Trabajamos para que ninguna vocación se pierda y para que los seminaristas, una vez ordenados sacerdotes, puedan transmitir en su labor pastoral toda la luz, ciencia y doctrina recibida. Gracias a nuestros benefactores, ayudamos a la formación de los sacerdotes, difundimos su buen nombre y rezamos por su fidelidad y por las vocaciones.
Hay diferentes maneras de ayudar a los seminaristas desde la Fundación CARF:
Una vía rápida y segura para ayudar a los seminaristas, ayudar al seminario y a financiar su formación. Desde cualquier lugar, solo con tu dispositivo móvil, puedes hacer una donación siguiendo unos sencillos pasos. Selecciona la cantidad que quieres donar y si deseas hacerlo de forma puntual o recurrente. Son muchas los seminaristas que dependen de este acto de generosidad para completar sus estudios.
Con tu donativo de 600 euros, puedes ayudar a los seminaristas próximos a ordenarse con una Mochila de Vasos Sagrados que contiene todos los objetos litúrgicos necesarios para impartir los sacramentos y celebrar la Santa Misa allá donde esté.
Él rezará por ti el resto de su vida, y tú sabrás quién es y en qué país desarrollará su labor pastoral, para encomendar que sea santo y fiel a su vocación.
Otro modo de ayudar a los seminaristas con su formación es realizando donaciones en especie. Las donaciones en especie son aquellas en las que, en lugar de aportar dinero, el benefactor hace una aportación de ciertos bienes: joyas, relojes, obras de arte...
La mayoría de las veces se trata de bienes valiosos que el donante ya cuenta que no disfrutará, y considera que serán más útiles si con ellos apoya a una causa noble. Los bienes recibirán una tasación profesional y, una vez subastados, el dinero que con ellos se ingrese para ayudar a las vocaciones de seminaristas, se puede desgravar.
Esta disposición testamentaria es un procedimiento que permite favorecer a una institución sin fines de lucro, como lo es la Fundación CARF. Tu legado solidario es un compromiso con el futuro y una forma de perpetuar la labor de tu vida en otros: seguir apoyando a seminaristas y sacerdotes diocesanos de los cinco continentes. Para llevarlo a cabo, basta con que decidas, en forma de todo un testamento o de una parte de legado solidario, tu deseo de ayudar a los seminaristas a través de la Fundación CARF.
Bajo la inspiración e impulso de san Juan Pablo II, el Beato Álvaro del Portillo inició en 1989 la actividad de la Fundación CARF para ayudar a los seminaristas y sacerdotes diocesanos. Actualmente más de 800 obispos de los cinco continentes solicitan anualmente para sus seminaristas y sacerdotes plazas y ayudas al estudio en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma y en las Facultades de Estudios Eclesiásticos de la Universidad de Navarra.
La Fundación CARF colabora con dos seminarios internacionales, dos colegios sacerdotales y tres colegios mayores, para que puedan recibir a seminaristas de todo el mundo que llegan a Europa para preparar su formación.
Debemos estar agradecidos a Dios por los sacerdotes. No dejemos de rezar por ellos ni de colaborar en su ministerio. Pidamos al Señor que siga dándonos muchos y buenos sacerdotes, pues el trabajo es abundante y las vocaciones escasas. Empecemos a ayudar a los seminaristas y apoyemos a los seminarios para que no falten sacerdotes que, en nombre de Cristo, cuiden al pueblo de Dios.