"El ministerio sacerdotal, consiste en llevar a cabo con alegría, una misión."

El Padre Fermín Rigoberto Nah Chí fue ordenado sacerdote en 2011 en la Archidiócesis de Yucatán (México) donde nació hace 34 años.

Aunque le sorprendió que le ofrecieran la posibilidad de completar sus estudios en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz “pues apenas estaba aprendiendo a ser sacerdote, a ser pastor”.

 

Actualmente confiesa ser un “sacerdote y estudiante de filosofía feliz en la ciudad eterna”.

Los primeros meses de mi ministerio sacerdotal

Los ejercí como vicario parroquial en la comunidad de “San Francisco de Asís”, en Conkal (Yucatán) a unos minutos de la capital yucateca de Mérida. Una de las cosas que me llamó la atención fue ver a tantos jóvenes en las canchas deportivas, pero solamente a unos pocos en las misas dominicales: no existía una pastoral juvenil en la parroquia ni había una estructura parroquial que se ocupase de la evangelización de estos jóvenes.

Allí entendí claramente lo que Dios me pedía en ese momento

Ocuparme de estos muchachos y muchachas, acercarles a Cristo, crear una estructura parroquial, un espacio juvenil donde sintieran que en la Iglesia tienen un lugar propio y que se les tiene en cuenta.

Con la ayuda de Dios, fui dando los primeros pasos en la misión, conociendo e identificando a aquellos jóvenes que destacaban del resto por sus dotes de liderazgo e invitándoles y formando con ellos el equipo motor de la pastoral juvenil.

“EL MINISTERIO SACERDOTAL CONSISTE EN LLEVAR A CABO CON ALEGRÍA, UNA MISIÓN".Padre Fermín Rigoberto Nah Chí

Actualmente soy un sacerdote y estudiante feliz que, como muchos otros, se esfuerza por vivir las exigencias académicas propias de la universidad”.

Beca para especialización en Roma

Pronto el rector del seminario diocesano me dio la noticia de que existía la posibilidad de que realizara los estudios de especialización en Roma. Confieso que fue una propuesta que me desconcertó mucho, pues apenas estaba conociendo e involucrándome en la realidad de mi nueva parroquia, apenas estaba aprendiendo a ser sacerdote, a ser pastor. Sin embargo, no lo pensé mucho y mi respuesta fue afirmativa.

Concluido mi período de vicario, llegué a Roma con mucho entusiasmo para estudiar en la universidad.

Ya ha pasado un año y medio desde que inicié mi nueva experiencia como sacerdote y estudiante.

Durante este tiempo he comprendido con mayor profundidad que el ministerio sacerdotal no consiste solamente en el ejercicio de una pastoral parroquial, sino más bien, en llevar a cabo con alegría la misión que nos da el obispo. Actualmente soy un sacerdote y estudiante feliz que, como muchos otros, se esfuerza por vivir las exigencias académicas propias de la universidad”.