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Fundación CARF

28 abril, 23

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La Universidad Pontificia de la Santa Cruz y su relación con la Fundación CARF

La Universidad Pontificia de la Santa Cruz es un centro superior de estudios eclesiásticos al servicio de toda la Iglesia. Su fundador fue el beato Álvaro del Portillo que hizo realidad un antiguo deseo de san Josemaría. Por ella han pasado más de 20.000 estudiantes de 1.000 diócesis diferentes y 200 congregaciones religiosas.

La Universidad Pontificia Santa Cruz y su relación con la Fundación CARF

Las actividades académicas en la PUSC comenzaron en 1984, con el nombre de Centro Accademico Romano della Santa Croce, germen de la actual Universidad, que fue erigida como “Pontificia” por el santo padre Juan Pablo II el 9 de enero de 1990.

La Universidad Pontificia de la Santa Cruz actualmente está formada por las Facultades de Teología, Derecho Canónico, Filosofía y Comunicación Social Institucional; también es parte esencial de ella el Instituto Superior de Ciencias Religiosas del Apollinare.

La Fundación CARF y su compromiso con la formación

Cientos de obispos de todo el mundo solicitan ayudas al estudio a la Universidad y la Fundación CARF se encarga de obtener los fondos para enviar a sacerdotes diocesanos y seminaristas y religiosos a formarse en sus aulas. El objetivo de la Fundación CARF, desde el año 1989 es facilitarles a estos jóvenes una profunda formación científica y espiritual en la PSUC.

La misión específica de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz es la de profundizar en el contenido intelectual y la riqueza antropológica de la fe, estableciendo al mismo tiempo un diálogo con la cultura contemporánea.

La Universidad Pontificia Santa Cruz una formación abierta al mundo

La Santa Croce se caracteriza por una parte por estar abierta al mundo, en diálogo con la cultura secular. Tanto en la docencia, como en la investigación hay una mirada atenta a los problemas del mundo, siendo conscientes que desde las ciencias sagradas se puede contribuir a la búsqueda de la verdad.

Temas como la antropología, la doctrina social, la defensa de la vida, son objeto de estudio. Además, la gran mayoría de los profesores de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz han obtenido títulos académicos civiles en los distintos campos del saber, lo cual facilita ese diálogo.

Siguiendo el deseo del beato Álvaro del Portillo, las actividades académicas están abiertas a estudiosos e intelectuales de ámbito científico, filosófico, económico y social, proporcionando los elementos necesarios para un verdadero diálogo de la fe con el mundo.

Entre las mayores herencias espirituales recibidas por san Josemaría Escrivá está sin duda la exhortación a cultivar una profunda unidad de vida. Esa no se manifiesta solamente en una debida coherencia entre palabras y obras, sino también a través de la armonía que debe existir entre la formación profesional e intelectual, por una parte, y la formación espiritual y teológica por otra.

«La Santa Croce se caracteriza por estar abierta al mundo, en diálogo con la cultura secular»,

Luis Navarro, rector de la PUSC desde 2016.

Porque es importante para la Fundación CARF que los seminaristas y sacerdotes accedan a una formación en la Universidad Pontificia Santa Cruz

En primer lugar, ¡porque Roma es la cuna de la cristiandad! Hace unos años el papa Benedicto XVI, dirigiéndose a los estudiantes de las universidades romanas, les decía que “la posibilidad de estudiar en Roma, sede del sucesor de Pedro y por tanto del ministerio petrino, os ayuda a reforzar el sentido de pertenencia a la Iglesia y el compromiso de fidelidad al magisterio universal del Papa”.

También cobra relevancia durante la formación en Roma el sentido de unión con toda la Iglesia que se fortalece en la ciudad eterna. Caminar por las calles donde tantas mujeres y hombres santos han caminado es impresionante y un acicate para cada uno. A esto se añade otro factor: en Roma se toca la universalidad de la Iglesia. Ves, hablas, convives con católicos de todo el mundo: personas de culturas, tradiciones, razas muy diversas y a la vez muy cercanas porque creen, anuncian y aman a Jesucristo. Al descubrir esto se abre un gran horizonte en la vida interior: la pertenencia a la gran familia de Dios.

Por esto mismo la Universidad Pontificia Santa Cruz es una institución abierta al mundo y realiza una formación donde se busca que los estudiantes estén en condiciones de poder ayudar a los hombres y mujeres de su país a encontrar a Dios precisamente en las realidades temporales. La mayoría de los fieles son ciudadanos que necesitan recibir una formación que les permita ser santos en su vida corriente.

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La visita anual de benefactores de la Fundación CARF a la PUSC en Roma

Cada año la fundación organiza una jornada de encuentro y formación en Roma, en la que los benefactores y amigos tienen la oportunidad de conocer a algunos de los alumnos a los que apoyan y charlar y comer con ellos, pudiendo visitar la PUSC y participar en algunas conferencias impartidas por docentes o personalidades involucradas en el ámbito académico, cultural o de la comunicación.

Los participantes realizan una verdadera peregrinación a Roma pudiendo, visitar el Seminario Internacional Sedes Sapientiae, el Colegio Sacerdotal Tiberino, las excavaciones de la Necrópolis Vaticana, junto con algunos alumnos de la universidad, y participar en la Audiencia y el Ángelus con el papa Francisco.

Durante el viaje, los benefactores pueden comprobar porque la Universidad Pontificia de la Santa Cruz tiene una conformación única entre todas las demás Universidades Pontificias. La PUSC puntualmente fomenta, además de las tres facultades principales, el Instituto Superior de Ciencias Religiosas y varios centros de investigación. Un reto, difícil en nuestros tiempos, pero en el cual pone todos sus esfuerzos para que por medio la formación se contribuya también a la evangelización y la difusión del mensaje de Cristo.

Gracias a mis benefactores de la Fundación CARF. A veces puede que, para un joven europeo, sea normal tener la oportunidad de formarse en una universidad tan prestigiosa como puede ser la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, pero les puedo asegurar que no es así para la gente de mi país: su ayuda me ha permitido tener la oportunidad de estudiar en Roma y de compartir mi vida y mi fe con otros jóvenes seminaristas de todo el mundo. Así que, de verdad, mi deseo es que Dios les bendiga en su trabajo diario y mantenga en ustedes ese maravilloso corazón».

Mathias Msonganzila, seminarista de la Archidiócesis de Mwanza, en Tanzania.

Bibliografía

- Entrevista a don Luis Navarro, Gerardo Ferrara.
- Entrevista a Mª Dolores Cuadrado, corresponsal de la Fundación CARF en Valladolid.
- Entrevista a don Mariano Fazio con motivo de su libro número 28: “Libertad para amar, a través de los clásicos”, Marta Santín.

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