CARF quiere recordar a cada uno de ellos recogiendo sus nombres y una pequeña reseña, en un "Memorial de Sacerdotes y religiosos fallecidos por coronavirus" Con el objetivo de poner palabras al duelo, y rezar por las almas todos ellos.
Sacerdote celebrando una misa funeral en Barcelona
Según los datos de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Hay mas de un centenar de sacerdotes y religiosos que dieron su vida por causa del coronavirus sirviendo a los demás en España en el marco de la pandemia por coronavirus.
Muchos de ellos, hombres y mujeres, que han estado cerca de personas contagiadas, cuidando y acompañando enfermos, en hospitales y residencias donde las posibilidades de contagio eran mayores.
Al igual que los médicos y todo el personal médico enviado al frente en esta "guerra" contra el coronavirus, los sacerdotes, a menudo llamados "médicos de las almas", están particularmente expuestos al virus. Como el resto de la sociedad, están llamados a la prudencia y al civismo y deben adaptar las condiciones para el ejercicio de su ministerio, pero una vocación basada en la imitación de Cristo, que se encarnó en la condición humana hasta el punto de una muerte humillante, no puede ignorar el contacto humano, con todas las alegrías y los riesgos que esto implica.
Incluso en países donde no se puede celebrar una misa pública, muchos sacerdotes siguen prestando el servicio de comunión a los enfermos y a los ancianos, manteniendo la continuidad de una vocación basada en la entrega de sí mismo.
En nuestro país, en la mayoría de las diócesis hay sacerdotes contagiados e ingresados por coronavirus, algunos en la UCI. Las edades de estos sacerdotes oscilan entre 55 y 104 años, pero también se han enfermado y hospitalizado sacerdotes más jóvenes, a veces en condiciones graves, y algunos siguen luchando por su supervivencia. y también casos de sacerdotes y religiosos que lo han superado y ya se encuentran de vuelta en sus parroquias.
Morirse en tiempos de pandemia por coronavirus es irse en soledad y sin despedidas. No es fácil gestionar ese dolor interno que provoca la muerte, más aún cuando no hemos podido acompañar. Por esto este recuerdo especial para todos ellos.
Padre Vicente Elío. «Fue un sacerdote que dejaba huella todos los días en su colegio»
Sor Teresa Cabrera. «Le caracterizó su sensibilidad ante las injusticias sociales»
Antonio Danoz. «Se jugaba la vida para evangelizar en el Congo»
Sor Amelia González. «Era una hermana muy humilde, sencilla y amable»
Y muchos más, homenajeados en el Memorial para que sus nombres no se olviden.
