似の方法で存在していたことを理解させたいかのようです、つまり、それは キリストの体.
教会生活の最初から、神の愛、すなわちイエス・キリストにおいて私たちに啓示され、肉となったその愛を求めるすべてのキリスト者は、聖母に出会い、さまざまな形でその母性的慈愛を体験してきました。
オプス・デイのプルレート、アルバロ・デル・ポルティージョ司教(1987年、トシにて)。
«Jesús es un camino transitable, abierto a todos. La Virgen María hoy nos lo indica, nos muestra el camino: ¡Sigámosla! Y Tú, Madre Santa de Dios, acompáñanos con tu protección, Amén», Benedicto XVI, Homilía del 01/02/2012.
Como prelado del Opus Dei, Mons. Álvaro del Portillo en 1987 habló sobre el poder de intercesión de la Virgen María, cuando viajo a la isla de Toshi, frente a la costa de Toba en Japón.
"母の執り成し "の力をご覧ください。彼女の問いかけに、御子神はノーと言えず、イエスと答える。彼女は神の良き母であり、神はその良き母にイエスと言うのです。そして、この良き母なる神もまた、いつも私たちの話を聞き、耳を傾けてくれるのです。だからこそ、私たちが困ったとき、痛いとき、悲しいとき、嘆き悲しんでいるとき、聖母に頼るのは良いことです。
良い子として、私たちは毎日天の母を愛さなければなりません。母はイエスからの贈り物であり、神は私たちの救いのためにマリアの無原罪の心を与え、私たちを神に近づけると知っているのです。
Y para pedir la intercesión de la Virgen María, desde los primeros tiempos de la Iglesia, ya se rezaba: «Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita».
El 12 de mayo de 2010, durante su peregrinación al Santuario de Fátima, el ローマ法王ベネディクト16世 pronunció una oración ante la imagen de la Virgen María en la Iglesia de la Santísima Trinidad, con la que consagró a los sacerdotes al Corazón Inmaculado de María.
«Madre Inmaculada, en este lugar de gracia, convocados por el amor de tu Hijo Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, nosotros, hijos en el Hijo y sacerdotes suyos, nos consagramos a tu Corazón materno, para cumplir fielmente la voluntad del Padre.
Somos conscientes de que, sin Jesús, no podemos hacer nada (cfr. Jn 15,5) y de que, sólo por Él, con Él y en Él, seremos instrumentos de salvación para el mundo.
Esposa del Espíritu Santo, alcánzanos el don inestimable de la transformación en Cristo. Por la misma potencia del Espíritu que, extendiendo su sombra sobre Ti, te hizo Madre del Salvador, ayúdanos para que Cristo, tu Hijo, nazca también en nosotros. Y, de este modo, la Iglesia pueda ser renovada por santos sacerdotes, transfigurados por la gracia de Aquel que hace nuevas todas las cosas.
Madre de Misericordia, ha sido tu Hijo Jesús quien nos ha llamado a ser como Él: luz del mundo y sal de la tierra (cfr. Mt 5,13-14). Ayúdanos, con tu poderosa intercesión, a no desmerecer esta vocación sublime, a no ceder a nuestros egoísmos, ni a las lisonjas del mundo, ni a las tentaciones del Maligno.
Presérvanos con tu pureza, custódianos con tu humildad y rodéanos con tu amor maternal, que se refleja en tantas almas consagradas a ti y que son para nosotros auténticas madres espirituales.
Madre de la Iglesia, nosotros, sacerdotes, queremos ser pastores que no se apacientan a sí mismos, sino que se entregan a Dios por los hermanos, encontrando la felicidad en esto. Queremos cada día repetir humildemente no sólo de palabra sino con la vida, nuestro “aquí estoy”.
Guiados por ti, queremos ser Apóstoles de la Divina Misericordia, llenos de gozo por poder celebrar diariamente el Santo Sacrificio del Altar y ofrecer a todos los que nos lo pidan el sacramento de la Reconciliación.
Abogada y Mediadora de la gracia, tu que estas unida a la única mediación universal de Cristo, pide a Dios, para nosotros, un corazón completamente renovado, que ame a Dios con todas sus fuerzas y sirva a la humanidad como tú lo hiciste. Repite al Señor esa eficaz palabra tuya: “no les queda vino” ( Jn 2,3), para que el Padre y el Hijo derramen sobre nosotros, como una nueva efusión, el Espíritu Santo.
Lleno de admiración y de gratitud por tu presencia continua entre nosotros, en nombre de todos los sacerdotes, también yo quiero exclamar: “¿quién soy yo para que me visite la Madre de mi Señor? (Lc 1,43) Madre nuestra desde siempre, no te canses de “visitarnos”, consolarnos, sostenernos. Ven en nuestra ayuda y líbranos de todos los peligros que nos acechan.
Con este acto de ofrecimiento y consagración, queremos acogerte de un modo más profundo y radical, para siempre y totalmente, en nuestra existencia humana y sacerdotal. Que tu presencia haga reverdecer el desierto de nuestras soledades y brillar el sol en nuestras tinieblas, haga que torne la calma después de la tempestad, para que todo hombre vea la salvación del Señor, que tiene el nombre y el rostro de Jesús, reflejado en nuestros corazones, unidos para siempre al tuyo. Así sea».
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